No cabe duda de que Roddy es una “rata de la alta sociedad” que vive como un rey en un piso de Kensington atendido por dos mayordomos, los hámsteres Gilbert y Sullivan. Pero cuando una vulgar rata de alcantarilla llamada Sid aparece por la pila de la cocina y decide que esto es jauja, a Roddy no le queda más remedio que deshacerse del intruso atrayéndole hacia el “remolino”. Puede que Sid sea vulgar e ignorante, pero no es tonto, y Roddy acaba desapareciendo por el inodoro hacia el mundo subterráneo de Ratónpolis. Allí conoce a la trabajadora y emprendedora Rita, que sobrevive en las alcantarillas en su fiel barco, el “Jammy Dodger”. Roddy sólo tiene una idea, subir, pero antes tendrá que compensar a Rita por los problemas que le ha causado. Y hablando de problemas, el malvado Toad (Sapo), que odia a todos los roedores, quiere congelarlos... literalmente. Toad encarga el trabajo a sus dos desventuradas “esbirratas”, Spike y Whitey. Al no conseguirlo, no le queda más remedio que hacer venir a su primo de Francia, el terrible mercenario “Le Frog” (Le Rana).
Cuando Roddy cae por el váter de su elegante apartamento en el barrio de Kensington y aterriza en el misterioso mundo subterráneo londinense, el primer ser con el que se encuentra es una babosa con la voz de Hugh Jackman (en V.O.). Los ingenieros de sonido se sirvieron del grito de Hugh en el personaje de Roddy y lo trabajaron electrónicamente para que la babosa gritara exactamente como Roddy (eso sí, con un tono mucho más agudo).
La habitación de Tabitha contiene una serie de muñecos que fueron los protagonistas en películas anteriores de DreamWorks Animation. Hay un Gromit y varios conejitos de Wallace y Gromit: la maldición de las verduras, un Alex el León de Madagascar y un dragón de Shrek.