Érase un despertar

Los vecinos inician las obras en sus pisos, pero el seguro se niega a pagarles el arreglo alegando que el incendio fue provocado. Pero ése no va a ser el único problema al que se enfrente el presidente de la comunidad. Paloma está despierta en el hospital y en cualquier momento puede volver a casa. Isabel ha desaparecido, y el único consuelo que le queda a Juan Cuesta es que Natalia ha vuelto a casa. Lucía vuelve de pasar unos días en Málaga donde ha conocido a Yago, un ecologista que le hace cambiar su visión de la vida. Por su parte, Concha le sube el alquiler a Belén y la amenaza con poner el piso en venta. Belén, que trabaja como vendedora de seguros, se decide a comprarlo y pide una hipoteca. Por último, Fernando está agobiado porque no le gusta su trabajo y Mauri, para ayudarle a que se independice, accede a trabajar de tertuliano en un programa del corazón.