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Retratos de una obsesión
Según el director Mark Romanek, la escena en la que el personaje de Robin Williams tiene una pared de su departamento empapelada con fotos de la familia, fue “un dolor de culo”. Tuvieron que crear la ilusión de diez años de vida de una familia en diez días, con peinados, maquillajes, vestuario y locaciones distintas. Crearon nieve para las escenas de invierno y necesitaron encontrar lugares para las fotografías en la playa. Incluso eligieron actores para las versiones más jóvenes del niño y el perro.