Frankie Dunn ha entrenado y dirigido algunos luchadores increíbles, durante toda una vida pasada en el ring. La lección más importante que enseña a sus boxeadores es la que utiliza para su propia vida: por encima de todo, siempre debes protegerte. A consecuencia de su doloroso distanciamiento con su hija, Frankie no se ha permitido relacionarse con nadie por largo tiempo. Su único amigo es Scrap, un ex-boxeador que se ocupa del gimnasio de Frankie y que sabe que debajo de su brusco carácter exterior, hay un hombre que siempre fue a misa, casi todos los días durante los últimos 23 años, buscando el perdón que no puede encontrar. Un día, Maggie Fitzgerald entra a su gimnasio. Maggie nunca ha tenido demasiado, pero al menos sabe lo que quiere y está dispuesta a hacer lo que haga falta para conseguirlo. En una vida de lucha constante, Maggie, con su meta inamovible y una tremenda fuerza de voluntad, ha conseguido llegar hasta dónde ha llegado con talento en bruto. Más que cualquier otra cosa, lo que ella desea, es encontrar a alguien que crea en ella.
Hilary Swank trabajó durante tres meses (antes del rodaje) con el legendario preparador de boxeo Hector Roca, nombrado por el International Boxing Digest como uno de los mejores entrenadores del mundo, en el Gleason’s Gym de Brooklyn.
La magia de librar batallas más allá de lo humanamente soportable se basa en lo mágico que resulta arriesgarlo todo por un sueño que nadie más alcanza a ver excepto tú.