Fincher consigue colarse entre los nominados al DGA

El sindicato más importante de Estados Unidos es sin duda el DIRECTORS GUILD OF AMERICA (DGA). No deberían serlo sobre el papel, ya que no cuentan con tantos miembros como el de actores, ni con tanto poder de facto como el de productores. Sin embargo, su prestigio contrarresta estas minucias, y es que los directores son en teoría el principal potencial creativo del cine. Al menos, desde que Cahiers du Cinema declaró que el director era el propietario intelectual de la obra, y los demás eran meros siervos a su servicio artístico. 50 años de educación en ese sentido hacen que, hoy por hoy, el DGA sea uno de los premios más importantes de la temporada.
También, ya que estamos, es uno de los que más coinciden con los Oscar. De hecho, lo más habitual es que por lo menos cuatro de los cinco nominados repitan en la noche de los Oscar, bien sea como mejor director o como mejor película, y normalmente ambas cosas. Con el aumento a diez en el número de candidatas en los premios de la Academia, se puede decir que las películas nominadas aquí tienen un 100% de probabilidades de entrar en la terna, aunque el retoque de las reglas lo hace ligeramente menos seguro. La apuesta más fiable, sin embargo, son estos cinco autores.
Los nominados al DGA este año son:
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WOODY ALLEN
(Midnight in Paris )
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DAVID FINCHER
(Los Hombres que no Amaban a las Mujeres)
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MICHEL HAZANAVICIUS
(The Artist)
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ALEXANDER PAYNE
(Los Descendientes)
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MARTIN SCORSESE
(La Invención de Hugo)
Los nominados a las categorías de documental y series de televisión se darán a conocer mañana.
El favorito es por supuesto el francés Hazanavicius, ya que su película está llamada a arrasar de aquí en adelante. Sin embargo, la verdadera noticia es que, por un lado, Woody Allen ha conseguido colarse entre los nominados cuando no estaba seguro, y por otro que David Fincher también lo ha conseguido en lo que es un contraataque de última hora en toda regla, y que pone a su película en una posición inmejorable para ser una segura candidata al Oscar. Y lo hace a costa de dos pesos pesados: Spielberg, que ve peligrar su Caballo de Batalla, el cual ya no está tan seguro como parecía al haber sido ignorada por todos menos por los productores; y Malick, que va a tener que luchar denodadamente para conseguir que los votantes le den una oportunidad a su árbol filosófico.