Nuestra señora de París

En el París medieval, en la plaza frente a la catedral de Notre dame, se suele concentrar el populacho, los mendigos y también los gitanos, que realizan sus espectáculos con los que recaudar algún dinero. De entre todos ellos, la principal atracción es Esmeralda, un sensual gitana cuyas danzas hacen las delicias de todos los asistentes. Semejante presencia no ha pasado inadvertida ni siquiera para el sombrío diácono de la catedral, Claude Frollo, pero su carácter frío y tajante no le facilita aproximarse la hermosa gitana. Es por ello que una noche encomendará al jorobado Quasimodo su rapto. Sin embargo los acontecimientos que toman ese incidente resultarán del todo impredecibles.