Esposas Frívolas

El actor Rudolph Christians murió a mitad de rodaje. Como no podían volver a rodarse sus escenas con otro actor, se suprimieron algunas de las subtramas de su personaje y se completaron algunas escenas con un doble de espaldas a cámara.

El prestigioso productor Irving Thalberg tuvo como primer encargo de importancia intentar frenar la descontrolada producción de este film. Cuando intentó parar los pies a Erich von Stroheim amenazando con despedirle, éste se burló de él, puesto que como era el actor protagonista, no podían echarle de la película.
Aunque Stroheim ganó esa batalla, Thalberg tomó nota y en su siguiente film no le dejó aparecer como actor.

Un fanático del detallismo, Erich von Stroheim estaba tan preocupado por la verosimilitud de lo que se veía en pantalla que exigía que el champagne y el caviar fueran auténticos o que el vestuario fuera de alta costura.

El montaje inicial de la película era de cinco horas. Cuando le preguntaron a Erich von Stroheim cómo pensaba encajar eso dentro de la programación de una sala de cine, éste simplemente contestó que no había tenido tiempo para pensar en ese detalle.
Se estrenaría con un montaje de poco más de dos horas para consternación del director, que veía como algunas subtramas enteras se suprimieron y cientos de detalles se perdieron para siempre.

El coste del film superó con creces el presupuesto inicial, en gran parte por culpa del detallismo enfermizo del director y la costosa reconstrucción tan exacta de Montecarlo. Para convertir ese defecto en un ardid publicitario, el estudio instaló una valla en que cada semana se actualizaba a cuánto había ascendido el presupuesto de la película (el coste final fue de un millón de dólares).