Ya no estoy aquí

Ulises Sampiero tiene 17 años y vive en su barrio, situado en las colinas de Monterrey, un lugar dónde la policía ya no se atreve a entrar debido a su alta peligrosidad. Es un lugar curioso por más motivos. Rodeado de precariedad y pandillerismo, ahí florece una potente escena musical de cumbia, es decir, de música colombiana, que crea una subcultura propia.
Tras un encontronazo con miembros de una banda local, Ulises se ve obligado a emigrar a los Estados Unidos. Deja así atrás aquello que lo define: su pandilla, el baile y las fiestas que tanto ama. Recala en Nueva York y hace todo lo posible para adaptarse a un nuevo país, pero Ulises pronto se da cuenta de que preferiría regresar a casa con su familia y amigos en Monterrey antes que enfrentar la soledad en Estados Unidos.