El Gran Stan: El Matón de la Prisión

Seis meses antes de empezar el rodaje Rob Schneider empezó a prepararse para su personaje. Una dieta estricta acompañó una labor de aprendizaje de coreografías y artes marciales.

El personaje de Jennifer Morrison necesitaba un buen volumen de pechos, con lo cual y dada su normalidad se vio obligada a llevar implantes durante todo el rodaje.

Rob Schneider sufrió un colapso debido al agotamiento por el calor e intoxicación de alimentos en el plató. No obstante al día siguiente ya estaba listo para rodar más escenas.