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30 películas que no veremos en Sitges 2019
José Hernández, 27/09/2019
Hay un dato que quizá os haya pasado inadvertido en los artículos que publicamos la semana pasada detallando la programación de esta 52 edición del FESTIVAL DE SITGES: se proyectan más de 220 películas. Esto puede parecer una locura, pero antes de llamar a un psiquiatra argentino para que diagnostique qué patología padecen los organizadores, sabed que es lo habitual todos los años. Hay cinco espacios de proyección funcionando prácticamente las 24 horas del día, muchos films solo tienen un pase y son 11 jornadas de festival. ¿Cambia esto vuestra perspectiva? Ni de puta coña, como mucho añade leña al fuego, pero es importante saberlo.
Porque, por muy napoleónico que sea el empeño de los responsables del certamen por encajar hasta la última película que se les ocurra en la programación; por muchos días, pases y salas que haya; por mucho agotamiento mental que provoque este ritmo en los trabajadores, colaboradores y voluntarios del festival, lo cierto es que ni siquiera 220 films son suficientes para abarcar toda la oferta del cine de género anual. Ni siquiera quemando en una hoguera toda la paja cinematográfica que se produce al año. Ni siquiera sacrificando en el altar del olvido una veintena de títulos mostrados esta temporada en otros certámenes fantásticos. Ni con todo eso, este artículo rescatando las películas que podríamos haber visto en Sitges a partir del próximo jueves 3, pero que no encontraron su hueco por distintos motivos (y no lo van a encontrar, porque este año no hay sesión sorpresa), ha podido bajar de 30 ítems, muchos de ellos de primera fila.
Para que luego digan que el cine de género está en crisis.
[size=5]30. NAVIDAD SANGRIENTA[/size]
Pocas películas más idóneas para un festival que en sus primeros años se dedicó eminentemente al terror que la tercera versión de uno de los clásicos de culto del slasher (de hecho, se la considera la película fundacional del género junto a La Matanza de Texas, adelantándose en 4 años a La Noche de Halloween). Es además la tercera película tras la cámara de Sophia Takal, actriz curtida en el movimiento mumblecore antes de pasarse a la dirección que ya estuvo en Sitges en 2016 con su anterior film, Always Shine. Takal, que ha reclutado a Imogen Poots como protagonista, se convierte así en una de las muy escasas mujeres en tomar los mandos de un slasher, donde las chicas indefensas suelen ser las principales víctimas, por lo que puede ser interesante la mirada que puede aportar. No puede ser peor que el despropósito engendrado en 2006.
[size=5]29. GRETEL Y HANSEL[/size]
¡Ah, los cuentos infantiles clásicos! Grandes obras de la literatura que han encandilado a generaciones de niños y niñas. Preciosas historias que los padres han narrado con cariño a sus hijos para que durmiesen bien. Como ese tierno, bucólico relato de los hermanos Grimm sobre una bruja que secuestra a dos niños maltratados y abandonados por sus padres y los ceba para asarlos en su jugo y comérselos. ¡Ah, qué dulces sueños hemos tenido gracias a él! Menos mal que Oz Perkins, hijo de Anthony Perkins y viejo conocido del festival (aquí estrenó su ópera prima, la interesante February), ha decidido retratar la historia en sus oscuros y terroríficos tonos originales, en lugar de con las coloridas ilustraciones a las que estamos acostumbrados. Aquí el único color es el rojo ardiente del pelo de Sophia Lillis. Como el film anterior en esta lista y el siguiente, su ausencia puede deberse a que está todavía en postproducción.
[size=5]28. BOSS LEVEL[/size]
Ya hay muchas películas con el punto de partida de una persona atrapada en un bucle temporal, repitiendo una y otra vez el mismo día. ¿Y si fuese un militar el que repitiese el día de su muerte de muy distintas formas? Ese concepto, como Al Filo del Mañana pero sin alienígenas, es el que reúne a figuras de la talla Mel Gibson, Naomi Watts y Michelle Yeoh con el eterno tipo duro de rebajas Frank Grillo y su colega Joe Carnahan, uno de esos directores que un día quisieron ser de prestigio pero se han acomodado como artesanos de cine de acción testosterónico. Con guion de los hermanos Borey (Open Grave), promete ser una ensalada de tiros, explosiones, sangre, muertes violentas y humor macarra que quizá no tenga nada de original, pero seguro que tiene mucho de disfrutable.
[size=5]27. THE WOLF HOUR[/size]
Seguimos con Naomi Watts, actriz de la que nos enamoramos en Mulholland Drive y cuya carrera desde entonces ha titubeado entre la brillantez absoluta y desgarradora y la basura absurda y deprimente. Un poco como los últimos 15 años de su amiga del alma, Nicole Kidman, pero con menos Oscars. En este film, estrenado en Sundance con buen recibimiento crítico, sobre todo para su interpretación, viaja hasta el verano de 1977 en una Nueva York sitiada por los asesinatos del Hijo de Sam y los disturbios del gran apagón, en el papel de una antigua figura de la contracultura que se ha convertido en prisionera de la agorafobia. Parte drama social, parte thriller psicológico asfixiante como la claustrofobia, sería una interesante aportación política a la programación sitgera. Aparte de que si viene Naomi a presentarla, el que escribe esto se desmaya.
[size=5]26. TONE-DEAF[/size]
Richard Bates Jr. empieza a ser uno de esos directores cuya presencia en festivales de género comienza a ser inevitable, ya que se ha labrado durante esta década una carrera especializada en diseccionar los aspectos más oscuros del ser humano. Su ópera prima, Excision, ya causó una gran impresión en Sitges, y aunque parece que el festival solo quiere programar sus películas impares, este cuarto film también parecía idóneo para ir precedido por King Kong en la playa. De hecho, su argumento (con una joven que va a pasar un fin de semana en una cabaña solitaria de la que es dueño un psicópata Robert Patrick) podría ser el de la mitad de las películas del festival, pero posiblemente pocas de ellas fuesen tan retorcidas como lo que suele hacer Bates. Ha tenido críticas divididas en otros certámenes, así que dejémosla aquí abajo porque Sitges no la va a reivindicar.
[size=5]25. THEM THAT FOLLOW[/size]
El Festival de Sitges adora las sectas. Todas ellas. No hace falta que sean satánicas, ni que sus cultos abran la puerta a fantasmas, espíritus o demonios, ni que haya una orgía de sangre. Basta con que haya un buen predicador hijo de puta al frente, unos cuantos seguidores locos de atar o un aura de terror realista de que todo esto puede estar sucediendo en el jardín trasero de cualquier casa de tu vecindario y está llamado a explotar. No hace falta irse al premio que se llevó Red State en 2011: en esta misma edición tenemos al menos 4 films de sectas de distintos tipos. Otro más, especialmente uno que cuenta con Kaitlyn Dever recién salida de Súper Empollonas, Olivia Colman recién oscarizada y Walton Goggins todavía aprovechando los frutos de su colaboración con Tarantino, sería bienvenido. En Sundance y South by Southwest gustó bastante.
[size=5]24. THE OTHER LAMB[/size]
Seguimos con las sectas, pero en esta ocasión abandonando el país por excelencia de los cultos extravagantes y adentrándonos en Europa, en concreto Polonia. De Toronto, San Sebastián y el Fantastic Fest llega este film de terror que cuenta la historia de una secta de mujeres liderada, cómo no, por un hombre, y las dudas existenciales de una de sus componentes, que la llevan a cuestionarse la realidad. Dirigida por Malgorzata Szumowska, realizadora especializada en recoger premios en el Festival de Berlín, y escrita por otra mujer (C.S. McMullen, que en los últimos 6 años ha hecho de todo en todos los departamentos habidos y por haber de la televisión americana), está claro que el patriarcado tóxico estará entre sus temas principales. Solo por ver cómo hace que afloren los trogloditas merecería la pena verla aquí: qué mejor combustible para aguantar las largas jornadas de un festival de terror que tener ganas de matar imbéciles.
[size=5]23. VILLAINS[/size]
Las invasiones domésticas son un subgénero del terror mucho más prolífico de lo que parece. De hecho, ha habido años que parecía que la mitad de las películas proyectadas en el festival entraban en esta categoría. Así pues, qué mejor que contar en el programa de esta edición con uno de los films de género con mejores críticas de la temporada, y que además reúne a Pennywise con Maika Monroe, scream queen por excelencia de Sitges 2014. Ambos interpretan a una pareja de criminales de poca monta que irrumpe en una casa y, por supuesto, se encuentra con que sus inquilinos no son los burgueses estirados que parecían sino unos psicópatas enfermos peligrosos de los que les va a costar trabajo librarse. Es una pena que esta comedia negra de los directores de The Stakelander no haya encontrado hueco este año.
[size=5]22. LITTLE JOE[/size]
La manipulación genética es algo que está a la orden del día en botánica. De hecho, el bueno de Mendel definió las leyes por las que se rige la herencia experimentando con guisantes en su huerto en el siglo XIX. Pero en el cine es otra cosa: no hay ninguna película donde trabajar en un laboratorio genético para desarrollar nuevas variedades de cualquier especie, aunque sea tan inofensiva como una flor, no sea una receta para el desastre. Si además contamos con la científica que decide llevarse el experimento a casa, las casas de apuestas no aceptan dinero por su supervivencia. Está claro que la austríaca Jessica Hausner (Lourdes) le ha imprimido su sello autoral de calidad y su giro personal a esta historia para pasar con éxito por Cannes y otra docena de festivales, así que habría sido interesante verlo en tierras catalanas.
[size=5]21. DREAMLAND[/size]
Aparte de ser una diosa, un ángel y la mujer más perfecta del universo, Margot Robbie es también una gran actriz y avezada productora que, a sus 29 años, está cuidando de su carrera con sabiduría de veterana. Así, oscila entre productos taquilleros para mantener su imagen en primera línea y proyectos más arriesgados y personales, a menudo de directores poco experimentados buscando una oportunidad. Este film de criminales a la huida en los años 30, unos Bonnie y Clyde pasados por un prisma posmoderno, es del segundo tipo. Precisamente esa desmitificación del bandido y la interpretación de Robbie son lo más destacado de las muy positivas críticas que llegaron del Festival de Tribeca. Verla en Sitges habría sido una delicia, y más si Margot hubiese venido a presentarohmama me está dando un ictus solo de pensarlo así que gracias por salvarme la vida, Ángel Sala.
[size=5]20. LA GOMERA[/size]
Si no sois filólogos ni vivís en Canarias, lo más probable es que no sepáis que en la isla de La Gomera hay un lenguaje autóctono milenario consistente en silbidos de diferentes entonaciones. De hecho, ha sido reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y, ojo a la Wikipedia, “ha sido considerado de interés por Instituto SETI en el estudio de hipotéticas lenguas extraterrestres, debido a su capacidad para codificar naturalmente el lenguaje de un modo distinto al de los idiomas humanos comunes”. Pues bien, ha tenido que venir un director rumano para dar a conocer el silbido gomero a nivel internacional con este thriller político a caballo entre la comedia negra y el noir situado en la isla canaria, y que usa este dialecto como código para que los personajes se transmitan mensajes secretos. Dirigida por el multipremiado Corneliu Porumboiu, es una rareza que ha pasado por Cannes y Toronto con muy buenas críticas.
[size=5]19. PROXIMA[/size]
No es nada común que el cine fantástico se cuele en los festivales no especializados ni en la carrera hacia el Oscar. Y menos en un país tan intelectualoide como Francia. Sin embargo, la última película de Alice Winocour (guionista de Mustang) es una de las tres preseleccionadas por el país galo para representarles en los premios de la Academia estadounidense. Aunque no sea estrictamente de ciencia ficción, sí que tiene vínculos temáticos con el género. Su argumento nos presenta a una astronauta (Eva Green madredelamorhermoso) que debe afrontar una separación de un año de su hija cuando es elegida para una misión en la Estación Espacial Internacional. De esta forma, explora las consecuencias psicológicas que puede tener la exploración del universo, y si el ser humano está preparado para disgregarse de la sociedad. En Toronto le han dado su sello de calidad, pero San Sebastián se la arrebató al festival catalán. Oooooootra vez.
[size=5]18. SWEETHEART[/size]
Una joven naufraga en una isla desierta. A su lucha por la supervivencia en un entorno hostil se une la presencia de un monstruo desconocido que ataca por las noches. Este argumento, que podría pertenecer a una de las muchas series que salieron a rebufo de Perdidos imitando alguno de sus componentes, es el de la tercera película de J.D. Dillard, autor de la estimable Juego de manos, que introducía la ciencia ficción low cost en el mundo de los pandilleros. A su paso por Sundance destacaron su excelente pulso y tensión, pero aquí estamos para hablar de su protagonista, Kiersey Clemons, quizás la actriz negra con más carisma y talento de su generación. Tanto, que un servidor solo la ha visto en dos películas y una serie, pero tenía la impresión de haberse quedado hipnotizado por ella en al menos una decena. Que no venga a Sitges, pero que le den ya una película que la convierta en estrella, por favor.
[size=5]17. RED 11[/size]
Hace casi 30 años, un joven y arruinado Robert Rodríguez decidió que la mejor forma de ganar dinero rápido para poder autofinanciarse su primera película era convertirse en cobaya humana para experimentos farmacológicos. De esa experiencia, donde probó todo tipo de sustancias alucinógenas, sacó dos cosas: 7.000 dólares que le permitieron hacer El Mariachi, film que le abrió las puertas de Hollywood; y unos perturbadores recuerdos que ahora le han servido para este thriller paranoico cuyo presupuesto es, no por casualidad, de 7.000 dólares (recordemos que cada segundo de su anterior película costó cuatro veces esa cantidad). Definida como una simpática curiosidad útil para estudiantes de cine que quieran ver qué puede hacerse con pocos medios, pasó por South by Southwest con buena recepción.
[size=5]16. THE BEACH BUM[/size]
Siete años ha tardado Harmony Korine en realizar su siguiente película después de la icónica Spring Breakers, el film con el que dejó atrás su pasado en el cine Dogma más underground para abrazar la ultraestilización, sin perder su perversidad ni su interés por la sexualización de la adolescencia. En su sexta película, sobre un poeta que intenta terminar su nueva novela mientras fuma cantidades industriales de maría, sus actores ya no son desconocidos sin experiencia, sino que se llaman Matthew McConaughey, Isla Fisher, Zac Efron, Martin Lawrence o Jonah Hill. Básicamente un biopic no reconocido de McConaughey, ha recibido críticas tan divididas y entusiastas como el resto de la filmografía de Korine, pero si hay un lugar donde el público la habría recibido con los brazos abiertos es en Sitges, donde ya se proyectaron sus tres obras anteriores.
[size=5]15. WOUNDS[/size]
La cinta de terror Under the Shadow fue una de las más gratas sorpresas que deparó Sitges 2016, alzándose con el premio a mejor película en la sección Noves Visions, primer paso en una carrera triunfal que incluso le llevó a ganar un BAFTA. Para su segunda película, el iraní Babak Anvari deja atrás su país natal (aunque la rodó en Jordania para evitar problemas con el régimen) y sitúa la historia en el Reino Unido, donde la vida de un camarero comienza a desmoronarse con sucesos inexplicables tras atender una llamada a un móvil que alguien se había dejado en su bar. Protagonizada por Armie Hammer, Dakota Johnson y Zazie Beetz, ha pasado por Sundance y Cannes gracias al prestigio generado por la ópera prima de Anvari, y aunque las críticas han sido esta vez mixtas, sin duda el lugar que la iba a acoger con mayor calidez era Sitges.
[size=5]14. BLOW THE MAN DOWN[/size]
Los pueblos de la América profunda siempre son lugares ideales para historias turbias de personajes ordinarios envueltos en una violencia extraordinaria. O, dicho de otra forma, el noir rural que, con sus dosis de humor negro, tan bien han sabido explotar los hermanos Coen. Para su primera película, Bridget Savage Cole y Danielle Krudy han decidido viajar a un poblado pesquero de Maine (Nueva Inglaterra) y meter de cabeza a dos jóvenes hermanas (Sophie Lowe y Morgan Saylor) en la difícil tarea de encubrir un crimen, secundadas por veteranas como June Squibb y la siempre genial Margo Martindale, en este caso dueña de un burdel y mafiosa oficial del lugar. La crítica se ha vuelto loca con el film en Tribeca y Toronto, por lo que seguramente en Sitges habría sido una de esas películas que llegan tapadas y salen coronadas como clásicos de culto.
[size=5]13. WRINKLES THE CLOWN[/size]
¿Qué fue antes, el terror que nos inspiran los payasos o la mala uva de Stephen King para convertir a uno de ellos en uno de los máximos exponentes del miedo infantil? Es difícil encontrar el momento en el que una figura cómica adorada por los niños pasó a tener tan mala fama, pero, como en el caso de las muñecas de porcelana, investigar el tema es sumirse en un universo de horror arcano y primordial en el que un servidor no está dispuesto a entrar. Lo que no quiere decir que este documental sobre un fenómeno viral del creepypasta (en realidad un señor que se alquila como payaso terrorífico para asustar a niños revoltosos o a cualquiera con sangre en las venas) no fuese totalmente imprescindible y una decepción que no esté en el festival. Y más en el año de It: Capítulo 2, de la que puede ser un buen complemento para no dormir nunca más en la puta vida.
[size=5]12. LA CASA DEL TERROR[/size]
Cuando pensamos en Un lugar tranquilo, de inmediato se nos viene a la cabeza el nombre de John Krasinski. Y, sin desmerecer su labor, algo de reconocimiento habría que darles también a Scott Beck y Bryan Woods, que escribieron una de las cintas de terror más tensas y originales de los últimos años. Para su quinto film como directores (ninguno de sus anteriores ha tenido repercusión) han elegido una historia de casas encantadas, en concreto unos adolescentes con sequía neuronal, como es habitual en el género, que deciden que la mejor forma de pasar Halloween es acudir a una casa del terror extrema; una atracción no apta para corazones débiles que, ante la sorpresa de un total de cero personas, es más real de lo que nuestros hormonados amigos esperaban. En el FrightFest se han vuelto loquísimos con ella, que es lo único que necesitábamos en Sitges para estar deseando verla.
[size=5]11. FIRST LOVE[/size]
Quizá la noticia más impactante de la edición de este año es que, por primera vez desde que en 2013 comenzamos a cubrir el festival in situ, Takashi Miike está ausente de la programación. Y no porque se haya tomado un descanso: sigue rodando, aunque ha bajado su ritmo de producción respecto a la primera década del siglo, cuando hacía una media de cuatro largometrajes al año (más cortos, series, etc.). En 2019 solo tenía una película, esta comedia romántica de acción sobre un boxeador y una prostituta que se ven envueltos en un enredo de mafiosos, tráfico de drogas y violencia a lo largo de una noche. Ha estado en Cannes, Toronto, San Sebastián y el Fantastic Fest, pero por algún motivo no ha encontrado sitio en Sitges, ciudad que hasta le ha servido de plató de rodaje. ¿Se estarán divorciando Miike y Ángel Sala? ¿Qué culpa tenemos nosotros?
[size=5]10. LUCY IN THE SKY[/size]
Una de las voces autorales más potentes surgidas en la televisión americana esta década es la de Noah Hawley, responsable de dos series tan aclamadas e iconoclastas como Fargo y Legión. Por ello, más que curiosidad sobre su salto al cine, había auténtica ansiedad. Y más tratándose de un reparto de primera y una historia que combina el drama psicológico con la metafísica, centrando su historia en una astronauta que pierde el sentido de la realidad tras una experiencia en el espacio. Ahora bien, se estrenó en Toronto hace unas semanas (en una edición donde la calidad media ha sido muy alta) y la crítica la masacró, no sabemos si con justicia, por las expectativas o por la extraña comparación con los otros títulos del certamen. Su casa para dilucidarlo era Sitges, donde las mentes están más abiertas y siguen esperándola como agua de mayo. Bueno, no veremos a Natalie Portman, así que tercer infarto de la lista que me ahorro.
[size=5]9. MADRE[/size]
Confieso que, desde que comencé con estos artículos, se pueden contar con los dedos de una mano las películas españolas que he incluido en ellos. Entre la poca información que hay, mi negativa experiencia con el cine nacional que sí se proyecta en Sitges, y un admitido desinterés por bucear en propuestas alternativas de las que luego no se vuelve a saber nada, hay un hueco muy feo en mi escritura. Pero, amigos, Rodrigo Sorogoyen no es ya un cualquiera. Ha pasado varias pruebas con nota, se mueve en el thriller como pocos realizadores españoles y, casualidades de la vida, su nuevo proyecto viene de la mano de una nominación al Oscar para el corto que expande (del que es mejor no saber nada, pero es terrorífico) y de un estreno en el Festival de Venecia que se saldó con aclamación crítica y un galardón para Marta Nieto. Actriz murciana, como un servidor, pero eso nada tiene que ver con que el film esté aquí. Vale, un poco. Pero poco.
[size=5]8. UNCUT GEMS[/size]
Los hermanos Safdie son dos de los muchos directores indies estadounidenses que han madurado su estilo al amparo del movimiento mumblecore, para pasar luego a films más elaborados estilísticamente. Con la mirada siempre puesta en personajes de los extrarradios de las ciudades, su nueva película tras el campanazo que supuso Good Time les lleva al mundo de los vendedores de joyas, siempre caminando sobre la cuerda floja de la legalidad y el acceso a un lujo que les está vedado. La crítica se ha derretido con ella a su paso por los festivales de Telluride y Toronto. Literalmente: cuentan que son 135 minutos espasmódicos que no dan tregua y que provocan taquicardias, sudores y extenuación sensorial. Un chute de adrenalina editorial y sonido atronador donde Adam Sandler, alejado de su habitual papel de cómico de mierda, dicen que está de Oscar. Ojalá en Sitges lo demostrase, pero así nos ahorramos que se traiga su guitarrita.
[size=5]7. THE DEATH OF DICK LONG[/size]
La ganadora del premio del jurado en Sitges que mayor unanimidad y aprobación ha despertado entre el público desde que acudo al festival ha sido, con mucha diferencia, Swiss Army Man. Y eso que hubo muy buenas películas en la edición de 2016, pero la absoluta locura de aquella película, su emoción tierna y oscura, su humor basto y surrealista, fueron un huracán innegable. Ahora Daniel Scheinert, el 50% de la pareja de directores que nos trajo ese film, se atreve en solitario cambiando de registro, con una comedia negra con aroma a los Coen donde dos amigos rednecks intentan ocultar cómo murió el colega que da título a la película. Aplaudida en Sundance y en el Fantastic Fest, lo mínimo que uno podría esperar de los organizadores de un festival es que intentasen traer a él las siguientes películas de los realizadores que más han triunfado. Si no está en la programación, algún problema legal o económico ha debido haber.
[size=5]6. ZOMBIELAND: MATA Y REMATA[/size]
Hace una década, una película de zombis protagonizada por Woody Harrelson, la niña de Pequeña Miss Sunshine y dos chavales jóvenes se estrenó con enorme éxito de público en Sitges. Diez años, muchos premios y un buen puñado de personajes icónicos después, Jesse Eisenberg y Emma Stone regresan junto a sus compañeros de reparto en la secuela de aquel film. Como si no hubiese pasado el tiempo, pero con Abigail Breslin ya plenamente adulta, nuestros cuatro amigos siguen enfrentándose con los muertos vivientes a lo largo y ancho del país, encontrándose por el camino con supervivientes como Rosario Dawson, Dan Aykroyd y Luke Wilson. Está por ver si esta nueva entrega mantiene la frescura de la original o sufre las carencias de tantas otras continuaciones tardías, pero habría sido bonito tenerla en Sitges, aunque solo fuese por Emma y Rosario. Dos hipoglucemias menos que voy a sufrir.
[size=5]5. THE HUNT[/size]
A todos nos gusta una buena película prohibida. No es que aceptemos o aplaudamos la censura por parte de ningún estamento político, judicial o económico. De hecho, la repulsa que nos provoca es lo que convierte a la víctima en un mito, aunque no tenga ningún otro mérito para serlo. Sobre el papel, la nueva película de Craig Zobel (Compliance) solo parecía otra producción Blumhouse no más polémica de lo que puede ser The Purge. La Noche de las Bestias, que tomaba como punto de partida la idea de la caza de humanos (pobres) por parte de hombres (ricos) sin escrúpulos que lleva pululando por el cine de todo tipo desde hace casi un siglo, de El Malvado Zaroff a Caza bajo el sol, pasando por Blanco Humano o Punishment Park. Y puede que no sea la mejor de este subgénero. Pero cuando Universal canceló sine die su estreno después de que Donald Trump y su caterva de carroñeros lameculos apuntasen sus rifles tuiteros hacia ella con la hipócrita excusa de su poca sensibilidad hacia los tiroteos masivos de Dayton y El Paso (como si no hubiese uno nuevo cada semana por culpa de su política de buitres), nació un mito para la historia del cine. Ojalá Sitges fuese la resistencia.
[size=5]4. DOCTOR SUEÑO[/size]
Después de casi tres décadas en modo señorasuéltemeelbrazo, Stephen King dejó de repetir por activa y por pasiva la absoluta mierda que le había parecido la adaptación que Stanley Kubrick hizo de su tercera y muy personal novela, El Resplandor, y decidió comenzar a escribir la secuela que cambiaría por completo el legado del film y lo devolvería a su legítimo autor. Publicada en 2013 y olvidada en algún momento de 2014, Doctor Sueño se sitúa 35 años después de la historia original, con un adulto Danny Torrance que usa sus poderes para la eutanasia mientras los fantasmas del hotel Overlook siguen buscándole. Su camino se cruzará con una secta de seres oscuros que se alimentan del ‘resplandor’ de los elegidos. Y todo esto, ideal para Sitges, estaría mucho, mucho más abajo en esta lista si no fuese porque el encargado de trasladarlo a la gran pantalla es Mike Flanagan, uno de los valores más seguros del cine de terror actual, que abandona temporalmente los espíritus de Hill House para que Rebecca Ferguson aterrorice a Ewan McGregor. La jugada le ha salido regular a King: Flanagan ha reconocido que su adaptación tomará en cuenta el film de Kubrick, que debe de estar descojonándose en su tumba.
[size=5]3. JOJO RABBIT[/size]
Antes de coronarse como el director de referencia para el futuro del universo Marvel gracias a una única película, Taika Waititi era un experto en un tipo de cine alejado de los superhéroes: la comedia tierna de humor absurdo, como Hunt for the Wilderpeople, Eagle vs Shark o Lo que hacemos en las sombras (que, por cierto, pasó por Sitges 2014 como un huracán de carcajadas). ¿Y qué hay más cómico y tierno que Ado…lf Hitler? En su sexto film ha decidido usar la carta blanca de Thor: Ragnarok (y el resto de la baraja) para contar la historia de un niño de las Juventudes Hitlerianas que comienza a descubrir que a lo mejor el nazismo está mal, pese a lo que le diga su amigo imaginario de bigote chapliniano. Entre la historia de crecimiento infantil y la sátira política de paladar complicado, acaba de ganar el premio del público en el Festival de Toronto pese a provocar la esperable división de opiniones entre los críticos. Queda saber lo que pensará el público general de ella, pero si no fuese porque la Fox es ahora de Disney (que prácticamente veta a festivales como Sitges), a buen seguro cataríamos algo de ella por estos lares para saber si es Don Perignon o Don Simón.
[size=5]2. PUÑALES POR LA ESPALDA[/size]
Recuerdo mi primer Sitges. Fue la edición de 2006 y acudía como público junto a unos amigos que, como yo, perdíamos la virginidad festivalera. De entre las 15 películas que vimos, recuerdo una impresionante revisión adolescente del cine noir escrita y dirigida como dios. A la salida de la sala, mientras nosotros seguíamos encandilados por lo que habíamos visto, un joven rubio rechoncho y con gafas, nervioso como un flan, esperaba ver las reacciones. Y me acerqué a él, le pedí su autógrafo, y le dije lo buenísima que era su ópera prima y que estaba seguro de que tenía un futuro increíble por delante.
Me puedo poner la medallita de haber descubierto a Rian Johnson solo con Brick, pero ni de puta coña habría imaginado que iba a resucitar artísticamente la saga de Star Wars. Más bien pensaba en que iba a dinamitar el cine de Hollywood con películas como esta, que recupera el estilo de Agatha Christie con un reparto estelar y le da la vuelta 27 veces hasta convertirlo en un juguete loco y maravilloso con un sello inconfundible, por lo que cuentan de ella en Toronto. Ojalá mi demacrado yo de 40 años pudiese ver hoy a Rian después de volver a disfrutar de una de sus películas en Sitges, cruzar miradas con él, guiñarle el ojo y asentir sabiamente, como si las palabras sobrasen entre nosotros. Luego ya se lo explicaría a los Mossos, pero ese momento no me lo quitaría nadie.
[size=5]1. PARÁSITOS[/size]
A diferencia de su colega Chan-wook Park, que está abonado al festival, Joon-ho Bong solo ha traído a Sitges dos películas: The Host, con la que inauguró la edición de 2006; y Okja, que se mostró en sesión especial meses después de estar disponible en Netflix. Por eso, que su último pelotazo internacional entrase en la programación no estaba para nada asegurado, pese a que parecía de cajón que nos trajesen la última película de género de uno de los más adorados cineastas coreanos de este siglo. Y más habiendo logrado la Palma de Oro en Cannes entre el aplauso unánime de crítica y público (que, por cierto, se ha repetido en San Sebastián). Como mínimo, debía ser perseguida sin cuartel, luchada con uñas y dientes, por el equipo de organización del festival catalán.
Y así, mientras todos los que acudimos anualmente a Sitges y parte de los que cada año barajan la posibilidad de venir comenzábamos a notar cómo el corazón comenzaba a palpitarnos más deprisa, el vello se nos erizaba, la frente se nos perlaba de sudor y la sangre bullía hacia nuestra entrepierna, anticipando ese orgasmo cinéfilo que decían haber tenido todos los que la habían visto (y que insistían en que no conociésemos nada de ella para explorarla en toda su turgente sensualidad perversa), llegó Ángel Sala en gatillazo de prensa y anunció que no había sido posible. Según cuentan, las condiciones impuestas a la distribuidora en España exigían que el film solo pasase por un festival antes de su estreno en salas. Y el elegido fue Zinemaldia. Está claro que los atronadores rumores de Oscar (hasta en las categorías principales) la sitúan con el cine respetable, no con los raritos de la clase. Bueno, si algo hemos aprendido del realismo social de las comedias adolescentes americanas es que él se lo pierde, nosotros nos lo vamos a pasar mucho mejor que él con sus nuevos amigos pijos.
Dejadme creer en mis mentiras.
@DamnedMartian