El cacique Frank Tanner emprende la persecución de un hombre al que ha acusado como autor de un asesinato. Cuando el viejo alguacil Bob Valdez se aproxima a la cabaña dónde se halla acorralado con el objetivo de dialogar, Tanner manda a uno de sus mejores pistoleros a que emprenda una jugada sucia y termina matando al sospechoso... para luego comprobar que no era el hombre que estaba buscando. Lamentando el curso de los hechos, Valdez propone a Tanner y otras figuras eminentes del pueblo realizar una colecta en beneficio de la viuda del asesinado. Tal iniciativa molesta a Tanner, quien ordena a sus hombres que se deshagan de Valdez. La brutal paliza y posterior abandono de Valdez, atado a una cruz de madera, no lo mata y hará que Tanner descubra que se ha pasado de la raya con el hombre equivocado.