El Metiche

Capulina tiene el vicio de meterse ahí dónde no le llaman y en cualquier parte dónde pueda. Es muy curioso y a la vez, a pesar de todo, una persona de buen corazón. En su empeño por ayudar al prójimo es capaz de ayudar a ancianas a subir al autobús, vender billetes de lotería para un vendedor enfermo o consolar a los niños que lloran. También sucede que la anciana se meta en el autobús que no le toca, pierde los billetes del vendedor enfermo o quedar como un secuestrador de niños.
Su oficio para ganarse el sustento es de electricista. Por descontado, también ahí provocará altercados que afectarán a su amiga Lupita, llegando incluso a implicarse (de forma involuntaria) con unos falsificadores.