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La Vida secreta de las palabras
Según Coixet, su película es una versión moderna y muy propia de Blancanieves y los siete enanitos.
Las lentillas que Tim Robbins usa en la película para aparentar ceguera le causaron unas pequeñas ulceras que no le impidieron seguir con las mismas y el rodaje.
El personaje de Julie Christie es la personificación en la cinta de Inge Genefke, fundadora del Consejor Internacional para la rehabilitación de las Víctimas de la Tortura; a la que Coixet conoció durante el rodaje del documental "Viaje al corazón de la tortura".
La película está dedicada a Inge Genefke, fundadora del Consejor Internacional para la rehabilitación de las Víctimas de la Tortura; a la que Coixet conoció durante el rodaje del documental "Viaje al corazón de la tortura".
La película también está dedicada a John Berger, crítico de arte, pensador y novelista al que Coixet mitifica y admira.
Muchas de las canciones de la banda sonora salieron de un concurso llamado "La Canción más triste del Mundo", que se realizó durante el rodaje y en el que todos los miembros de equipo tenían oportunidad de presentar su canción mediante su Ipod o análogo.
Muchas de las frases que dice el personaje de Dave están sacadas de textos de Greenpeace. Coixet le dio enfasis ecologista porque pensaba que alguien que mide el daño que hacen las olas en las estructuras petrolíficas bien podía cuidar el medio ambiente.
El monólogo de Tim Robbins hablando de la serie de televisión "Viaje al fondo del mar" se reunen muchos de los pensamientos de la propia Isabel Coixet. Según ella, es la parte más autobiográfica de la película.
Tim Robbins tuvo que soportar cuatro horas diarias de maquillaje.
El capitán de la plataforma donde se rodó el filme exigió al equipo que llevara puesto el casco y el chaleco. Isabel Coixet se negó y según cuenta desde entonces el capitán se dio cuenta que ella era la capitana del filme y él de la plataforma. No debían invadir sus territorios.