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El Fantasma de la Ópera
Esta adaptación a la pantalla grande de la novela de Leroux está basada en el musical creado por Andrew Lloyd Weber, siendo la producción teatral o cinematográfica de mayor éxito comercial del mundo, habiendo recaudado a nivel mundial más de 3200 millones de dólares.
Desde su debut en el Majesty’s Theatre del West End londinense el 9 de octubre de 1986, el popular musical ha sido visto por un público estimado de 80 millones de personas.
Más de 65.000 representaciones de El Fantasma se han celebrado para el público en 18 países de todo el mundo. Las producciones de El Fantasma han ganado 50 importantes premios, incluyendo tres Premios Olivier, siete Premios Tony, siete Premios Drama Desk y tres Premios del Círculo de Críticos Extranjeros.
La primera producción de Broadway de El Fantasma de la Ópera se estrenó en el Majestic Theatre de Nueva York en enero de 1988, y desde entonces se ha convertido en el segundo musical más longevo en la historia de Broadway (después de Cats, del propio Lloyd Webber), representándose para más de 10,3 millones de personas
Editada en 1987, la grabación del reparto original de musical, con interpretaciones de Michael Crawford como el Fantasma y Sarah Brightman como Christine, es el álbum de su género más vendido de todos los tiempos, con más de 40 millones de copias. Fue el primer álbum de un reparto en la historia musical británica en entrar al número uno de las listas, y desde entonces ha sido disco de oro y platino en el Reino Unido y en los Estados Unidos.
Las prótesis que lleva Gerard Butler para dar vida al Fantasma de la Ópera le hacían pasar por maquillaje hasta cuatro horas y media.
Butler hizo investigaciones sobre deformidades físicas para entender mejor al personaje, pero lo que realmente le valió como experiencia fue tener que soportar las miradas del equipo técnico cuando paseaba por el rodaje con las prótesis de la deforme cara del personaje puestas. “Estaba sorprendido y disgustado por las miradas que me dirigían cuando me paseaba por el estudio. Quería gritar, ‘¿Cuál es tu problema? ¿Qué estás mirando?’ Eso ilumina la fealdad y la belleza que existe dentro de cada uno de nosotros, y eso es lo que esta historia representa para mí”.
Para preparar su papel, Rossum tomó lecciones de danza, viajó a la famosa Garnier Opera House de París, en la que la Opera Populaire está lejanamente basada, y visitó el Museo D’Orsay para estudiar las esculturas y pinturas de bailarinas de Degas, muchas de las cuales estaban basadas en las bailarinas de la compañía de la Garnier Opera.
Para interpretar su personaje en las secuencias de 1919 (se le envejecía hasta los 70 años) Patrick Wilson tenía que someterse a sesiones de maquillaje de cinco horas.
Minnie Driver no interpretó sus propias canciones en la película, sus partes fueron dobladas por la cantante de ópera Margaret Preece, quien había interpretado el papel sobre los escenarios.
Los decorados de El Fantasma de la Ópera fueron construidos en ocho platós en los Estudios Pinewood, donde, en el transcurso de 40 semanas, el equipo de Pratt utilizó 73 toneladas de acero, 15.000 litros de pintura, más de 92 millas de madera y 51 millas de andamiaje para dar vida a sus ambiciosos diseños.
El ficticio escenario de la película está lejanamente basado en la Ópera de París, la sala de ópera más grande del mundo, también conocida como la Opera Garnier en recuerdo de su arquitecto, Charles Garnier.
Cuando Christine baja a la guarida del fantasma cuanto más profundo desciende más rica y macabra se vuelve la arquitectura.
La referencia visual que les proporcionó Joel Schumacher al departamento de vestuario de cara a los trajes de la película fue la de "El Gatopardo".
Joel Schumacher quería que todos los protagonistas de la película fueran jóvenes y atractivos.
De cara a elegir a los protagonistas Andrew Lloyd Webber impuso a Joel Schumacher la única condición de que ninguno de ellos fuera doblado teniendo que usar sus propias voces para cantar.
Los más fanáticos del musical que pasó por los teatros se sintieron engañados al no usar a la pareja principal del espectáculo, Michael Crawford y Sarah Brightma, para su adaptación al cine.
Los decorados del filme requirieron de 73 toneladas de acero y 15.000 litros de pintura.
Schumacher no quiso contar con Katie Holmes por considerarla demasiado mayor para el personaje. Homes tenía 25 años por 17 de Rossum.
En los principios del proyecto se rumoreó que John Woo y Sehkhar Khapur podrían sentarse en la silla de director.
John Travolta y Antonio Banderas sonaron como el Fantasma, papel que final fue a parar a Gerard Butler.