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ZINEMALDIA 2012. Día 1. Jornada de contrastes
Carlos Fernámdez, 22/09/2012
Ayer empecé a escribir este artículo a las 4 de la mañana y casi doce horas después estoy intentando terminarlo, para contaros todo lo sucedido en el día de ayer, una jornada cargada de carreras, fotos, gritos, rezos, coloquios fiestas y sobre todo cine. Los usuarios de twitter podréis haber seguido la evolución del día a través de los “timelines” de @CINeol, @IBB219 y @charlyr2d2, donde hemos dado cuenta de todo lo que ha ido sucediendo minuto a minuto.
En la época actual que nos ha tocado vivir, donde la crisis las penurias económicas, los recortes y los abusos están en boca de todos cada vez se hacen más evidentes y pronunciadas las diferenticas que hay entre las distintas clases sociales. En la jornada de ayer tuvimos una clara muestra de estos contrastes. No solo a nivel de dinero, si no a la hora de enfrentarse a los problemas, a la muerte, a la incomunicación, a las mentiras y en general a la vida.
El festival quedó extra-oficialmente inaugurado a las 10 de la mañana con la proyección de El Fraude. Una película que en su envoltorio parece una más sobre la crisis económica pero esconde realmente una historia sobre la mentira y la ambición.

Más fotos en la galería de fotos del 60 Festival de Cine de San Sebastián.
A priori y por ciertas imágenes no parecía que fuese mucho más allá de una TV-movie con dos grandes estrellas. Pero el resultado ha sido mucho más satisfactorio, nos encontramos una cinta solida en la que Richard Gere interpreta el papel de un padre de familia, dueño de una importante empresa de inversión que se verá envuelto, debido a sus infidelidades en una red de mentiras que harán peligrar sus relaciones familiares, y un posible negocio de compra de su compañía para evitar la quiebra.
Lo más sorprendente de la película es lo bien que mide los tiempos a la hora de mostrar las cartas al espectador y como la tela de araña que va tejiendo sobre el protagonista, personaje lleno de claroscuros, va encajando a la perfección y haciendo dudar al espectador sobre de parte de quien posicionarse.
A pesar de que la situación económica global está de trasfondo durante toda la película, nunca llega a pasar a un primer plano, se podría decir que más que una película sobre la crisis económica, nos encontramos ante una película sobre la crisis de valores de la sociedad en general y del personaje de Gere en particular. Un personaje, que como bien se ha comentado en la rueda de prensa, tan harto de ganar dinero que su avaricia ha llegado a convertirse en “un juego peligroso” solo por la diversión de arriesgar.
La parte más floja de la película sean quizás las sub-tramas que si bien ayudan a atrapar más al protagonista en la red que se ha montado, quedan muy poco desarrolladas, y el papel de esposa de Susan Sarandon, que vuelve a ser esposa de Gere después de ¿Bailamos?, sabe a poco, a pesar de ser de tener gran importancia en los momentos finales de la película.
El film además cuenta con la dirección de Nicholas Jarecki que en su debut consigue combinar a la perfección la banda sonora con las imágenes, para fortalecer la sensación de opresión que sufre el protagonista y que recuerdan en ciertos momentos a Drive, sobre todo en los planos de la ciudad o del coche conducido por las calles neoyorquinas.
Los aplausos al final de la proyección confirman, que sin ser una obra maestra, ha sido una elección muy correcta para inaugurar la 60 edición del festival de cine de San Sebastián.
Si El Fraude retrata los barrios más caros y la alta sociedad de Nueva York, donde lo más importante es el dinero. Beasts of the Southern Wild es todo lo contrario, una historia situada en el sur de los Estados Unidos, donde se encuentran las zonas más pobres de aquel país y donde sus protagonistas luchan por no perder su hogar, aunque para ello deban enfrentarse y sobrevivir a una gran tormenta.

La película es un cuento que mezcla el fin del mundo, criaturas imaginarias y donde una niña llamada Hushpoppy deberá enfrentarse a ellos y a la subida del nivel del mar que amenaza con destruir el lugar donde viven, llamado “La Bañera”.
En un primer visionado y hasta que realmente se le coge el punto a la cinta, puede resultar desconcertante y chocante la forma de actuar de determinados personajes, que nos indican un poco de donde vienen las bestias del título del film. Lo que es innegable es que es una película que tiene magia, y un arranque totalmente arrollador.
Después de ganar la cámara de oro del festival de Cannes y el gran premio del jurado de Sundance, el film ha recibido en San Sebastián un gran aplauso tras su proyección y habrá que esperar a ver como se sitúa en las votaciones del público.
Además de los contrastes en los distintos niveles sociales, ayer pudimos ver dos formas auténticamente distintas de entender el amor y la pasión.
Por una parte está el amor cruel y duro que nos retrata Michael Haneke en su última película, Amour, galardonada con la palma de oro en el pasado Festival de Cannes. En ella el director alemán cuenta la historia de Georges y Anne, dos ancianos, profesores de música clásica jubilados que ven como la tranquilidad de su día a día sufre un revés el día que Anne sufre un ataque que le deja medio cuerpo paralizado.

Amour es una cinta donde a medida que pasan los minutos el optimismo se va perdiendo y la impotencia de ver como un ser querido se consume postrado en una cama se va haciendo cada vez mayor. Un director como Haneke tiene un estilo muy definido, un ritmo tranquilo, momentos fuera de plano que incomodan al espectador y sobre todo tiene un público fijo, que le han dado más de un 8 en la votación del premio del público, lo que la coloca como sería candidata a llevarse el premio.
Para un servidor, que reconoce maravillas como Funny Games, creo que en esta película se le ha ido la mano a la hora de recalcar la situación de los ancianos, se vuelve repetitivo y machacón alargando demasiado la resolución de la cinta. Aunque como gran director que es la película se guarda algunos buenos puñetazos al estomago del espectador que harán retirar la mirada a más de uno y que le dan ese plus de genialidad, que otros directores quizás haciendo una película más fácil o accesible, no conseguirían.
Silent city, presentada dentro de la sección Nuevos Directores, por su parte gira en torno a la pasión por el corte de pescado, leído así puede sonar raro, pero es la historia de Rosa, una chica holandesa, que llega a Tokio con la intención de aprender el arte de cortar pescado del Maestro Kon, el mejor chef de pescado de todo Japón. Debido a sus dificultades para comunicarse, Rosa se siente cada vez más sola detrás de los relucientes montones de pescado de su mesa de trabajo, que esperan ser limpiados. Pero la pasión y el amor hacia lo que está haciendo la llevarán a progresar y a luchar por ser aceptada y entender realmente como siente un pez.

Es una película que contiene ciertos elementos “fantásticos” que la hacen realmente atractiva, y donde destaca por encima de todo Laurence Roothooft, una actriz que debuta con esta película y que consigue con su mirada transmitir muy bien la indefensión de sentirse sola en un país extraño y la pasión por estar haciendo lo que realmente le gusta. Es el primer gran descubrimiento del festival, habrá que seguirle la pista a la película y la posible evolución internacional que tenga Laurence fuera de Holanda.
La película ha acabado con muchos aplausos y con mucha asistencia al coloquio posterior a la proyección donde la actriz y la directora han comentado las dificultades de rodar en un país tan distinto a nuestra cultura.
A las 20:30 de la noche de ayer se dio oficialmente como inaugurado el festival con una gala que sirvió como recuerdo a los 60 años con videos conmemorativos de todo lo que había sucedido en el certamen y en la ciudad en todos esos años.
En el próximo artículo hablaremos de la primera película a competición Blancanieves y del gran evento de hoy, el estreno de Argo. Hasta entonces nos vemos en el cine.
En la época actual que nos ha tocado vivir, donde la crisis las penurias económicas, los recortes y los abusos están en boca de todos cada vez se hacen más evidentes y pronunciadas las diferenticas que hay entre las distintas clases sociales. En la jornada de ayer tuvimos una clara muestra de estos contrastes. No solo a nivel de dinero, si no a la hora de enfrentarse a los problemas, a la muerte, a la incomunicación, a las mentiras y en general a la vida.
El festival quedó extra-oficialmente inaugurado a las 10 de la mañana con la proyección de El Fraude. Una película que en su envoltorio parece una más sobre la crisis económica pero esconde realmente una historia sobre la mentira y la ambición.

Más fotos en la galería de fotos del 60 Festival de Cine de San Sebastián.
A priori y por ciertas imágenes no parecía que fuese mucho más allá de una TV-movie con dos grandes estrellas. Pero el resultado ha sido mucho más satisfactorio, nos encontramos una cinta solida en la que Richard Gere interpreta el papel de un padre de familia, dueño de una importante empresa de inversión que se verá envuelto, debido a sus infidelidades en una red de mentiras que harán peligrar sus relaciones familiares, y un posible negocio de compra de su compañía para evitar la quiebra.
Lo más sorprendente de la película es lo bien que mide los tiempos a la hora de mostrar las cartas al espectador y como la tela de araña que va tejiendo sobre el protagonista, personaje lleno de claroscuros, va encajando a la perfección y haciendo dudar al espectador sobre de parte de quien posicionarse.
A pesar de que la situación económica global está de trasfondo durante toda la película, nunca llega a pasar a un primer plano, se podría decir que más que una película sobre la crisis económica, nos encontramos ante una película sobre la crisis de valores de la sociedad en general y del personaje de Gere en particular. Un personaje, que como bien se ha comentado en la rueda de prensa, tan harto de ganar dinero que su avaricia ha llegado a convertirse en “un juego peligroso” solo por la diversión de arriesgar.
La parte más floja de la película sean quizás las sub-tramas que si bien ayudan a atrapar más al protagonista en la red que se ha montado, quedan muy poco desarrolladas, y el papel de esposa de Susan Sarandon, que vuelve a ser esposa de Gere después de ¿Bailamos?, sabe a poco, a pesar de ser de tener gran importancia en los momentos finales de la película.
El film además cuenta con la dirección de Nicholas Jarecki que en su debut consigue combinar a la perfección la banda sonora con las imágenes, para fortalecer la sensación de opresión que sufre el protagonista y que recuerdan en ciertos momentos a Drive, sobre todo en los planos de la ciudad o del coche conducido por las calles neoyorquinas.
Los aplausos al final de la proyección confirman, que sin ser una obra maestra, ha sido una elección muy correcta para inaugurar la 60 edición del festival de cine de San Sebastián.
Si El Fraude retrata los barrios más caros y la alta sociedad de Nueva York, donde lo más importante es el dinero. Beasts of the Southern Wild es todo lo contrario, una historia situada en el sur de los Estados Unidos, donde se encuentran las zonas más pobres de aquel país y donde sus protagonistas luchan por no perder su hogar, aunque para ello deban enfrentarse y sobrevivir a una gran tormenta.

La película es un cuento que mezcla el fin del mundo, criaturas imaginarias y donde una niña llamada Hushpoppy deberá enfrentarse a ellos y a la subida del nivel del mar que amenaza con destruir el lugar donde viven, llamado “La Bañera”.
En un primer visionado y hasta que realmente se le coge el punto a la cinta, puede resultar desconcertante y chocante la forma de actuar de determinados personajes, que nos indican un poco de donde vienen las bestias del título del film. Lo que es innegable es que es una película que tiene magia, y un arranque totalmente arrollador.
Después de ganar la cámara de oro del festival de Cannes y el gran premio del jurado de Sundance, el film ha recibido en San Sebastián un gran aplauso tras su proyección y habrá que esperar a ver como se sitúa en las votaciones del público.
Además de los contrastes en los distintos niveles sociales, ayer pudimos ver dos formas auténticamente distintas de entender el amor y la pasión.
Por una parte está el amor cruel y duro que nos retrata Michael Haneke en su última película, Amour, galardonada con la palma de oro en el pasado Festival de Cannes. En ella el director alemán cuenta la historia de Georges y Anne, dos ancianos, profesores de música clásica jubilados que ven como la tranquilidad de su día a día sufre un revés el día que Anne sufre un ataque que le deja medio cuerpo paralizado.

Amour es una cinta donde a medida que pasan los minutos el optimismo se va perdiendo y la impotencia de ver como un ser querido se consume postrado en una cama se va haciendo cada vez mayor. Un director como Haneke tiene un estilo muy definido, un ritmo tranquilo, momentos fuera de plano que incomodan al espectador y sobre todo tiene un público fijo, que le han dado más de un 8 en la votación del premio del público, lo que la coloca como sería candidata a llevarse el premio.
Para un servidor, que reconoce maravillas como Funny Games, creo que en esta película se le ha ido la mano a la hora de recalcar la situación de los ancianos, se vuelve repetitivo y machacón alargando demasiado la resolución de la cinta. Aunque como gran director que es la película se guarda algunos buenos puñetazos al estomago del espectador que harán retirar la mirada a más de uno y que le dan ese plus de genialidad, que otros directores quizás haciendo una película más fácil o accesible, no conseguirían.
Silent city, presentada dentro de la sección Nuevos Directores, por su parte gira en torno a la pasión por el corte de pescado, leído así puede sonar raro, pero es la historia de Rosa, una chica holandesa, que llega a Tokio con la intención de aprender el arte de cortar pescado del Maestro Kon, el mejor chef de pescado de todo Japón. Debido a sus dificultades para comunicarse, Rosa se siente cada vez más sola detrás de los relucientes montones de pescado de su mesa de trabajo, que esperan ser limpiados. Pero la pasión y el amor hacia lo que está haciendo la llevarán a progresar y a luchar por ser aceptada y entender realmente como siente un pez.

Es una película que contiene ciertos elementos “fantásticos” que la hacen realmente atractiva, y donde destaca por encima de todo Laurence Roothooft, una actriz que debuta con esta película y que consigue con su mirada transmitir muy bien la indefensión de sentirse sola en un país extraño y la pasión por estar haciendo lo que realmente le gusta. Es el primer gran descubrimiento del festival, habrá que seguirle la pista a la película y la posible evolución internacional que tenga Laurence fuera de Holanda.
La película ha acabado con muchos aplausos y con mucha asistencia al coloquio posterior a la proyección donde la actriz y la directora han comentado las dificultades de rodar en un país tan distinto a nuestra cultura.
A las 20:30 de la noche de ayer se dio oficialmente como inaugurado el festival con una gala que sirvió como recuerdo a los 60 años con videos conmemorativos de todo lo que había sucedido en el certamen y en la ciudad en todos esos años.
En el próximo artículo hablaremos de la primera película a competición Blancanieves y del gran evento de hoy, el estreno de Argo. Hasta entonces nos vemos en el cine.