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Estuvimos en la rueda de prensa de La chispa de la vida

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Evelio Barbero, 11/01/2012

Con motivo del estreno este viernes de la nueva película de Álex de la Iglesia, esta mañana se ha producido la pertinente rueda de prensa donde el propio director, acompañado de la mayor parte de su elenco principal - practicamente solo Salma Hayek se ha ausentado de la cita- ha comparecido ante los medios allí presentes para hablar sobre su primer trabajo desde que dimitió como presidente de la Academia de cine española. Como viene siendo habitual en Álex, hemos asistido a una charla distendida donde ha destacado el acaparamiento del micrófono por parte del propio director, la seriedad requerida por la ocasión de José Mota alejada de la imagen que suele transmitir, y las impulsivas intervenciones del siempre grandilocuente Juan Luis Galiardo. Las preguntas y respuestas han sobrepasado en algunos momentos los límites de lo que podría considerarse spoilers. Avisados quedan los lectores más sensibles por si quieren llegar vírgenes de información al visionado de la película.
- Alex de la Iglesia: En principio he querido hacer una tragicomedia sobre la historia de un hombre que tiene un accidente y se clava una barra de hierro en la cabeza. Es una persona que no tiene trabajo, ha tenido muchos problemas esa mañana, ha intentado conseguir empleo en una empresa en la que él antes trabajaba y se encuentra conque no va a trabajar para ellos, y es más, es posible que no trabaje nunca más. Desesperado, en vez de afrontarlo y asumirlo, hace lo que hacemos muchos que es mirar al pasado y volver a un momento feliz que es cuando pasó la luna de miel con su mujer en Cartagena. Huye de Madrid y se presenta en Cartagena buscando el hotel donde pasó la luna de miel. Allí de pronto el hotel no está y han encontrado bajo el hotel las ruinas de un teatro romano, cosa que ocurrió de verdad en Cartagena. Este hombre entra ahí y se encuentra con que ya hay medios presentando un enorme museo donde están todos los poderes e instituciones. Está el alcalde, está la directora del museo y está toda la prensa. En ese momento tiene un accidente y se clava una barra de hierro en la cabeza que le inmoviliza. Él está bien, está consciente, de hecho pregunta por qué no se puede levantar e irse con la gente. No sabe muy bien qué es lo que le impide moverse. Entonces le tienen que decir que efectivamente tiene un hierro que le atraviesa la cabeza. En esa situación se encuentra conque por la inauguración del museo se encuentran todos los medios allí e inmediatamente piensa "a ver si va a ser ésta mi oportunidad y gracias a esto voy a poder sacar adelante a mi familia", que es lo que le preocupa. Entonces decide poner a la venta su alma, quiere vender la exclusiva de su propia muerte a los medios. Esto que resulta muy extremo es una tragedia por supuesto pero también es una comedia. Lo terrible es que en las situaciones más dramáticas sabemos encontrar un punto de comedia. No se si os habrá pasado pero yo he llegado a tener las ganas infinitas de reírme incluso en un funeral. Es lo que pasa en la película. Se genera una especie de comedia-tragedia clásica alrededor del personaje. Hay un montón de individuos que parece como que representan más que a personas representan ideas. Por un lado está la política, por otro está la prensa, por otro la cultura. En definitiva, la película es un poco como nos sentimos muchos ahora viviendo en un mundo donde parece que todo está bien, que todo es sólido y que es estable. Lo que pasa es que descubrimos una cosa que es nueva y es que si cambiamos de postura morimos.

- Pregunta: ¿Se trata entonces de una película con buena intenciones, no?
- A.I.: Yo creo que lo son ésta y todas. Todas las películas deberían tener buenas intenciones y ésta las tiene. No pretendo contar solo lo que siente el personaje sino darle soluciones y quizás la solución sea encontrar una manera de recuperar la dignidad.
- P: ¿Cómo te llega la idea original de la película, tratar el tema por un lado tan actual como es este del paro y forzar la situación al límite, el tinglado mediático que hace que a un alcalde le interese mover o no un cuerpo?
- A.I.: El proyecto parte de una persona emblemática que de alguna manera representa una parte fundamental del cine en este país como es Andrés Vicente Gómez. Andrés me manda un guión un día como a las dos de la tarde. Leo el título y la primera página y al hacerlo tengo que leerlo entero de cabo a rabo. Me lo leo en menos de una hora. Entonces le llamo y le digo: vamos a hacer esta película y vamos a hacerla ahora. Ese es el comienzo de la historia. Después la película sufre un proceso de adaptación a mi manera de ver las cosas y genero ciertas cosas que no estaban en el guión. La premura mediática alrededor suyo estaba en el guión original, eso es algo que pueden entender aquí, en América perfectamente o en Corea. Lo que sí es mío es esa especie de embrollo social. Traslado la historia que ocurre en un edificio en construcción y lo coloco en un teatro romano y eso me da la oportunidad de generar nuevos personajes que hacen que la película cobre ese punto que son el alcalde de la ciudad, la directora del museo, justifica la presencia de los medios. Lo hace todo más comprensible y a mi parecer más interesante.
- P: ¿Cómo crees que se lo tomarán en Telecinco?
- A.I.: (Risas) Es importante decir que no estoy hablando de una cadena en concreto, la idea es hablar de varias en general. (Risas) Ahora parezco el alcalde hablando. Una de las cosas de las que habla la película es precisamente que esta situación, lo que siente el personaje de Roberto, no depende de alguien en concreto, depende de todos en general y de cada uno de nosotros. Él es también culpable de la historia. Me comparan la película con El Gran carnaval y obviamente está presente, sin duda. Lo que sucede es que hay un factor que lo proyecta y lo amplifica de una manera increíble que no está en El gran carnaval y es que allí es el periodista el que quiere sacar partido y pasta, quiere destrozar una historia que en principio es honesta. Aquí no, aquí la situación es tan desesperada que es la propia víctima la que quiere sacar rendimiento de su propia muerte. Tenemos una visión de las cosas muy infantil y si quieres muy paranoica y es que el mundo se nos presenta como una especie de espectáculo en el que nosotros estamos tranquilamente aferrados a nuestro alfiler y alrededor nuestro hay un montón de personajes a los que criticamos como hacen los jubilados en las obras apoyados en una valla amarilla. Ese punto de vista nos acompaña siempre y creo que es lo que realmente critica la historia.
- P: José, es una película, tan oscura, tan amarga que pasas de tener una imagen televisiva tan jocosa y de repente tu público pasa a verte de esa manera tan descarnada. No se si os preocupa.
- José Mota: Yo creo que la película es amarga pero a la vez es esperanzadora en parte.
- A.I.: Yo no creo que sea amarga. Es una película dura pero el final es ilusionante y optimista.
- J.M: Creo que se habla mucho también de la esperanza y eso es uno de los motores que más me movieron a aceptar el proyecto. Un proyecto de Álex de la Iglesia con un guión que habla de desempleo, de gente desesperada que se ve obligada a entrar en ese juego que no quiere porque él en un punto es capaz de perder su dignidad con tal de conservar la de su familia. Sí que es cierto que es amarga, que es oscura y terrible, pero también tiene un sabor dulce y me apetecía mucho meterme en el personaje de Roberto y emocionar a la gente desde ese lado.
Estuvimos en el preestreno en Valencia y tuvimos un recibimiento precioso. Se pusieron en pie a aplaudir cuatro o cinco minutos. Fue emocionante. En cada entrevista trato de dejar claro que no es una comedia sino un drama emotivo.
- P: ¿Cómo has vivido esta oportunidad tan grande?
- J.M.: Tengo que decir que para mí este proyecto ha sido un regalo. Sin ninguna duda, desde el momento en que leo el guión me apetecía muchísimo emocionar, valga la redundancia, hacia lo emotivo contando una historia tan hermosa como esta. Es verdad que es cruda, es negra, pero insisto, creo que también habla de la esperanza y de la dignidad y eso me apetecía mucho. Para prepararme he tenido que hurgar un poco en el alma propia y de alguna manera desde mi verdad componer el personaje de Roberto. Hablábamos Álex y yo de la dificultad de estar tumbado con un hierro clavado en la cabeza y no poder mover la cara, no podía girarla, y eso que es una dificultad a priori luego lo hice aliado mío. Ese sufrimiento quise que formara parte del personaje y me ayudó a contar y a decir. Ha sido muy bonito, de verdad que ha sido una experiencia preciosa.
- P: Álex, ¿nos puedes contar algún divismo perdonable de Salma Hayek?
- A.I.: Tantas cosas divertidas que os podría contar... Teníamos la suerte de tener 18 días para trabajar con ella. Trabajar con ella es un regalo bajo todos los aspectos. Salma obviamente no ha cobrado su caché, ha trabajado en la película exclusivamente porque quería hacerla y eso se lo tenemos que agradecer. Pero tenía una película americana después y teníamos 18 días muy intensos para trabajar con ella. Tuvimos que cambiar todo el plan de trabajo para adaptarnos y empezar por ella. Empezamos directamente con José en el suelo clavado y la secuencia con la que llega Salma. Entonces surgió una persona definitiva, no solo en el cine español. En la película y en mi vida llamado Juan Luis Galiardo (risas). Juan Luis, una persona excesiva en generosidad, excesiva en amabilidad y sobre todo, excesiva en ingenio, decide aplaudir efusivamente la aparición de Salma. Justo en el momento en que veo que se acerca a Galiardo, Salma me dice: por el amor de Dios, que nadie diga nada (risas). Y yo: tú tranquila que nadie va a decir nada. Y en ese momento llega el huracán, llega Wagner, llega la cabalgata de las valquirias (risas), llega Lohengrin con su poderío y dice: ¡Amigos, ha llegado una estrella! En ese momento me mira Salma y me dice: me voy a ir (risas). Yo intento acceder a Galiardo pero ya es imposible. Galiardo ya está en mode ópera (risas). En ese momento Galiardo vuelve a pedir: ¡Quiero un aplauso de todo el pueblo de Cartagena para esta gran actriz! En ese momento 500 personas se levantan y aplauden, rodean a Salma y Salma mira a Galiardo diciendo quién es este enagenado (risas). Se acerca a él y le dice: te voy a demandar. En ese momento digo vale, se acaba la película (risas). Primer día de rodaje, esta mujer se va y tenemos que llamar a alguien que haga el papel, alguien de Cartagena probablemente (risas).

- J.M.:
Te estás saltando una cosa. Cuando Salma dice que le va a demandar le dice Álex: si necesitas testigos, vamos José y yo (risas).
- A.I.: Entonces, Galiardo en su enorme amabilidad y esa pasión que le caracteriza piensa que Salma no se encuentra en condiciones de trabajar porque está rechazando este tipo de cariño y me dice: no voy a volver a hablar con ella (risas), me voy. En ese momento yo me desmayo, me recupero e intento pensar algo. Afortunadamente alguien dice bocadillo y tengo 10 minutos para pensar qué hacer. Retomo la conversación, convenzo durante 15 minutos a Salma de que Galiardo es un loco que ha entrado al rodaje y que no participa en el proyecto (risas). A su vez, me voy a la otra esquina y le digo a Galiardo que acabo de despedir a Salma y que su papel lo va a hacer Belén Rueda y que no se preocupe que no va a haber ningún problema. Afortunadamente la cosa se encamina y en un par de días Salma ya es una persona más del equipo, una chica encantadora y trabajamos muy bien con ella.
En este momento Juan Luis Galiardo se pone en pie para arremeter contra los ayuntamientos que le deben dinero por un montaje teatral y de como acabó trabajando en una discoteca propiedad de su hijo, haciendo hincapié en un nombre y dirección que no repetiré mientras no me inviten a copas por la publicidad gratuita, y de cómo esa situación le llevó a trabajar en una serie de actualidad en Antena 3, para delirio de sus incondicionales, entre ellos un Álex de la Iglesia muerto de risa.
- P: ¿Cómo se consigue un elenco de actores españoles que casi todos ellos podrían protagonizar una película, cómo se consigue a una estrella americana como Salma Hayek, pensaste en José Mota desde el principio para protagonizar esta película?
- A.I.: Mota es la película, es la primera frase que surgió. Le llamamos y dijo que sí, eso nunca fue un problema. Cuando adapté la historia ya estaba él así que todo gira en torno suyo. En cuanto al elenco, efectivamente tengo una suerte increible, cualquiera de ellos puede protagonizar una película. Son los representantes de lo mejor que hay en este país como actores y como personas. Tengo el honor y el orgullo de haber trabajado con un tipo como Juan Luis, como Juanjo (Puigcorbé), como todos ellos. Ya sabéis que los directores somos muy soberbios para sacar adelante la película que queremos hacer pero he tenido mucha suerte de trabajar con ellos.
Aquí vuelve a irrumpir Galiardo comparando a Mota con Jack Lemmon, capaz de rodar Con faldas y a lo loco y después Días de vino y rosas.
- P: Ya que estáis aquí varios de los actores, ¿podríais contarnos como ha sido la película desde vuestra perspectiva y que ha significado hacer papeles más pequeños de los que estáis acostumbrados?
- Blanca Portillo: Personalmente nunca me he cuestionado si el personaje es grande o si es pequeño. Lo que me interesa es el guión y quién lo dirige. En este caso no me cupo la menor duda. Álex es uno de los grandes y es un halago cuando alguien como él te llama. Yo quería estar y más aún al leer el guión. Me apetecía trabajar con José Mota. Creo que es un cómico diferente, no tienes más que ver su programa. No hace un personaje, hace miles. Y de repente verle en una creación como ésta tan diferente, tenía ganas de ver como lo hacía. Creo que una cosa que hace muy bien Álex es el trabajo coral donde hay un montón de piezas pequeñas que componen ese engranaje total más allá de que el peso recae sobre uno o dos personajes. Es un coro que hace que todo eso fluya y trabajar con esta gente es una pasada. Älex es un tipo muy dialogante al margen de que tiene las ideas clarísimas y que luego rueda que da gloria, pero le importa la opinión de la gente con la que trabaja.
- Carolina Bang: Blanca lo ha expresado perfectamente. Es un lujo volver a trabajar con Álex y si encima comparto reparto con estos actorazos que además se han convertido en amigos, mejor imposible. Mi personaje encima tiene esa redención final que era un bombón para interpretar.
- Fernando Tejero: Ellas lo han resumido perfectamente, quién va a decir que no a Álex de la Iglesia.
- A.I.: Me han dicho muchos que no, ¿eh? (risas).
- F. T.: Embustero. Encima mi personaje es casi el más divertido de la película, es el que mejor se lo pasa. Es un cabronazo, lamentablemente para coger un referente basta con poner el televisor. Me lo he pasado muy bien y trabajar con Álex es trabajar con uno de los grandes de este país y con Mota ya hemos hecho público que ha habido ahí un enamoramiento. Lo hemos pasado muy bien juntos, ha habido mucha química y este es el comienzo de una gran amistad.
- Juanjo Puigcorbé: Yo no creo que haya papeles grandes ni pequeños. Hay proyectos interesantes o no y a mí me parece que Álex es uno de los grandes de este país. Me ha sorprendido lo bien que rueda. Conoce su oficio a la perfección, arropa a los actores como nadie y yo a partir de ahora ya soy fan suyo. Ya lo era como espectador y ahora como actor lo soy como director.
- Antonio Garrido: Lo tengo que contar porque es verdad, es un rara avis en esta profesión. En mi caso concreto yo me encontré con Álex en un estreno y me dijo: Garrido, tú lo que tienes que hacer es cine. Yo le dije: coño, no había caído (risas). Y él me dijo: yo te voy a llamar para mi próxima película. Esto yo lo he escuchado muchas veces y Álex me dijo que me iba a llamar y me llamó y eso normalmente en esta profesión no pasa. La gente promete muchas cosas y luego no las hace.
Y con la coba de rigor se dio por finalizada la rueda de prensa para que los medios pudieran hacer entrevistas personalizadas. La chispa de la vida se estrena el viernes 13 de enero.