La Suerte Dormida

La historia de La suerte dormida comienza mucho antes de la película, cuando un hombre real cae en su camión al centro encharcado de una mina de sepiolita real y muere de frío allí dentro. La familia de ese hombre acude a un abogado, lleva el caso a juicio y algún tiempo después el abogado le cuenta el caso a Ángeles González Sinde (la directora), que atraída por la historia decide escribir un guión sobre ella..

Uno de los títulos que se barajó para la película fue “Historia de un avestruz en un campo de arena”. No era un buen título de película, y menos cuando los avestruces que vieron en la mina real se convirtieron después en vacas en la película por falta de presupuesto.

Para asegurar la consistencia del guión, Angeles Gonzalez Sinde se entrevistó con sindicalistas, abogados laboralistas e ingenieros de minas.