En un futuro cercano, Teresa regresa a Bacurau, su pueblo natal, situado al oeste de Pernambuco y que forma parte de la municipalidad de Serra Verde. La anciana doña Carmelita, de 94 años, ha fallecido y su entierro convoca a todos sus habitantes. La aislada ubicación Bacurau ha dejado al pueblo en una situación de semi-abandono, con numerosos problemas de abastecimiento de agua, necesaria para soportar el tórrido calor de la región. Tony Jr, alcalde de Serra Verde, sólo aparece en período de elecciones y la ayuda que entrega a cuentagotas en verdad sirve para poco. Por otro lado el aislamiento no es del todo indeseado por los habitantes, que hacen su propia vida. Por la zona se rumorea que se oculta el bandido Lunga, sobre quien el gobierno federal ha emitido una orden de búsqueda y captura. Extrañas cosas irán sucediendo esos días. El camión cisterna aparece con agujeros de balas. Y en una hacienda cercana un terrible acontecimiento se producirá. También empezarán a verse otras cosas poco frecuentes, como extranjeros y drones sin propietario conocido.
El pueblo de Bacurau es puramente imaginario. En Brasil la palabra Bacurau se utiliza para referirse a un pájaro brasileño, a alguien que sale solo de noche o de piel negra.