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Amores Perros
La escena del gran choque fue rodada por nueve cámaras simultánemanete, una de ellas oculta dentro de un bidón metálico. Además, uno de los coches estaba dirigido por control remoto para evitar más riesgos. Aún y así el choque fue tan violento que uno de los coches, después de frenar, siguió unos cien metros y se estrelló contra un taxi que estaba aparcado.
El hombre que conduce el autobús que finalmente Gael García Bernal decide no coger es interpetado por su padre, José Ángel García.
En las escenas en la que los perros debían aparecer muertos en realidad eran sedados por un veterinario.