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Trueba, Monzón y Marques-Marcet lucharán por el Oscar

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José Hernández, 10/09/2014

Esta mañana, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España ha anunciado en rueda de prensa, por boca de los actores Javier Gutiérrez y Úrsula Corberó, las tres películas preseleccionadas para representar a España en la categoría de Mejor Película de Habla no Inglesa en los próximos Premios Oscar. En esta primera ronda de votaciones competían un total de 89 producciones nacionales estrenadas entre el 1 de octubre de 2013 y el 30 de septiembre de 2014, pero solo tres podían ser elegidas por los miembros de la Academia.
Las afortunadas han sido 10.000 Km, la ópera prima de Carlos Marques-Marcet, ganadora del Festival de Málaga; El Niño, de Daniel Monzón; y Vivir es Fácil con los Ojos Cerrados, de David Trueba, triunfadora en los pasados Premios Goya.
Por el camino se han quedado películas como Magical Girl, Todos están muertos, Hermosa Juventud, Marsella, La Vida Inesperada o incluso Ocho Apellidos Vascos (cuyo éxito popular podría haber cruzado algún cable en la Academia), pero sobre todo La Isla Mínima, que muchos daban no solo por preseleccionada, sino como la más posible elegida para representarnos.

A priori, se perfila como la favorita para ser escogida por la Academia Vivir es Fácil con los Ojos Cerrados, habida cuenta de su triunfo en los galardones del año pasado (no solo los Goya, sino casi todos los premios cinematográficos nacionales). Además de un espaldarazo para el menor de los Trueba, cuyo hermano ya sabe lo que es ganar una estatuilla dorada, es la opción más tradicionalmente 'académica' de las preseleccionadas.
En cuanto a sus opciones en los Oscar, de las tres películas es quizás la que tiene un camino menos rocoso que superar. Su estilo narrativo y su argumento centrado en los personajes son fácilmente exportables, con el punto justo de cultura nacional para darle el toque exótico para un espectador extranjero, que puede aprender algo de historia española sin que requiera un conocimiento previo de nuestra realidad social en aquella época. Sus temas son bastante universales, y además tiene referencias ineludibles al cine y a la cultura americana. Su mayor obstáculo: es un filme 'middle of the road', es decir, de los que pueden gustar a todo el mundo, pero que no despiertan pasiones desatadas. Su mayor esperanza es la de conectar con el votante medio de la categoría, más tradicional y acomodado, porque fuera de España no ha tenido gran repercusión y el comité de expertos no va a rescatarla en la primera criba.
En cualquier caso, su nominación es dudosa y ganar el Oscar un sueño inalcanzable.

Si la Academia se decide por un producto más reciente y brillante, todas las papeletas parecen dirigirse a El Niño, que aparte de muy buenas críticas en los medios nacionales (¿y cuándo no las tiene una gran producción patria de este estilo?), está rompiendo la taquilla. Sería además una forma de compensar a Daniel Monzón por haber dado de lado a su Celda 211 en favor de También la Lluvia hace 4 años, algo que se saldó con un éxito en la primera criba del Oscar que no se tradujo en nominación.
Su elección tendría sentido a primera vista, ya que se trata de un filme muy al estilo de Hollywood, con acción, intriga y romance, policías y narcotraficantes, traidores y sueños rotos, etc. Alguno incluso la ha comparado con The Wire, salvando las diferencias. Sin embargo, escogerla sería un error absoluto de juicio. Precisamente por ser tan similar a las películas americanas, no tiene nada especial a sus ojos. Mientras aquí nos sorprende y nos estimula que alguien haga un thriller con muchos medios situado en nuestro país, para los americanos es el pan de cada día. Hasta los franceses tienen películas de este tipo a cascoporro, y no se les ocurre mandar ninguna a los Oscar porque saben lo que ocurre.
En esta categoría suelen triunfar dos tipos de películas: las que tocan el corazón y las que tocan temas importantes o históricamente relevantes. O sea, impacto emocional o intelectual. El Niño no se encuadra en ninguna de esas categorías. No tiene por qué hacerlo para ser buena película, pero tampoco por ser buena película quiere decir que vaya a destacar entre las setenta y tantas seleccionadas de todos los años. Si la Academia la escoge, no pasará ni la primera criba.

La benjamina del grupo, y precisamente por ello la que puede ir de 'tapada', es 10.000 Km. Si la Academia se inclina por ella, cosa bastante dudosa dada su escasa envergadura y la inexperiencia de su equipo de producción, sería la segunda ganadora consecutiva de la Biznaga de Oro en representarnos en los Oscar, tras 15 Años y un Día. Aunque la lamentable trayectoria de aquella pueda suponer un precedente bastante ominoso, lo cierto es que ambas cintas no se parecen en nada, por lo que sus opciones son muy diferentes.
La película de Marques-Marcet sería la opción artística, y por tanto la opción arriesgada, la más valiente, el tiro al aire a ver si le da a algo. Lo que se puede saldar tanto en éxito arrollador como en fracaso absoluto. Todo el talento artístico del filme, tanto delante como detrás de las cámaras, es desconocido fuera de nuestras fronteras (por mucho que Natalia Tena haya rodado películas tan conocidas como la saga Harry Potter, su nombre e incluso su rostro solo alcanzan el 'parece que me suena' entre una minoría). Tampoco ha tenido una trayectoria de impacto en festivales internacionales, lo que la sitúa como improbable candidata a ser rescatada por el 'comité de expertos' que escoge a 3 de las 9 seleccionadas en la primera criba. Así las cosas, sus opciones se limitan a que su propuesta conecte con los votantes del comité general, que suelen ser más conservadores y facilones.
Pese a ello, de las tres preseleccionadas es la que más contenido emocional tiene, la más novedosa formalmente y la que más puede distinguirse del resto de propuestas de otros países. Si conecta con un votante, puede conectar a lo bestia. La duda, el riesgo a la hora de elegirla, es saber si conectará con suficientes miembros de esta rama para lograr por lo menos pasar la primera criba. Es arriesgado, pero posible. Sus opciones más allá de ese escalón son todavía un misterio.
Conoceremos el nombre de la película que representará a España el próximo 25 de septiembre.