En los suburbios de América, tres amigos inseparables de 12 años, el introvertido Jacob, la precoz Malee y el vulnerable Leonard, comienzan a recorrer el camino del autodescubrimiento y empiezan a distinguir sus voces de las de sus padres. Movidos por la trágica muerte del hermano gemelo de Jacob, los tres se unen y luchan con los sentimientos de venganza, con la carga del dolor y con la indeleble experiencia de crecer.
Zoe Weizenbaum estuvo a punto de no participar en la película ya que sus padres solo querían que hiciese un filme al año, y Weizenbaum ya había rodado anteriormente Memorias de una Geisha. Al final la insistencia del director les convenció.