Películas>La naranja mecánica>Extras

La naranja mecánica

  1. epicPhrases

    El durango 95 ronroneaba de placer.

  1. epicPhrases

    Ahí estaba yo.
    Es decir, Alex y mis tres drugos.
    O sea Pete, Georgie y Dim.
    Estábamos sentados en el Milk Bar Korova, exprimiéndonos las rasureras para encontrar algo con que ocupar la noche.
    En el Korova Milk Bar servían lenche plus. Leche con venoceta o con dencromina... que es lo que estábamos bebiendo.
    Eso nos adulzaba los sentidos y nos dejaba listos para una nueva sesión de ultraviolencia.

  1. epicPhrases

    Videa bien hermanito, videa bien (Antes de violar a la mujer del escritor).

  1. epicPhrases

    Responsable de conducta: ¿Estoy hablando claro?
    Alex: Como el agua cristalina, señor. Más claro que el azul radiante de una mañana de verano. Puede confiar en mí, señor.

  1. epicPhrases

    ¿Dime qué es lo que se esconde detrás de esa risita caballuna? (Dirijíendose Alex a Dim cuando le esperaban en su casa)

  1. epicPhrases

    No le había cortado a Dim ningún cable importante
    (Alex narrando después de pegar a sus drugos en el canal).

  1. epicPhrases

    ... y de pronto... ¿qué me diríais? Nuestro viejo amigo, el vino rojo, rojo, que es el mismo en todas partes, estaba allí a pedir de boca chorrando. ¡qué belleza! (Alex narrando cuando estaba viendo la primera película)

  1. epicPhrases

    ¡¡Pero no es justo; no es justo que sienta náuseas oyendo al divino divino Ludwig van!! (Alex sufriendo, mientras ve otra película)

  1. epicPhrases

    Y entonces hermanos, queréis creerlo, vuestro fiel amigo y sufrido narrador, sacó más de un palmo yayuzca y se puso a lamer aquellos grúceos y pestosos zapatos" (Alex narrando cuando le hacen los test y ver si ya está curado)

  1. epicPhrases

    Mientras andábamos por el borde del muelle iba yo aparentemente tranquilo, pero cavilando todo el rato.
    Así que Georgie sería ahora el general dictando lo que teníamos que hacer o no hacer y Dim su perro faldero de sonrisa boba.
    Pero de repente, caí en la cuenta de que el pensar es para los atristos y que los omniosos cuentan con la inspiración y con lo que el Señor manda, porque ahora venía en mi ayuda una música deliciosa...
    Había una ventana abierta, con un tocadiscos en marcha y en seguida, vi de él el camino a seguir...