No sonarán trompetas

Mamá Solis, que sigue en coma en el Hospital del Sagrado Corazón, se despierta. Al mirar a su alrededor no ve a nadie y se levanta para llamar a su hijo Carlos. En el pasillo, un operario del hospital está limpiando el suelo. La madre de Carlos sale corriendo por los pasillos en busca de un teléfono, pero un resbalón le hace perder el equilibrio y cae por las escaleras con tan mala suerte que se mata. Mientras, Lynette ve como Alisa Steven se dirige a su hija con el lenguaje de los signos e intenta entablar amistad con ella. Por su parte, Susan empieza a sentirse atraída por Bill Cunningham, el amigo de Edie.