Soy Peter, escuchad mi rugido

Después de que Peter ceda una barca gratis a cambio de entradas gratis a un asqueroso club de comedia, se emborracha en el club y representa un monólogo. La gente se ríe, principalmente porque es un borracho, pero él lo considera como un reconocimiento de su talento cómico y comienza a contar chistes sin gracia en el trabajo. Una de sus compañeras de trabajo se ofende, así que lo envían a una clase de sensibilización en la que suspende. Entonces, lo envían a un refugio de mujeres, donde se convierte en una mujer demasiado sensible. Lois echa de menos a su escabroso marido, y cuando él la lleva a una campaña benéfica por los derechos de la mujer, ella termina discutiendo con una de las líderes feministas. La riña hace que Peter vuelva en sí y lleva, de inmediato, a Lois a casa y a la cama.