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Diario desde Sitges 2010. Día 5 y 6. Para todos los gustos
juanan_gollum, 15/10/2010
Ya estamos en el ecuador del certamen y después de la ida de olla con la que despedimos la cuarta jornada decidimos que había que seguirle la pista a Yoshihiro Nishimura, sí el mismo que se quitó la ropa y se quedó en taparrabos en la presentación de su película, así que decidimos ir a la Masterclass que dio por la mañana.
Y al contrario de lo que nos imaginábamos Yoshihiro no volvió a liarla. Este singular personaje respondió a las preguntas de sus seguidores y se ofreció para a maquillar a una chica del público.
Se le preguntó acerca de cómo se seguía su cine en su propio país, a lo que respondió que una de sus películas más famosas Tokyo Gore Police se estrenó en solo un cine de Tokio y con un solo pase y que gracias al mercado internacional y la venta al DVD conseguía la financiación de nuevos proyectos. Todo un personaje, que a pesar de la calidad y enfermizos argumentos de sus obras demuestra estar lo suficientemente cuerdo como para seguir haciendo lo que más le gusta.
Después de la distendida charla con el director nipón volvimos a lo que mejor sabemos hacer, devorar cine. Y empezamos regular, con la cinta Dream Home, un film que nos relata una forma muy curiosa de entender la burbuja inmobiliaria. El film de Ho-Cheung Pang, conocido por la galardonada Isabella y Exodus, cuenta como una mujer se dedica a asesinar a los inquilinos de un edificio para reducir el coste de sus viviendas y poder cumplir el sueño de su infancia, obtener su casa propia. La cinta se mueve entre la comedia negra, el splatter y mucho gore del bruto.
Aunque personalmente no me convenció hay que reconocer que no decepcionó a los más acérrimos al género y fueron bastantes los comentarios positivos al salir de la proyección.
Continuamos la jornada con otro de los fijos en Sitges, Brad Anderson que ganó el premio al mejor director por su primera película Session 9, el director de la magnífica El Maquinista y la correcta Transsiberian nos trae esta vez Vanishing on the 7th street que recuerda a otra también fallida cinta de terror En la Oscuridad. En ambas, en la oscuridad se esconde el mal. Y sus protagonistas tendrán que aferrarse a cualquier rastro de luz que puedan obtener para salvarse. Los efectos están conseguidos, se nota que goza de un presupuesto digno de una buena producción, pero cae en muchos tópicos del género y no sorprende ni otorga nada nuevo al género. Otra de esas cintas olvidables.
Como curiosidad el protagonista de la cinta, Hayden Christensen, se llama Luke y se pasa la película huyendo de la oscuridad, lease también como lado oscuro, lo que ha provocado alguna risita en la sala. (si no se coge la gracia revisar trilogía La Guerra de las Galaxias)
La tercera película llegaba de la mano de un conocido por los amantes del género y por crear el gran iconos del cine de terror del siglo XXI. James Wan, archiconocido por dirigir la primera parte de la saga Saw, dirige ahora una historía que nos devuelve al género de terror clásico al de las casas encantadas y posesiones demoniacas.
Insidious empieza cuando Josh, su esposa Reani y sus tres hijos acaban de mudarse a una vieja casa. El hijo pequeño sufre un accidente y caerá en coma, empezarán a producirse extraños fenómenos y la familia se verá acosada por algo que no parece de este mundo. Recuerda en muchos momentos a Poltergeist y a pesar de tener un par de momentos notables, la cinta se queda a medio camino y no llega a conseguir los resultados que Wang obtuvo con su primer trabajo.
El director se dirigió al público antes de la proyección de la película, comentando que era un placer estar en Sitges, que siempre había querido venir, y que aunque había sido invitado en otras ocasiones, nunca se había enterado. Además confesó de que si no le llegan a llamar a la habitación del hotel media hora antes, ni se hubiese acordado de bajar a presentar el film. Todo un personaje de metro sesenta, que al finalizar se quedó hablando con el público y haciéndose fotos.
Por desgracia la jornada no terminó como uno hubiese querido y es que Roman Parrado presentó su primera película con una recepción bastante fría por parte de los espectadores.
14 días con Victor cuenta la historia de un pobre desgraciado, Victor. Un joven con problemas, que se vende a un pintor de tercera, el cual necesita retratar el dolor en sus lienzos. Es como una versión gafapastil de la francesa Martyrs.
Así terminó el quinto día del festival, pero para ponernos al día, vamos a revisar también lo que nos deparó la sexta jornada del certamen.
[size=6]DÍA 6[/size]
Y que mejor manera de empezar el día con un encuentro con Julie y Roger Corman mundialmente conocidos por sus trabajos en La Tienda de los Horrores, El Péndulo de la muerte, La Caída de la Casa Usher (1960) y así hasta producir más de 400 títulos.
El encuentro celebrado en la sala tramuntana del hotel Meliá como anticipo al premio María de Plata que recibirían por la noche sirvió a los asistentes para hablar con los premiados y sobretodo para dar la noticia de que Roger, después de 20 años sin dirigir, puede que vuelva a ponerse tras las cámaras después de recibir hace unas semanas una llamada de Nicolas Cage diciéndole que estaba muy interesado en que lo dirigiera.
Poco antes de que terminara el coloquio me fui a toda prisa para llegar a una entrevista concertada con Christian Molina, director de Rojo Sangre, Diario de una ninfómana y que presentaba este año en Sitges su nuevo trabajo De Mayor quiero ser soldado que habla de temas candentes de actualidad en este caso la influencia de la televisión y los videojuegos en la creciente violencia infantil.
Lo más curioso ocurrió mientras esperaba para entrar en la entrevista, en un momento dado me giré y me encontré de narices con Joe Dante y obviamente no podía dejar pasar la oportunidad de fotografiarme con uno de los grandes del cine fantástico mundial.
La entrevista con Chistian fué bien, cuando vuelva de Sitges la colgaré, pero por problemas de indisposición no pude disfrutar de su película, por lo que solo puedo reproduciros lo que se comenta por las calles de Sitges y es que a pesar de tener unas imágenes e ideas muy potentes se queda en una película manipuladora y simplona, pero que consigue entretener y que tiene en el joven protagonista una autentica revelación de talento.
Una vez terminados los actos paralelos de la mañana me dirijo a mi butaca habitual en el auditori para empezar con las películas del día, y al igual que el día anterior, empezamos con mal pié. Black Death protagonizada por Sean Bean, el Boromir del Señor de los Anillos, y dirigida por Christopher Smith, que debutó en el cine en 2004 con la película Creep y que cuenta en su filmografía con la gamberra Desmembrados y Triangle. Nos traslada a la edad media, en medio de la peste que asola la Europa del siglo XIV, un novicio espera una señal del cielo para decidirse entre acompañar a su amada o permanecer en el monasterio. Cuando aparezca un grupo de soldados en busca de un poblado que misteriosamente permanece inmune a la plaga, él se ofrecerá como guía.
Estamos ante una cinta de aventuras en donde lo más destacable son los combates cuerpo a cuerpo y la ambientación y dirección artística de la misma. Quizás por esperar una cinta con más acción no he visto cumplidas las expectativas y parece que las del resto de los espectadores tampoco se cumplieron, pues al terminar la proyección solo se escuchaban comentarios bastante negativos de la película.
Y por fin, en el sexto día, llegaba una de las cintas más esperadas por la mayoría de asistentes en este festival, como lo demostraban la sala a rebosar y la increíble cola de prensa que esperaba para entrar en la sala. Takeshi Kitano, volvía a sus orígenes, al cine que le dio el reconocimiento mundial. Outrage no es más que otra vuelta de tuerca al cine de yakuzas, con una violencia seca, deshumanizada y que con ritmo pausado va desarrollando una historia que, como es habitual en Kitano, tendrá un sangriento final.
La película ha sido criticada por algunos que la consideran demasiado igual a otros films de su director, pero lo cierto es que la cinta ha sido muy bien recibida por la mayoría de espectadores y despedida entre aplausos.
Pero lo mejor estaba por llegar de la mano de James Gunn un loco amante del cine de los 80 formado en la Troma de Lloyd Kaufman y capaz de escribir uno de los mejores remakes del cine de horror reciente como fue Amanecer de los Muertos, Gunn debutó en la dirección con la imprescindible Slither: la Plaga.
En Super vuelve para contarnos la historia de un tipo normal que se convertirá en Crimson Bolt un alter ego sin poderes con resultados inesperados. La película es violenta, cómica, bruta, es un cruce entre El Vengador Tóxico y Kick-Ass absolutamente imprescindible. Se han escuchado carcajadas durante toda la proyección y el público la ha despedido entre aplausos. Todo lo que puedo decir es No os la perdáis.
Y así acabó el sexto día, recordad que podéis ver mis impresiones y fotos en el hilo correspondiente, mañana seguiremos contando desde este diario todo lo que sucede en Sitges, ahora toca descansar y tener unas dulces pesadillas.
Y al contrario de lo que nos imaginábamos Yoshihiro no volvió a liarla. Este singular personaje respondió a las preguntas de sus seguidores y se ofreció para a maquillar a una chica del público.
Se le preguntó acerca de cómo se seguía su cine en su propio país, a lo que respondió que una de sus películas más famosas Tokyo Gore Police se estrenó en solo un cine de Tokio y con un solo pase y que gracias al mercado internacional y la venta al DVD conseguía la financiación de nuevos proyectos. Todo un personaje, que a pesar de la calidad y enfermizos argumentos de sus obras demuestra estar lo suficientemente cuerdo como para seguir haciendo lo que más le gusta.
Después de la distendida charla con el director nipón volvimos a lo que mejor sabemos hacer, devorar cine. Y empezamos regular, con la cinta Dream Home, un film que nos relata una forma muy curiosa de entender la burbuja inmobiliaria. El film de Ho-Cheung Pang, conocido por la galardonada Isabella y Exodus, cuenta como una mujer se dedica a asesinar a los inquilinos de un edificio para reducir el coste de sus viviendas y poder cumplir el sueño de su infancia, obtener su casa propia. La cinta se mueve entre la comedia negra, el splatter y mucho gore del bruto.
Aunque personalmente no me convenció hay que reconocer que no decepcionó a los más acérrimos al género y fueron bastantes los comentarios positivos al salir de la proyección.
Continuamos la jornada con otro de los fijos en Sitges, Brad Anderson que ganó el premio al mejor director por su primera película Session 9, el director de la magnífica El Maquinista y la correcta Transsiberian nos trae esta vez Vanishing on the 7th street que recuerda a otra también fallida cinta de terror En la Oscuridad. En ambas, en la oscuridad se esconde el mal. Y sus protagonistas tendrán que aferrarse a cualquier rastro de luz que puedan obtener para salvarse. Los efectos están conseguidos, se nota que goza de un presupuesto digno de una buena producción, pero cae en muchos tópicos del género y no sorprende ni otorga nada nuevo al género. Otra de esas cintas olvidables.
Como curiosidad el protagonista de la cinta, Hayden Christensen, se llama Luke y se pasa la película huyendo de la oscuridad, lease también como lado oscuro, lo que ha provocado alguna risita en la sala. (si no se coge la gracia revisar trilogía La Guerra de las Galaxias)
La tercera película llegaba de la mano de un conocido por los amantes del género y por crear el gran iconos del cine de terror del siglo XXI. James Wan, archiconocido por dirigir la primera parte de la saga Saw, dirige ahora una historía que nos devuelve al género de terror clásico al de las casas encantadas y posesiones demoniacas.
Insidious empieza cuando Josh, su esposa Reani y sus tres hijos acaban de mudarse a una vieja casa. El hijo pequeño sufre un accidente y caerá en coma, empezarán a producirse extraños fenómenos y la familia se verá acosada por algo que no parece de este mundo. Recuerda en muchos momentos a Poltergeist y a pesar de tener un par de momentos notables, la cinta se queda a medio camino y no llega a conseguir los resultados que Wang obtuvo con su primer trabajo.
El director se dirigió al público antes de la proyección de la película, comentando que era un placer estar en Sitges, que siempre había querido venir, y que aunque había sido invitado en otras ocasiones, nunca se había enterado. Además confesó de que si no le llegan a llamar a la habitación del hotel media hora antes, ni se hubiese acordado de bajar a presentar el film. Todo un personaje de metro sesenta, que al finalizar se quedó hablando con el público y haciéndose fotos.
Por desgracia la jornada no terminó como uno hubiese querido y es que Roman Parrado presentó su primera película con una recepción bastante fría por parte de los espectadores.
14 días con Victor cuenta la historia de un pobre desgraciado, Victor. Un joven con problemas, que se vende a un pintor de tercera, el cual necesita retratar el dolor en sus lienzos. Es como una versión gafapastil de la francesa Martyrs.
Así terminó el quinto día del festival, pero para ponernos al día, vamos a revisar también lo que nos deparó la sexta jornada del certamen.
[size=6]DÍA 6[/size]
Y que mejor manera de empezar el día con un encuentro con Julie y Roger Corman mundialmente conocidos por sus trabajos en La Tienda de los Horrores, El Péndulo de la muerte, La Caída de la Casa Usher (1960) y así hasta producir más de 400 títulos.
El encuentro celebrado en la sala tramuntana del hotel Meliá como anticipo al premio María de Plata que recibirían por la noche sirvió a los asistentes para hablar con los premiados y sobretodo para dar la noticia de que Roger, después de 20 años sin dirigir, puede que vuelva a ponerse tras las cámaras después de recibir hace unas semanas una llamada de Nicolas Cage diciéndole que estaba muy interesado en que lo dirigiera.
Poco antes de que terminara el coloquio me fui a toda prisa para llegar a una entrevista concertada con Christian Molina, director de Rojo Sangre, Diario de una ninfómana y que presentaba este año en Sitges su nuevo trabajo De Mayor quiero ser soldado que habla de temas candentes de actualidad en este caso la influencia de la televisión y los videojuegos en la creciente violencia infantil.
Lo más curioso ocurrió mientras esperaba para entrar en la entrevista, en un momento dado me giré y me encontré de narices con Joe Dante y obviamente no podía dejar pasar la oportunidad de fotografiarme con uno de los grandes del cine fantástico mundial.
La entrevista con Chistian fué bien, cuando vuelva de Sitges la colgaré, pero por problemas de indisposición no pude disfrutar de su película, por lo que solo puedo reproduciros lo que se comenta por las calles de Sitges y es que a pesar de tener unas imágenes e ideas muy potentes se queda en una película manipuladora y simplona, pero que consigue entretener y que tiene en el joven protagonista una autentica revelación de talento.
Una vez terminados los actos paralelos de la mañana me dirijo a mi butaca habitual en el auditori para empezar con las películas del día, y al igual que el día anterior, empezamos con mal pié. Black Death protagonizada por Sean Bean, el Boromir del Señor de los Anillos, y dirigida por Christopher Smith, que debutó en el cine en 2004 con la película Creep y que cuenta en su filmografía con la gamberra Desmembrados y Triangle. Nos traslada a la edad media, en medio de la peste que asola la Europa del siglo XIV, un novicio espera una señal del cielo para decidirse entre acompañar a su amada o permanecer en el monasterio. Cuando aparezca un grupo de soldados en busca de un poblado que misteriosamente permanece inmune a la plaga, él se ofrecerá como guía.
Estamos ante una cinta de aventuras en donde lo más destacable son los combates cuerpo a cuerpo y la ambientación y dirección artística de la misma. Quizás por esperar una cinta con más acción no he visto cumplidas las expectativas y parece que las del resto de los espectadores tampoco se cumplieron, pues al terminar la proyección solo se escuchaban comentarios bastante negativos de la película.
Y por fin, en el sexto día, llegaba una de las cintas más esperadas por la mayoría de asistentes en este festival, como lo demostraban la sala a rebosar y la increíble cola de prensa que esperaba para entrar en la sala. Takeshi Kitano, volvía a sus orígenes, al cine que le dio el reconocimiento mundial. Outrage no es más que otra vuelta de tuerca al cine de yakuzas, con una violencia seca, deshumanizada y que con ritmo pausado va desarrollando una historia que, como es habitual en Kitano, tendrá un sangriento final.
La película ha sido criticada por algunos que la consideran demasiado igual a otros films de su director, pero lo cierto es que la cinta ha sido muy bien recibida por la mayoría de espectadores y despedida entre aplausos.
Pero lo mejor estaba por llegar de la mano de James Gunn un loco amante del cine de los 80 formado en la Troma de Lloyd Kaufman y capaz de escribir uno de los mejores remakes del cine de horror reciente como fue Amanecer de los Muertos, Gunn debutó en la dirección con la imprescindible Slither: la Plaga.
En Super vuelve para contarnos la historia de un tipo normal que se convertirá en Crimson Bolt un alter ego sin poderes con resultados inesperados. La película es violenta, cómica, bruta, es un cruce entre El Vengador Tóxico y Kick-Ass absolutamente imprescindible. Se han escuchado carcajadas durante toda la proyección y el público la ha despedido entre aplausos. Todo lo que puedo decir es No os la perdáis.
Y así acabó el sexto día, recordad que podéis ver mis impresiones y fotos en el hilo correspondiente, mañana seguiremos contando desde este diario todo lo que sucede en Sitges, ahora toca descansar y tener unas dulces pesadillas.