Portada>Noticias>La Academia decidirá entre posguerra y cirugía para los Oscar
La Academia decidirá entre posguerra y cirugía para los Oscar
José Hernández, 14/09/2011
La Academia de Cine española ha hablado. La primera papeleta mínimamente mediática de la presidencia de Enrique González Macho ya tiene un resultado previo. El veredicto: otro año que España se queda sin Oscar. Si no, al tiempo.
La cuestión es que la Academia ha hecho público el nombre de las tres cintas preseleccionadas para ser la que represente a España en la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa en los Oscar. Recordemos que cada país debe seleccionar un filme que cumpla con las estipulaciones de la Academia yanqui para optar a la nominación en esta categoría, esto es: que el equipo creativo sea mayoritariamente del país en cuestión, que se haya estrenado dentro de determinadas fechas y que esté hablada en un idioma oficial del país. Este año, las tres cintas que han pasado la primera criba son:
- Pan Negro: La cinta de Agustí Villaronga no solo es la favorita para ser elegida, sino que era la más obvia preseleccionada, habiendo arrasado en la pasada edición de los Goya. A todo el mundillo del cine español le encanta la película y están viviendo un auténtico idilio con el director mallorquín. Otra cosa es que eso se traslade a los estadounidenses. Cada vez que España ha mandado una cinta sobre la Guerra Civil o la posguerra, ha sido un rotundo fracaso con solo dos excepciones: Belle Époque (en donde la guerra solo es la excusa en tercer plano para una comedia de enredo) y Secretos del Corazón (con niño dentro, género favorito de los yanquis). Esta también cuenta con niños, pero no es una cinta amable de descubrimiento del mundo: es oscura y deprimente. Además, es muy específica de la situación en Cataluña, algo que notamos hasta los del resto de España, con lo que los americanos es muy posible que se sientan totalmente perdidos para valorar el filme, sabiendo cero de nuestra historia.
- La Piel que Habito: Pedro Almodóvar es nuestro cineasta más internacional con mucha diferencia, lo que le hace una elección de cajón en esta fase. Sin embargo, por muy buena que sea esta cinta (que lo es), sería un completo error enviarla a la Academia americana, cuyo comité de selección de películas extranjeras es reconocido ampliamente como timorato, vetusto y corto de tragaderas para cualquier película un poquito arriesgada. Y teniendo en cuenta que se trata de la película más marciana, bizarra, difícil y radical de Almodóvar, es dudoso que vaya a gustar a los que ignoraron su filme más accesible, Volver. Al fin y al cabo, al director que más recuerda esta personalísima pesadilla es a David Cronenberg, que nunca se ha acercado a menos de diez kilómetros de una estatuilla.
- La Voz Dormida: Todos los años hay una película desconocida, porque todavía no se ha estrenado comercialmente, y que por tanto actúa de comodín - es decir, puede ser tan fácilmente descartada como ser elegida por sorpresa. La cinta de Benito Zambrano es una historia clásica de la represión franquista, en este caso centrado en las mujeres que la sufrieron. Al ser más universal, puede ser más entendible desde la mentalidad yanqui que el filme de Villaronga, pero hasta que la semana que viene no se estrene en el Festival de San Sebastián no sabremos si tiene el nivel de calidad o las características (emotividad a flor de piel, aunque sea en el mal sentido, por ejemplo) como para ser la preseleccionada ideal, la que venza la tara de basarse en la historia de un país que a los estadounidenses les importa un comino.
La elegida para representar a España se anunciará el próximo 28 de septiembre.
La única ausencia notable en este trío viene coleando desde el año pasado: Balada Triste de Trompeta. En su día, Álex de la Iglesia dijo que no les había dado tiempo para presentarla al comité, porque estaba recién terminada. Sin embargo, este año que podía optar a estar aquí, tampoco ha sido preseleccionada. Y eso a pesar de que su recibimiento entre la crítica norteamericana, ahora que se ha estrenado por esas tierras, ha sido mucho mejor de lo esperado tras su paso por Venecia. Solo se puede concluir una cosa de ello: que la polémica de principios de año, con su dimisión y su enfrentamiento con la ministra, le ha pasado factura política, y que el nuevo presidente no ha querido ensuciarse las manos reabriendo heridas que a él, al fin y al cabo, no le conciernen directamente.
O a lo mejor simplemente piensan que es una castaña, pese a haberla nominado a tropecientos Goyas.
La cuestión es que la Academia ha hecho público el nombre de las tres cintas preseleccionadas para ser la que represente a España en la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa en los Oscar. Recordemos que cada país debe seleccionar un filme que cumpla con las estipulaciones de la Academia yanqui para optar a la nominación en esta categoría, esto es: que el equipo creativo sea mayoritariamente del país en cuestión, que se haya estrenado dentro de determinadas fechas y que esté hablada en un idioma oficial del país. Este año, las tres cintas que han pasado la primera criba son:
- Pan Negro: La cinta de Agustí Villaronga no solo es la favorita para ser elegida, sino que era la más obvia preseleccionada, habiendo arrasado en la pasada edición de los Goya. A todo el mundillo del cine español le encanta la película y están viviendo un auténtico idilio con el director mallorquín. Otra cosa es que eso se traslade a los estadounidenses. Cada vez que España ha mandado una cinta sobre la Guerra Civil o la posguerra, ha sido un rotundo fracaso con solo dos excepciones: Belle Époque (en donde la guerra solo es la excusa en tercer plano para una comedia de enredo) y Secretos del Corazón (con niño dentro, género favorito de los yanquis). Esta también cuenta con niños, pero no es una cinta amable de descubrimiento del mundo: es oscura y deprimente. Además, es muy específica de la situación en Cataluña, algo que notamos hasta los del resto de España, con lo que los americanos es muy posible que se sientan totalmente perdidos para valorar el filme, sabiendo cero de nuestra historia.
- La Piel que Habito: Pedro Almodóvar es nuestro cineasta más internacional con mucha diferencia, lo que le hace una elección de cajón en esta fase. Sin embargo, por muy buena que sea esta cinta (que lo es), sería un completo error enviarla a la Academia americana, cuyo comité de selección de películas extranjeras es reconocido ampliamente como timorato, vetusto y corto de tragaderas para cualquier película un poquito arriesgada. Y teniendo en cuenta que se trata de la película más marciana, bizarra, difícil y radical de Almodóvar, es dudoso que vaya a gustar a los que ignoraron su filme más accesible, Volver. Al fin y al cabo, al director que más recuerda esta personalísima pesadilla es a David Cronenberg, que nunca se ha acercado a menos de diez kilómetros de una estatuilla.
- La Voz Dormida: Todos los años hay una película desconocida, porque todavía no se ha estrenado comercialmente, y que por tanto actúa de comodín - es decir, puede ser tan fácilmente descartada como ser elegida por sorpresa. La cinta de Benito Zambrano es una historia clásica de la represión franquista, en este caso centrado en las mujeres que la sufrieron. Al ser más universal, puede ser más entendible desde la mentalidad yanqui que el filme de Villaronga, pero hasta que la semana que viene no se estrene en el Festival de San Sebastián no sabremos si tiene el nivel de calidad o las características (emotividad a flor de piel, aunque sea en el mal sentido, por ejemplo) como para ser la preseleccionada ideal, la que venza la tara de basarse en la historia de un país que a los estadounidenses les importa un comino.
La elegida para representar a España se anunciará el próximo 28 de septiembre.
La única ausencia notable en este trío viene coleando desde el año pasado: Balada Triste de Trompeta. En su día, Álex de la Iglesia dijo que no les había dado tiempo para presentarla al comité, porque estaba recién terminada. Sin embargo, este año que podía optar a estar aquí, tampoco ha sido preseleccionada. Y eso a pesar de que su recibimiento entre la crítica norteamericana, ahora que se ha estrenado por esas tierras, ha sido mucho mejor de lo esperado tras su paso por Venecia. Solo se puede concluir una cosa de ello: que la polémica de principios de año, con su dimisión y su enfrentamiento con la ministra, le ha pasado factura política, y que el nuevo presidente no ha querido ensuciarse las manos reabriendo heridas que a él, al fin y al cabo, no le conciernen directamente.
O a lo mejor simplemente piensan que es una castaña, pese a haberla nominado a tropecientos Goyas.