Portada>Noticias>Estrenos de la semana (9 de agosto de 2013)
Estrenos de la semana (9 de agosto de 2013)
José Hernández, 09/08/2013
Los grandes estudios se juegan mucho dinero esta semana en España. Sea coincidencia o no, los dos estrenos más importantes de este viernes son dos películas que en la taquilla de Estados Unidos lo están pasando bastante mal. Los robots gigantes de la Warner se han estrellado por su descomunal presupuesto y su esquizofrénica campaña publicitaria, aunque fuera de territorio americano están funcionando bien. Por lo que respecta a la secuela de uno de los éxitos sorpresa de 2010, está sufriendo por la bajada de calidad y porque, al parecer, poca gente se había quedado con ganas de más. Así las cosas, es posible que esta semana siga reinando Brad Pitt y sus zombis. Los estrenos de esta semana son los siguientes:
About the Pink Sky (Sobre el Cielo Rosa)
Kanimambo
Pacific Rim
RED 2
Renoir
No olvidéis votar y comentar las películas que vayáis viendo en su ficha para compartir con los demás cineolianos vuestras impresiones.

El estreno ‘serio’ de la semana es la francesa RENOIR, biopic ‘dual’ sobre el pintor impresionista y su hijo cineasta dirigido por Gilles Bourdos (Premonición). En concreto, la cinta se sitúa en 1915 y cuenta la rivalidad entre Pierre-Auguste, ya anciano y postrado en una silla de ruedas, y Jean, que regresaba herido de la I Guerra Mundial y todavía no había encontrado su vocación. Ambos fijan su mirada en la misma chica, Dedeé, que en un principio fue musa del pintor para luego convertirse en la inspiración (y esposa) del director bajo el seudónimo de Catherine Hessling. La cinta juega así al triángulo amoroso, sexual y artístico entre estas tres figuras históricas, acercándose a la esquiva inspiración de forma similar a la que empleó Fernando Trueba en El Artista y la Modelo. El filme se exhibió en el pasado Festival de Cannes, en la sección Una Cierta Mirada, donde recibió críticas aceptables y correctas, pero no entusiastas. La definen como una cinta de gran belleza, pero excesiva convencionalidad, así que parece que no va a estar a la altura de sus figuras.
Recomendada para: Los apasionados de alguno de los componentes de la familia Renoir.
Que huyan de ella: Los que recuerden con bostezos la película de Trueba.
La única película española de la semana es el documental KANIMAMBO, dirigido a tres bandas por Adán Aliaga, Abdelatif Hwidar y Carla Subirana, expertos todos ellos en este género. A través de sus tres miradas distintivas en tres historias independientes pero relacionadas, nos introducimos en Mozambique para conocer su realidad actual. Un país marcado por el estigma de la guerra civil, la pobreza, la enfermedad y un pasado complicado, y en donde la vida cotidiana es una difícil epopeya en la que hombres y mujeres se pueden considerar héroes modernos. El filme obtuvo la Mención Especial del Jurado en el Festival de Málaga 2012, y las críticas destacan su mirada sosegada y nada mitómana, pero sensible, a los problemas de este país.
Recomendada para: Los activistas y personas concienciadas con los problemas de los países en vías de desarrollo.
Que huyan de ella: Los que no quieran emplear su tiempo en publirreportajes para ayudar a ONGs.
Por su parte, el drama japonés ABOUT THE PINK SKY también llega con importantes credenciales. La ópera prima de Keiichi Kobayashi ha participado en festivales como Sundance y fue la gran triunfadora del Festival de Gijón 2012, donde se alzó con el premio a la mejor película. El filme cuenta la historia de Izumi, una adolescente que se encuentra en la calle una cartera con una gran cantidad de dinero. Antes de devolverlo, decide prestar una parte a un conocido para salvar su negocio, por lo que cuando retorna la cartera a su legítimo dueño, un joven rico, éste le obliga a compensar la diferencia monetaria creando un periódico que solo dé buenas noticias para hacer feliz a un amigo convaleciente. Como se puede observar, cuando los nipones se ponen sensibleros no hay quien les gane. Sin embargo, las críticas y los premios avalan la calidad de la cinta, rodada en blanco y negro con actores no profesionales.
Recomendada para: Los que se emocionen con la vena sensible de los japoneses.
Que huyan de ella: Los diabéticos.

Dicen que no hay segundas partes buenas, y parece que esa máxima se puede aplicar a RED 2. Hace tres años, la primera entrega fue una grata sorpresa tanto para los cinéfilos como para el público, una comedia de acción con un reparto espectacular (Bruce Willis, John Malkovich, Helen Mirren, Morgan Freeman, Karl Urban, Brian Cox, Mary-Louise Parker, Richard Dreyfuss…) mucho más divertida de lo que nadie esperaba. Su éxito garantizaba la secuela, claro. Dean Parisot (Héroes Fuera de Órbita) ha sustituido en la dirección al alemán Robert Schwentke y se han añadido algunas caras nuevas (Anthony Hopkins, Catherine Zeta-Jones, Byung-hun Lee) para contar una historia que ya no tiene nada de original. De hecho, sigue el esquema de toda secuela: buscar una excusa (en este caso, un dispositivo nuclear portátil que ha desaparecido) para reunir a los mismos personajes y que hagan de nuevo lo mismo que en la primera parte, pero con más presupuesto, más acción y más de todo.
Una jugada que podría haber triunfado si el éxito de la primera parte se hubiese basado en la acción, pero en realidad su secreto era la frescura, el buen rollo y la diversión sincera y sin pretensiones que transmitía, algo que según la crítica se ha perdido en buena medida en esta nueva aventura. Algo ha debido de olerse el público, porque también le han dado de lado pese a la calurosa recepción de la primera parte y su éxito en el mercado doméstico, dos factores que suelen asegurar la salud en taquilla de una saga. Sin embargo, la recepción entre el público que sí ha ido a verla ha sido más o menos calurosa, y suelen ponerla a la altura de la anterior: mejor en algunos aspectos, peor en otros, más de lo mismo en general (lo que puede ser bueno o malo, según para quién).
Recomendada para: Los fans de la primera parte y de cualquiera de los miembros del reparto.
Que huyan de ella: Los que no viesen nada especial en la anterior entrega.

El estreno más monstruoso y gigantesco de la semana es PACIFIC RIM, el regreso del mexicano Guillermo del Toro tras su fallida aventura en la Tierra Media. Lo último que vimos de él fue Hellboy II, y de eso hacen ya cinco años que estuvo luchando por sacar adelante El Hobbit hasta tirar la toalla. No es que eso le dejase mal sabor de boca con las superproducciones y se dedicase a rodar una película más pequeña y personal. Al contrario, el orondo realizador ha tomado el camino opuesto: el de hacer la película más descomunal de su carrera. Hasta 200 millones de dólares, sin contar publicidad, se ha gastado la Warner en llevar a la gran pantalla este proyecto, que cuenta la historia de la batalla de la humanidad contra los kaijus, unos monstruos de otra dimensión surgidos de las profundidades del océano. Y como eso de por sí no es lo suficientemente bestia, porque desde Godzilla hasta Cloverfield hemos tenido ya muchos ataques de monstruos de este tipo, Del Toro y el guionista Travis Beacham le han añadido una disparatada arma por el lado humano: robots del tamaño de rascacielos controlados por pilotos mimetizados con la máquina, una suerte de mezcla entre los mechas japoneses, los Transformers y Mazinger Z, pero repartiendo hostias contra bichos infinitos como si se tratase de una versión actualizada y pulida de las viejas cintas de la saga Godzilla, en las que el reptil se enfrentaba a otras amenazas de su calibre.
Esta influencia asiática es sin duda lo que le está haciendo triunfar en aquella zona, pero en Estados Unidos el público no ha respondido todo lo bien que se esperaba. Las críticas han sido buenas y quienes la han visto hablan muy bien de ella, pero la promoción del filme ha sido demasiado incoherente y dudosa, vendiendo primero una cinta de efectos especiales y nada más, luego una aventura épico-apocalíptica, luego una de acción con humanos (al fin) y por último resaltando sus toques de humor. Lo que ha quedado es una de esas películas que todo el mundo pide pero cuando se hacen nadie va a verlas, de forma que actualmente necesita como agua de mayo todo el dinero que pueda sacar en aguas internacionales si quieren convertirla en una franquicia. La diversión, según quienes la han visto, está garantizada, así que quizá convenga apoyar este filme en lugar de otro A Todo Gas.
Recomendada para: Los fans de los monstruos gigantes, de Guillermo del Toro (redundancia) y de emplear petroleros como bate de béisbol.
Que huyan de ella: Los que piensen que una película de serie B solo tiene gracia si el presupuesto da para unos trajes de goma decorados y unas maquetas de cartón pintado con acuarela.
About the Pink Sky (Sobre el Cielo Rosa)
Kanimambo
Pacific Rim
RED 2
Renoir
No olvidéis votar y comentar las películas que vayáis viendo en su ficha para compartir con los demás cineolianos vuestras impresiones.

El estreno ‘serio’ de la semana es la francesa RENOIR, biopic ‘dual’ sobre el pintor impresionista y su hijo cineasta dirigido por Gilles Bourdos (Premonición). En concreto, la cinta se sitúa en 1915 y cuenta la rivalidad entre Pierre-Auguste, ya anciano y postrado en una silla de ruedas, y Jean, que regresaba herido de la I Guerra Mundial y todavía no había encontrado su vocación. Ambos fijan su mirada en la misma chica, Dedeé, que en un principio fue musa del pintor para luego convertirse en la inspiración (y esposa) del director bajo el seudónimo de Catherine Hessling. La cinta juega así al triángulo amoroso, sexual y artístico entre estas tres figuras históricas, acercándose a la esquiva inspiración de forma similar a la que empleó Fernando Trueba en El Artista y la Modelo. El filme se exhibió en el pasado Festival de Cannes, en la sección Una Cierta Mirada, donde recibió críticas aceptables y correctas, pero no entusiastas. La definen como una cinta de gran belleza, pero excesiva convencionalidad, así que parece que no va a estar a la altura de sus figuras.
Recomendada para: Los apasionados de alguno de los componentes de la familia Renoir.
Que huyan de ella: Los que recuerden con bostezos la película de Trueba.
La única película española de la semana es el documental KANIMAMBO, dirigido a tres bandas por Adán Aliaga, Abdelatif Hwidar y Carla Subirana, expertos todos ellos en este género. A través de sus tres miradas distintivas en tres historias independientes pero relacionadas, nos introducimos en Mozambique para conocer su realidad actual. Un país marcado por el estigma de la guerra civil, la pobreza, la enfermedad y un pasado complicado, y en donde la vida cotidiana es una difícil epopeya en la que hombres y mujeres se pueden considerar héroes modernos. El filme obtuvo la Mención Especial del Jurado en el Festival de Málaga 2012, y las críticas destacan su mirada sosegada y nada mitómana, pero sensible, a los problemas de este país.
Recomendada para: Los activistas y personas concienciadas con los problemas de los países en vías de desarrollo.
Que huyan de ella: Los que no quieran emplear su tiempo en publirreportajes para ayudar a ONGs.
Por su parte, el drama japonés ABOUT THE PINK SKY también llega con importantes credenciales. La ópera prima de Keiichi Kobayashi ha participado en festivales como Sundance y fue la gran triunfadora del Festival de Gijón 2012, donde se alzó con el premio a la mejor película. El filme cuenta la historia de Izumi, una adolescente que se encuentra en la calle una cartera con una gran cantidad de dinero. Antes de devolverlo, decide prestar una parte a un conocido para salvar su negocio, por lo que cuando retorna la cartera a su legítimo dueño, un joven rico, éste le obliga a compensar la diferencia monetaria creando un periódico que solo dé buenas noticias para hacer feliz a un amigo convaleciente. Como se puede observar, cuando los nipones se ponen sensibleros no hay quien les gane. Sin embargo, las críticas y los premios avalan la calidad de la cinta, rodada en blanco y negro con actores no profesionales.
Recomendada para: Los que se emocionen con la vena sensible de los japoneses.
Que huyan de ella: Los diabéticos.

Dicen que no hay segundas partes buenas, y parece que esa máxima se puede aplicar a RED 2. Hace tres años, la primera entrega fue una grata sorpresa tanto para los cinéfilos como para el público, una comedia de acción con un reparto espectacular (Bruce Willis, John Malkovich, Helen Mirren, Morgan Freeman, Karl Urban, Brian Cox, Mary-Louise Parker, Richard Dreyfuss…) mucho más divertida de lo que nadie esperaba. Su éxito garantizaba la secuela, claro. Dean Parisot (Héroes Fuera de Órbita) ha sustituido en la dirección al alemán Robert Schwentke y se han añadido algunas caras nuevas (Anthony Hopkins, Catherine Zeta-Jones, Byung-hun Lee) para contar una historia que ya no tiene nada de original. De hecho, sigue el esquema de toda secuela: buscar una excusa (en este caso, un dispositivo nuclear portátil que ha desaparecido) para reunir a los mismos personajes y que hagan de nuevo lo mismo que en la primera parte, pero con más presupuesto, más acción y más de todo.
Una jugada que podría haber triunfado si el éxito de la primera parte se hubiese basado en la acción, pero en realidad su secreto era la frescura, el buen rollo y la diversión sincera y sin pretensiones que transmitía, algo que según la crítica se ha perdido en buena medida en esta nueva aventura. Algo ha debido de olerse el público, porque también le han dado de lado pese a la calurosa recepción de la primera parte y su éxito en el mercado doméstico, dos factores que suelen asegurar la salud en taquilla de una saga. Sin embargo, la recepción entre el público que sí ha ido a verla ha sido más o menos calurosa, y suelen ponerla a la altura de la anterior: mejor en algunos aspectos, peor en otros, más de lo mismo en general (lo que puede ser bueno o malo, según para quién).
Recomendada para: Los fans de la primera parte y de cualquiera de los miembros del reparto.
Que huyan de ella: Los que no viesen nada especial en la anterior entrega.

El estreno más monstruoso y gigantesco de la semana es PACIFIC RIM, el regreso del mexicano Guillermo del Toro tras su fallida aventura en la Tierra Media. Lo último que vimos de él fue Hellboy II, y de eso hacen ya cinco años que estuvo luchando por sacar adelante El Hobbit hasta tirar la toalla. No es que eso le dejase mal sabor de boca con las superproducciones y se dedicase a rodar una película más pequeña y personal. Al contrario, el orondo realizador ha tomado el camino opuesto: el de hacer la película más descomunal de su carrera. Hasta 200 millones de dólares, sin contar publicidad, se ha gastado la Warner en llevar a la gran pantalla este proyecto, que cuenta la historia de la batalla de la humanidad contra los kaijus, unos monstruos de otra dimensión surgidos de las profundidades del océano. Y como eso de por sí no es lo suficientemente bestia, porque desde Godzilla hasta Cloverfield hemos tenido ya muchos ataques de monstruos de este tipo, Del Toro y el guionista Travis Beacham le han añadido una disparatada arma por el lado humano: robots del tamaño de rascacielos controlados por pilotos mimetizados con la máquina, una suerte de mezcla entre los mechas japoneses, los Transformers y Mazinger Z, pero repartiendo hostias contra bichos infinitos como si se tratase de una versión actualizada y pulida de las viejas cintas de la saga Godzilla, en las que el reptil se enfrentaba a otras amenazas de su calibre.
Esta influencia asiática es sin duda lo que le está haciendo triunfar en aquella zona, pero en Estados Unidos el público no ha respondido todo lo bien que se esperaba. Las críticas han sido buenas y quienes la han visto hablan muy bien de ella, pero la promoción del filme ha sido demasiado incoherente y dudosa, vendiendo primero una cinta de efectos especiales y nada más, luego una aventura épico-apocalíptica, luego una de acción con humanos (al fin) y por último resaltando sus toques de humor. Lo que ha quedado es una de esas películas que todo el mundo pide pero cuando se hacen nadie va a verlas, de forma que actualmente necesita como agua de mayo todo el dinero que pueda sacar en aguas internacionales si quieren convertirla en una franquicia. La diversión, según quienes la han visto, está garantizada, así que quizá convenga apoyar este filme en lugar de otro A Todo Gas.
Recomendada para: Los fans de los monstruos gigantes, de Guillermo del Toro (redundancia) y de emplear petroleros como bate de béisbol.
Que huyan de ella: Los que piensen que una película de serie B solo tiene gracia si el presupuesto da para unos trajes de goma decorados y unas maquetas de cartón pintado con acuarela.