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Una Bala en la Cabeza (2012)

'La vida sigue igual'

Hay que reconocerle a Stallone que le está saliendo la jugada redonda. A pesar de su carisma, sabe perfectamente que está encasillado en un tipo concreto de cine y que si quiere seguir en activo, o se aferra a él o arriesgar a estas alturas puede tener consecuencias nefastas


Estreno 22 de Marzo de 2013
CRÍTICA
Hay que reconocerle a Sylvester Stallone que le está saliendo la jugada redonda. A pesar de su carisma, sabe perfectamente que está encasillado en un tipo concreto de cine y que si quiere seguir en activo, o se aferra a él o arriesgar a estas alturas puede tener consecuencias nefastas. Pero él parece disfrutar, meciéndose en su nube parece una versión positiva de aquel luchador encarnado por Mickey Rourke en la película de Darren Aronofsky, anclado en los 80 y viviendo de los réditos conseguidos en su momento. Porque aunque Una Bala en la Cabeza (2012) está inspirada en una novela gráfica, el personaje de James Bonomo parece estar escrito específicamente para él. Esa mezcolanza de tipo duro, socarrón y burlón solo hay dos personas en la historia reciente del cine que lo encarnan a la perfección. Una es Bruce Willis y la otra es Sly.

(Más imágenes en su galería)
Para darle un toque más acorde a los años dorados de Stallone parece lógico que el director sea un Walter Hill, otrora un director interesante que con los años ha ido alejándose de jugar en primera división y si algo le mantiene cerca de la élite es su trayectoria como productor de la franquicia Alien. Y eso se traduce en pantalla, para bien y para mal, con sus virtudes y sus defectos. Si no fuera por el aspecto físico de Sylvester podría colar por una de aquella producciones a lo Tango y Cash que protagonizara hace un par de décadas tanto por argumento como por estética. Todo el desarrollo de la historia se mueve entre los ya clásicos tópicos de las buddy movies sin desplazarse ni un ápice de los parámetros del sub-género que tantos dólares lleva dejando en taquilla durante décadas.
La única sorpresa reconocible es la aparición de Jason Momoa como el villano de la función demostrando que aparte de físico para la acción parece tener aptitudes para la interpretación más allá de la inexpresividad de los personajes de Khal Drogo en Juego de Tronos o el reinicio de Conan el Bárbaro (2011) (que si en vez de Arnie el protagonista hubiera sido Sly ya te digo yo quién seguiría blandiendo la espada clamando a Crom), moviéndose como pez en el agua en este tipo de cintas. No sería extraño verle aparecer en Los mercenarios 3 ahora que ha cruzado mamporros con el jefe de la saga.
El baremo, por tanto, está en disfrutar o no del género y de los viajes en el tiempo dos décadas atrás. Habría que inventar un nuevo sub-género denominado ‘pelis de Stallone’ donde esta cinta no desentonaría en absoluto entre la filmografía del actor y probablemente tampoco en la del director. Uno se puede montar en su casa una sesión doble con ésta y cualquiera otra de su protagonista y comprobar que no parece haber pasado el tiempo. Como cantaba Julio Iglesias, al final la vida sigue igual.

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Evelio Barbero

21/03/2013

Valoración

6.00

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