Criaturas celestiales es un filme misterioso sobre dos muchachas rodeadas, sumergidas en el mayor de los misterios. Todo es real en esta película que el espectador contempla envuelto en un sin fin de sentimientos misteriosos. Todo es real. Las protagonistas de este relato de amor y muerte tienen nombres y apellidos y forman parte de la Historia de Nueva Zelanda. Pauline Parker y Juliet Hulme entraron un atardecer corriendo en el jardín de una casa. Era la década de los 50. Su cara, sus uniformes escolares estaban cubiertos de sangre. Gritaban, sollozaban pero sólo una frase se les entendía: 'Mamá está terriblemente herida'. Años después todo neozelandés releería los periódicos que se referían a su leyenda con misteriosa frialdad. Era, simplemente, el 'caso Parker y Hulme'. Para 1959, sus secretos eran sólo suyos. Todo es real y sin embargo, Peter Jackson, su compañera guionista, el director de fotografía y los creadores de las miniaturas y de ese fantástico reino de Boronia donde las muchachas administran su misteriosa complicidad, construyen una fábula en la que ni siquiera pretenden participar, que por supuesto no desean juzgar y cuyos misterios no pretenden desvelar para nosotros.
Esta película era un proyecto que buscó desde pequeña la mujer de Peter Jackson, Frances Walsh. Ambos tuvieron que hacer de investigadores para llevar la historia real a la gran pantalla.