Vivir del cuento

Crisoforo Pérez prácticamente vive de la caridad, de la generosidad entregada por su amigo Renato, que le mantiene como empleado en su empresa a pesar de los numerosos embrollos que ocasiona con frecuencia.
Renato, por su parte, vive de la herencia millonaria que obtuvo al enviudar, no obstante las inyecciones de dinero sólo se hacen efectivas si hace el luto por la fallecida. Esto se complica cuando Elsa, la mujer con quien mantiene una relación, decide que Renato debe conocer a don Gumaro, el padre de ella, un severo militar, quien se ha propuesto casarla y únicamente renunciará a su proyecto si conoce a su su pareja. Ante la imposibilidad de comprometerse públicamente con otra mujer, desesperado, Renato decide implicar a Crisoforo y le ruega que se haga pasar por el novio de Elsa.