No hay santuario

Rick, junto a Daryl, Glenn, Bob y otros desconocidos, están a punto de ser ejecutados con absoluta frialdad por los hombres que les encerraron en un vagón nada más llegar a la terminal. De nada sirve explicar que en su grupo existe una persona capaz de encontrar una cura para los infectados. Hasta que una explosión de origen desconocido provoca un giro en la situación.