La Intérprete

Es la primera película hasta el momento que ha recibido permiso para poder rodar en la sede de las Naciones Unidas.

Para preparar su papel Nicole Kidman tuvo la ocasión de estar presente en algunas reuniones del Consejo de la ONU, conoció a diversos intérpretes y trabajó con el profesor lingüístico Tim Monich para aprender el Ku, idioma ficticio del país inventado al que representa en el film, y hablarlo con fluidez.

El equipo de producción pudo hacer uso de casi todo el complejo, desde los salones del Consejo de Seguridad hasta la Rosaleda, durante casi cinco meses. Sólo se les exigió que rodaran fuera del horario de trabajo y durante los fines de semana para no interrumpir el importante trabajo de Naciones Unidas.

Para poder hacerse con la atmósfera electrizante de una reunión de la Asamblea General con esa mezcla de colores, acentos y esperanzas, la producción usó a 1.200 extras vestidos con ropa tradicional y europea para llenar la sala. Algunos miembros de la Asamblea General se ofrecieron para participar con la esperanza de aparecer en un primer plano.

Rodar en el interior del edificio de la ONU también tenía sus pegas, entre otras, enfrentarse a medidas de seguridad realmente draconianas. Cada miembro de la producción, estrellas incluidas, tuvo que llevar identificaciones especiales y pasar por controles de seguridad cada día. Perros amaestrados para descubrir bombas olían el equipo y los materiales de forma regular.