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ACTUALIDAD Y CINE: El Virus, una amenaza permanente
Sergio Roma, 29/02/2020
La presencia de un virus en el planeta es uno de los acontecimientos que más incertidumbre y temor crean en la sociedad. El miedo al contagio y el evidente miedo a morir que eso conlleva instauran un clima global que en algún sentido roza la paranoia y en otros la irracionalidad, cuando no directamente el pánico.
Esto ha ocurrido a lo largo de toda la historia de la humanidad, con casos tan catastróficos como la peste en Europa. Pero es en estos momentos de comunicación instantánea, de información veraz o de desinformación, alarmas virales, intereses, etc. cuando el fenómeno toma un nuevo rumbo y desata una alarma social de imprevisibles consecuencias.
Lo cierto es que la globalización aparte de los evidentes avances que nos ha traído, también conlleva el riesgo de la cercanía física entre las personas, de la mezcla, de la fragilidad…
La presencia actual del conocido como “Coronavirus” procedente de China y que poco a poco se va extendiendo por el planeta hasta haber llegado en estos momentos a nuestro país, nos invita a reflexionar sobre el asunto, y buscar además la conexión de este acontecimiento con el cine. Un mundo del cine que no ha permanecido ajeno a este fenómeno a lo largo de los años y ha tratado el tema casi siempre desde su vertiente más catastrófica.

Entre todas las películas que han llevado el tema al cine, hemos seleccionado dos de ellas concretamente para analizarlas, por diversos e interesantes motivos. Por un lado, Contagio, de Steven Soderbergh. Una película de hace tan solo nueve años y que parece contener el mensaje visionario de lo que en estos momentos vivimos, como si de un Nostradamus contemporáneo se tratase. Una película que trata el tema desde el origen de la infección y sin la deriva “zombi” que suele acompañar al fenómeno. Un realismo que, dadas las similitudes con el caso que vivimos actualmente, resulta inquietante, y de paso nos permite recuperar a un cineasta imprescindible con una carrera muy destacable.
La segunda película es Train to Busan. La película coreana sigue la senda de tratar una infección o un virus, derivándola en fenómeno zombi, con todas las posibilidades cinematográficas que conlleva. Aunque hay muchas películas sobre zombis, la película de Sang-ho Yeon es una de las mejores que se han realizado hasta la fecha por varios de sus elementos, y nos hallamos además ante un cineasta que ha desarrollado la transición del cine de animación al cine convencional de manera brillante, con una película que va a dar pie a una segunda parte y a un remake norteamericano. Otro cineasta particularmente interesante a seguir muy de cerca.
Los virus en el mundo del cine desde dos enfoques completamente distintos.
PELICULAS

Contagio
Un fundido negro, y el ruido de una mujer tosiendo es el primer “regalo” que nos hace Steven Soderbergh para que nos vayamos preparando y para conseguir que con posterioridad cualquier tosido nos resulte inquietante y a veces angustioso. La tos procede de Beth (Gwyneth Paltrow) una ciudadana corriente que por motivos laborales realiza un largo viaje y parece haberse resfriado. Soderbergh se encarga, con mucho acierto, de mostrarnos historias paralelas que encajan a la perfección en la historia global, en un extraordinario trabajo de montaje y siempre ayudado por una excelente banda sonora a cargo de Cliff Martinez que añade el dinamismo necesario y el punto de tensión imprescindible para que la película siempre mantenga un elevado nivel desde sus inicios.
Previamente a esta película el director norteamericano nos tenía acostumbrados a un cine intenso y de velocidad. Películas como Traffic, Erin Brockovich, sus "Oceans" o su "Che" trataban temas importantes a un ritmo vertiginoso, anteponiendo el puro espectáculo en algunos aspectos, a la propia y necesaria reflexión.
Mucho de esto vamos a encontrar en esta película. El ritmo veloz y los planos tan certeros encajan bien con la intensidad y emoción que suponen la propagación de un virus a lo largo del planeta. Iremos observando cómo gente se va sintiendo mal en distintos lugares, cómo va muriendo gente poco a poco y el caos inicial que se genera en todos los entornos.
Como suele se habitual, Soderbergh se centra en unos cuantos personajes para que el dramatismo sea más cercano. El más importante de todos es el de Mich (Matt Damon) que acaba de perder a su mujer por una extraña enfermedad y que a partir de entonces tendrá que luchar junto a su hija para no ser contagiados (aunque él parece ser inmune). Junto a ellos, científicos, grandes autoridades, un periodista de la era global, y pequeños personajes componen un puzle que nos permite observar la evolución de un virus a través del contagio desde un entorno íntimo. Personajes interpretados por un buen elenco de actores: Gwyneth Paltrow, Laurence Fishburne, Jude Law, Marion Cotillard, Kate Winslet…en un buen trabajo de todos ellos. La película evoluciona entre la lucha de los países por encontrar la vacuna, a través de la búsqueda también del "paciente cero", el primer contagiado, y la lucha por la supervivencia de las personas. Esta supervivencia nos permite observar lo mejor y lo peor de las personas en un ambiente como el que se ha creado. El ambiente es de lógica preocupación inical, que deriva en caos, y los problemas se suceden si apenas posibilidad de atajarlos a tiempo.
Podríamos dividir “Contagio” en tres bloques fundamentales que se complementan: en primer lugar, y una vez descubierto que la humanidad se halla ante la amenaza de un virus que podría destruirla, tenemos a toda la plana de científicos intentando el correspondiente y necesario cultivo para poder conseguir la vacuna. En este bloque destacan las interpretaciones de Jennifer Ehle y de Laurence Fishburne en una auténtica carrera contrarreloj por conseguir la vacuna que termine con la pesadilla. Este bloque no estará exento de la correspondiente polémica que genera el existir intereses particulares y en muchas ocasiones sucios.
En segundo lugar, tenemos las repercusiones sociales que esto genera, que, si bien las conocemos perfectamente cada vez que ha ocurrido en la vida real algo similar, en Contagio se nos muestra más acentuado, donde tampoco se esconde la tímida denuncia a las empresas farmacéuticas, medios de comunicación y demás elementos sociales. En este sentido Jude Law, que al principio comienza siendo un interesante blogger y periodista freelance, acaba convirtiéndose en una caricatura de periodista conflictivo y finaliza siendo el actor más perjudicado por un desacertado papel.
Por último, tenemos las historias paralelas, las vidas cotidianas, el día a día de la gente que padece las consecuencias de un virus contagioso. La vida privada de los personajes adquieres importancia, aunque en seguida nos daremos cuenta que no es el punto fuerte de la película. De hecho, ocupa los momentos en los que pierde algo de interés.
A pesar de ello, situaciones necesarias para observar de cerca el problema real de lo que está sucediendo. Aunque la historia de Thomas, es la más interesante con un buen trabajo de Matt Damon, y una estela interesante a cargo de Gwyneth Paltrow, todas las demás historia se quedan un tanto en la superficie con poca profundización, a pesar de contar con un extraordinario elenco de grandes actores como Kate Winslet, Marion Cotillard o John Hawkes aparte de los ya mencionados, pero quizás el escaso tiempo, o simplemente la poca atención en ello, es lo que impide que nos hallemos ante una película redonda en todos los sentidos.

Estos tres bloques se estructuran de manera muy acertada, con solvencia y efectividad y consiguen una unidad con la suficiente fuerza para lograr una película más que acertada en un tema bastante complicado.
La reflexión a la que nos invita Soderbergh no puede pasar inadvertida y la fragilidad del mundo global en el que vivimos actualmente queda patente de manera elegante y sin recurrir a desmanes comerciales, finales heroicos o catástrofes fuera de lugar a lo que nos tiene acostumbrados el cine apocalíptico de los últimos tiempos.
Soderbergh juega a dos bandas para lograr su sencillo objetivo. Mezcla tanto el género documental/ficción que tanto domina con ejemplos tan claros como Traffic como el puro thriller dinámico más cercano a Ocean's Eleven. Hagan Juego y secuelas. Todo ello sin alejarse en absoluto de la denuncia social que tanto le satisfizo con Erin Brockovich consiguiendo un conjunto homogéneo y compacto, aunque las historias paralelas, dramáticas, siendo correctas es el campo donde el film más flojea, y donde hubiese sido necesario más metraje para lograr un resultado más brillante.
La película es pura velocidad, y todo evoluciona a un ritmo vertiginoso, controlando Soderbergh perfectamente los tiempos e intentando llegar a la intensidad que la historia demanda. Correctamente elaborada, que si bien peca de algún exceso o por el contrario se queda en tierra de nadie en algún aspecto, nos ofrece una estupenda visión de lo que pudiera suponer la aparición de un virus mortal en un planeta globalizado y superpoblado, y revistas especializadas de ciencia han afirmado que “muy pocas producciones de Hollywood retratan de manera tan realista el proceso científico, tanto sus éxitos como sus fracasos, y es lo que hace que Contagio sea única ".
Lo que es evidente es que Soderbergh consigue básicamente lo que se propone en todas sus vertientes a través de este film, y que sin duda alguna deja una extraña sensación de inseguridad que nos durará unos cuantos días.
Train to Busan
Otro aspecto que siempre se ha tratado en la propagación de un virus ha sido el fenómeno zombi. El virus o la infección no se ha tratado como una especie de gripe, como hacía Soderbergh sino en una enfermedad que transforma a las personas en seres caníbales de gran agresividad. Esto ha dado lugar a todo un subgénero que nos ha dado a su vez grandes películas.
Y entre ellas, Sang-ho Yeon realizó una de las mejores y perfeccionó aspectos que no siempre se habían tratado con tanta brillantez.
Los inicios del virus, o del contagio se muestran poco a poco. Zonas en cuarentena, un ciervo atropellado que se levanta lentamente, incendios…la tensión se va palpando poco a poco, pero aún no sabemos mucho, se intuye.
Paralelamente entran en escena las vidas privadas de algunos personajes, entre ellos un ejecutivo que parece no preocuparse mucho de su hija, la cual quiere ir a Busan…Las vidas privadas cobran protagonismo poco a poco y enlazarán a la perfección con la trama del contagio.
Se dirigen a Busan en tren, pero antes del cierre de puertas entra una joven con claros síntomas de enfermedad…
A partir de entonces Tren a Busan se convierte en una película claustrofóbica. Gran parte del metraje se desarrollará dentro del tren, con la dificultad técnica que eso conlleva, pero el resultado es angustioso e intenso. Como ocurría con anterioridad, los primeros brotes en la estación se muestran con mucha sutileza. Algo está pasando, pero aún no es alarmante. O al menos no lo parece.
La chica que entró en el tren ya es un zombi, y a partir de ahora, comienza la acción.
Gracias a un excelente montaje, los acontecimientos se suceden con gran intensidad, con una espectacular representación de los zombis, muy elaborados y en un ambiente absolutamente terrorífico. Todo dinamismo, todo intensidad.
En algunos momentos la película se desarrolla en el exterior, con gran brillantez también, y demostrando igualmente dominio, pero sin duda es dentro del tren donde el director quiere exponer su idea, su terror, al igual que hiciese el director de moda, Joon-ho Bong en Snowpiercer (Rompenieves), otra excelente película.

Además de la peligrosidad que aparentan los zombis como ente individual, cuando están en grupo se convierten en otra amenaza aterradora, como un gran ente conjunto con capacidad de arrasar con todo. Un gran monstruo que parece no tener límites, lo cual amplía la capacidad aterradora del film y que tiene influencias claras de Guerra Mundial Z.
Estamos ante una película que lo contiene todo, y todo con una gran dosis de talento. Tenemos terror, intriga, emoción e incertidumbre y todo desde un punto de vista general, pero también individual con la buena construcción dramática de los personajes principales. Los momentos de oscuridad están muy bien diseñados, de manera que sus tramos se perfilan con tacto, añadiendo más suspense a la trama.
La película está cargada de escenas espectaculares, con los trenes, en las vías con persecución zombi y su posterior cadena humana, etc.
Es difícil saber quién quedará como superviviente, quién ganará la batalla y por qué y es muy significativo comprobar cómo la situación puede hacer sacar lo mejor y lo peor del ser humano, en un momento de tanta desesperación.
Sang-ho Yeon ya había tocado previamente este tema, en su película animada Seoul Station, otra magnífica película que se considera una precuela de Train to Busan y que se desarrolla un día antes de los eventos de esta película.
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Dos películas muy diferentes y dos enfoques muy distintos de tratar un mismo asunto.
Evidentemente Contagio se acerca más a la realidad y dibuja un escenario más reconocible y certero, al margen de las licencias que el propio director se permite. Train to Busan nos presenta un escenario más apocalíptico, más cercano a lo que ya conocíamos en anteriores películas, pero añadiendo un sello muy particular, aportando elementos nuevos y mejorando muchos aspectos anteriormente tratados.
Dos maneras de ver la aparición de un virus en el planeta. Dos cineastas de gran altura que aportan su talento para un subgénero siempre atractivo, con ejemplos de buen cine. Dos visiones cinematográficas sobre una amenaza permanente.
@sergio_roma
Esto ha ocurrido a lo largo de toda la historia de la humanidad, con casos tan catastróficos como la peste en Europa. Pero es en estos momentos de comunicación instantánea, de información veraz o de desinformación, alarmas virales, intereses, etc. cuando el fenómeno toma un nuevo rumbo y desata una alarma social de imprevisibles consecuencias.
Lo cierto es que la globalización aparte de los evidentes avances que nos ha traído, también conlleva el riesgo de la cercanía física entre las personas, de la mezcla, de la fragilidad…
La presencia actual del conocido como “Coronavirus” procedente de China y que poco a poco se va extendiendo por el planeta hasta haber llegado en estos momentos a nuestro país, nos invita a reflexionar sobre el asunto, y buscar además la conexión de este acontecimiento con el cine. Un mundo del cine que no ha permanecido ajeno a este fenómeno a lo largo de los años y ha tratado el tema casi siempre desde su vertiente más catastrófica.

Entre todas las películas que han llevado el tema al cine, hemos seleccionado dos de ellas concretamente para analizarlas, por diversos e interesantes motivos. Por un lado, Contagio, de Steven Soderbergh. Una película de hace tan solo nueve años y que parece contener el mensaje visionario de lo que en estos momentos vivimos, como si de un Nostradamus contemporáneo se tratase. Una película que trata el tema desde el origen de la infección y sin la deriva “zombi” que suele acompañar al fenómeno. Un realismo que, dadas las similitudes con el caso que vivimos actualmente, resulta inquietante, y de paso nos permite recuperar a un cineasta imprescindible con una carrera muy destacable.
La segunda película es Train to Busan. La película coreana sigue la senda de tratar una infección o un virus, derivándola en fenómeno zombi, con todas las posibilidades cinematográficas que conlleva. Aunque hay muchas películas sobre zombis, la película de Sang-ho Yeon es una de las mejores que se han realizado hasta la fecha por varios de sus elementos, y nos hallamos además ante un cineasta que ha desarrollado la transición del cine de animación al cine convencional de manera brillante, con una película que va a dar pie a una segunda parte y a un remake norteamericano. Otro cineasta particularmente interesante a seguir muy de cerca.
Los virus en el mundo del cine desde dos enfoques completamente distintos.
PELICULAS

Contagio


Previamente a esta película el director norteamericano nos tenía acostumbrados a un cine intenso y de velocidad. Películas como Traffic, Erin Brockovich, sus "Oceans" o su "Che" trataban temas importantes a un ritmo vertiginoso, anteponiendo el puro espectáculo en algunos aspectos, a la propia y necesaria reflexión.
Mucho de esto vamos a encontrar en esta película. El ritmo veloz y los planos tan certeros encajan bien con la intensidad y emoción que suponen la propagación de un virus a lo largo del planeta. Iremos observando cómo gente se va sintiendo mal en distintos lugares, cómo va muriendo gente poco a poco y el caos inicial que se genera en todos los entornos.
Como suele se habitual, Soderbergh se centra en unos cuantos personajes para que el dramatismo sea más cercano. El más importante de todos es el de Mich (Matt Damon) que acaba de perder a su mujer por una extraña enfermedad y que a partir de entonces tendrá que luchar junto a su hija para no ser contagiados (aunque él parece ser inmune). Junto a ellos, científicos, grandes autoridades, un periodista de la era global, y pequeños personajes componen un puzle que nos permite observar la evolución de un virus a través del contagio desde un entorno íntimo. Personajes interpretados por un buen elenco de actores: Gwyneth Paltrow, Laurence Fishburne, Jude Law, Marion Cotillard, Kate Winslet…en un buen trabajo de todos ellos. La película evoluciona entre la lucha de los países por encontrar la vacuna, a través de la búsqueda también del "paciente cero", el primer contagiado, y la lucha por la supervivencia de las personas. Esta supervivencia nos permite observar lo mejor y lo peor de las personas en un ambiente como el que se ha creado. El ambiente es de lógica preocupación inical, que deriva en caos, y los problemas se suceden si apenas posibilidad de atajarlos a tiempo.
Podríamos dividir “Contagio” en tres bloques fundamentales que se complementan: en primer lugar, y una vez descubierto que la humanidad se halla ante la amenaza de un virus que podría destruirla, tenemos a toda la plana de científicos intentando el correspondiente y necesario cultivo para poder conseguir la vacuna. En este bloque destacan las interpretaciones de Jennifer Ehle y de Laurence Fishburne en una auténtica carrera contrarreloj por conseguir la vacuna que termine con la pesadilla. Este bloque no estará exento de la correspondiente polémica que genera el existir intereses particulares y en muchas ocasiones sucios.
En segundo lugar, tenemos las repercusiones sociales que esto genera, que, si bien las conocemos perfectamente cada vez que ha ocurrido en la vida real algo similar, en Contagio se nos muestra más acentuado, donde tampoco se esconde la tímida denuncia a las empresas farmacéuticas, medios de comunicación y demás elementos sociales. En este sentido Jude Law, que al principio comienza siendo un interesante blogger y periodista freelance, acaba convirtiéndose en una caricatura de periodista conflictivo y finaliza siendo el actor más perjudicado por un desacertado papel.
Por último, tenemos las historias paralelas, las vidas cotidianas, el día a día de la gente que padece las consecuencias de un virus contagioso. La vida privada de los personajes adquieres importancia, aunque en seguida nos daremos cuenta que no es el punto fuerte de la película. De hecho, ocupa los momentos en los que pierde algo de interés.
A pesar de ello, situaciones necesarias para observar de cerca el problema real de lo que está sucediendo. Aunque la historia de Thomas, es la más interesante con un buen trabajo de Matt Damon, y una estela interesante a cargo de Gwyneth Paltrow, todas las demás historia se quedan un tanto en la superficie con poca profundización, a pesar de contar con un extraordinario elenco de grandes actores como Kate Winslet, Marion Cotillard o John Hawkes aparte de los ya mencionados, pero quizás el escaso tiempo, o simplemente la poca atención en ello, es lo que impide que nos hallemos ante una película redonda en todos los sentidos.

Estos tres bloques se estructuran de manera muy acertada, con solvencia y efectividad y consiguen una unidad con la suficiente fuerza para lograr una película más que acertada en un tema bastante complicado.
La reflexión a la que nos invita Soderbergh no puede pasar inadvertida y la fragilidad del mundo global en el que vivimos actualmente queda patente de manera elegante y sin recurrir a desmanes comerciales, finales heroicos o catástrofes fuera de lugar a lo que nos tiene acostumbrados el cine apocalíptico de los últimos tiempos.
Soderbergh juega a dos bandas para lograr su sencillo objetivo. Mezcla tanto el género documental/ficción que tanto domina con ejemplos tan claros como Traffic como el puro thriller dinámico más cercano a Ocean's Eleven. Hagan Juego y secuelas. Todo ello sin alejarse en absoluto de la denuncia social que tanto le satisfizo con Erin Brockovich consiguiendo un conjunto homogéneo y compacto, aunque las historias paralelas, dramáticas, siendo correctas es el campo donde el film más flojea, y donde hubiese sido necesario más metraje para lograr un resultado más brillante.
La película es pura velocidad, y todo evoluciona a un ritmo vertiginoso, controlando Soderbergh perfectamente los tiempos e intentando llegar a la intensidad que la historia demanda. Correctamente elaborada, que si bien peca de algún exceso o por el contrario se queda en tierra de nadie en algún aspecto, nos ofrece una estupenda visión de lo que pudiera suponer la aparición de un virus mortal en un planeta globalizado y superpoblado, y revistas especializadas de ciencia han afirmado que “muy pocas producciones de Hollywood retratan de manera tan realista el proceso científico, tanto sus éxitos como sus fracasos, y es lo que hace que Contagio sea única ".
Lo que es evidente es que Soderbergh consigue básicamente lo que se propone en todas sus vertientes a través de este film, y que sin duda alguna deja una extraña sensación de inseguridad que nos durará unos cuantos días.
Train to Busan


Y entre ellas, Sang-ho Yeon realizó una de las mejores y perfeccionó aspectos que no siempre se habían tratado con tanta brillantez.
Los inicios del virus, o del contagio se muestran poco a poco. Zonas en cuarentena, un ciervo atropellado que se levanta lentamente, incendios…la tensión se va palpando poco a poco, pero aún no sabemos mucho, se intuye.
Paralelamente entran en escena las vidas privadas de algunos personajes, entre ellos un ejecutivo que parece no preocuparse mucho de su hija, la cual quiere ir a Busan…Las vidas privadas cobran protagonismo poco a poco y enlazarán a la perfección con la trama del contagio.
Se dirigen a Busan en tren, pero antes del cierre de puertas entra una joven con claros síntomas de enfermedad…
A partir de entonces Tren a Busan se convierte en una película claustrofóbica. Gran parte del metraje se desarrollará dentro del tren, con la dificultad técnica que eso conlleva, pero el resultado es angustioso e intenso. Como ocurría con anterioridad, los primeros brotes en la estación se muestran con mucha sutileza. Algo está pasando, pero aún no es alarmante. O al menos no lo parece.
La chica que entró en el tren ya es un zombi, y a partir de ahora, comienza la acción.
Gracias a un excelente montaje, los acontecimientos se suceden con gran intensidad, con una espectacular representación de los zombis, muy elaborados y en un ambiente absolutamente terrorífico. Todo dinamismo, todo intensidad.
En algunos momentos la película se desarrolla en el exterior, con gran brillantez también, y demostrando igualmente dominio, pero sin duda es dentro del tren donde el director quiere exponer su idea, su terror, al igual que hiciese el director de moda, Joon-ho Bong en Snowpiercer (Rompenieves), otra excelente película.

Además de la peligrosidad que aparentan los zombis como ente individual, cuando están en grupo se convierten en otra amenaza aterradora, como un gran ente conjunto con capacidad de arrasar con todo. Un gran monstruo que parece no tener límites, lo cual amplía la capacidad aterradora del film y que tiene influencias claras de Guerra Mundial Z.
Estamos ante una película que lo contiene todo, y todo con una gran dosis de talento. Tenemos terror, intriga, emoción e incertidumbre y todo desde un punto de vista general, pero también individual con la buena construcción dramática de los personajes principales. Los momentos de oscuridad están muy bien diseñados, de manera que sus tramos se perfilan con tacto, añadiendo más suspense a la trama.
La película está cargada de escenas espectaculares, con los trenes, en las vías con persecución zombi y su posterior cadena humana, etc.
Es difícil saber quién quedará como superviviente, quién ganará la batalla y por qué y es muy significativo comprobar cómo la situación puede hacer sacar lo mejor y lo peor del ser humano, en un momento de tanta desesperación.
Sang-ho Yeon ya había tocado previamente este tema, en su película animada Seoul Station, otra magnífica película que se considera una precuela de Train to Busan y que se desarrolla un día antes de los eventos de esta película.
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Dos películas muy diferentes y dos enfoques muy distintos de tratar un mismo asunto.
Evidentemente Contagio se acerca más a la realidad y dibuja un escenario más reconocible y certero, al margen de las licencias que el propio director se permite. Train to Busan nos presenta un escenario más apocalíptico, más cercano a lo que ya conocíamos en anteriores películas, pero añadiendo un sello muy particular, aportando elementos nuevos y mejorando muchos aspectos anteriormente tratados.
Dos maneras de ver la aparición de un virus en el planeta. Dos cineastas de gran altura que aportan su talento para un subgénero siempre atractivo, con ejemplos de buen cine. Dos visiones cinematográficas sobre una amenaza permanente.
@sergio_roma