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Zinemaldia 2025: Thriller y drama familiar en el primer día de Sección Oficial
Carlos Fernández, 20/09/2025
Tras un inicio ligero y simpático con 27 noches y la gala de inauguración, el primer día del Festival de San Sebastián, la sección oficial, continuó con dos películas muy esperadas a concurso, que nos llevaron de la ternura a la tensión y el suspense. Entre dramas familiares y thrillers llenos de adrenalina, el público pudo comprobar una vez más la variedad y calidad de la Sección Oficial, además de encontrarse con la primera interpretación candidata a premio del festival y algún encuentro sorpresa en las proyecciones.
Six jours ce printemps-là – Joachim Lafosse
La primera parada tras la película de inauguración nos llevó al universo de Joachim Lafosse, quien suma su tercera participación en la competición de San Sebastián, tras Los caballeros blancos (por la que ganó La Concha de Plata al Mejor Director) y Un silencio, con Six jours ce printemps-là. La película sigue a Sana, una madre recién separada que quiere que sus gemelos disfruten de unas vacaciones de primavera y conozcan a su nueva pareja. Pero los planes se complican y la familia decide pasar los días en una villa de lujo en la Riviera, propiedad de los exsuegros de Sana.
Lafosse firma su película más sutil y naturalista, evitando los derroteros dramáticos que a veces entorpecen sus trabajos anteriores. La historia parece sencilla, incluso minimalista, pero logra explorar la dificultad de rehacer una familia, los secretos que coartan la libertad y el miedo constante a equivocarse. La interpretación de Eye Haidara como Sana es particularmente destacable, y podría convertirse en una actuación premiable sin generar grandes controversias. Una película que, aunque tranquila en apariencia, deja una emoción contenida y honesta, invitando a reflexionar sobre cómo elegimos vivir nuestra vida.
Los Tigres – Alberto Rodríguez
Los Tigres confirma a Alberto Rodríguez como uno de los maestros del thriller de tensión extrema en el cine español. La historia sigue a Antonio y Estrella, hermanos cuya vida gira en torno al mar y al buceo profesional. Antonio, apodado “El Tigre”, es un buzo imbatible, mientras que Estrella mantiene el vínculo con la tierra, cuidando que su hermano no se pierda en la rutina o en los riesgos diarios. La película arranca con la rutina de su peligrosa profesión, pero rápidamente se complica cuando descubren un alijo de cocaína en un petrolero: a partir de ahí, la tensión crece y cada decisión se vuelve crítica.
Rodríguez despliega un pulso narrativo brillante, con un manejo impecable del ritmo que mantiene al espectador al borde de la butaca. Las escenas bajo el agua son asfixiantes y absorbentes, transmitiendo la sensación real del peligro, mientras que la planificación de las tomas y la dirección de actores logran un equilibrio perfecto entre acción y emoción.
Antonio de la Torre brilla como protagonista: su interpretación combina fuerza y vulnerabilidad, mostrando la determinación de un hombre que sabe que su vida depende de cada movimiento. Bárbara Lennie, como Estrella, ofrece un contrapunto emocional de gran intensidad, capaz de transmitir con gestos y miradas todo el peso de las decisiones y el miedo por el futuro de su hermano. La química entre ambos es convincente y añade profundidad al thriller, convirtiendo la película en algo más que acción: es también un relato sobre lealtad familiar, responsabilidad y sacrificio.
Si bien la película funciona como un reloj suizo, para mi gusto el guion es un poco superficial, paradójico para una película sobre buzos: quizás la profundidad que tenían otros trabajos de Rodríguez aquí se queda en un thriller funcional y entretenido, con una factura técnica impresionante y secuencias de acción que cortan la respiración. Sin embargo, con el paso de los días, puede que no deje el poso que sí dejó, por ejemplo, La isla mínima. Aun así, es muy recomendable, y quien se acerque a verla no se sentirá defraudado.
Encuentros y anécdotas del primer día
Además de las películas, el festival permitió momentos más personales y divertidos. Tuve la oportunidad de coincidir con Renate Reinsve, habitual en el cine de Joachim Trier, quien además de venir a presentar Sentimental Value, aprovechó para hacer turismo por Donosti y meterse a ver una película, The president's Cake. Y de camino a la última película del día, seis he visto en esta primera jornada, me crucé con Paul Dano, en la alfombra roja, iba a presentar El Mago del Kremlin, de Olivier Assayas, en donde interpretaa un asesor de Vladimir Putin. En los dos casos no pude evitar que mi parte más fan ganase la batalla y acabase pidiéndoles una foto y es que, no os voy a engañar, además de las películas, estos encuentros, alegrías y coincidencias, son los recuerdos que enriquecen la experiencia de vivir el festival.