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ZINEMALDIA 2011. Día 7. Día para olvidar en la sección oficial.

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Carlos Fernández, 24/09/2011

Sigo teniendo problemas logísticos, pero voy saliendo del paso como puedo, en este artículo nos centramos en la antepenúltima jornada del festival, después de haberse entregado los primeros premios paralelos del certamen, ya solo queda mirar hacia delante y afrontar la recta final en las películas que luchan por la preciada concha de oro y aprovechar los huecos que deja la apretada agenda para poder ver esas películas que mejor acogida están recibiendo entre el público.
El jueves pudimos disfrutar de tres películas más a concurso, aunque el balance general es que se disfrutaron bastante poco.

La primera película en entrar en competición fue la cinta argentina, Los Marziano. Comedia dramática sobre el enfrentamiento que tienen dos hermanos y que tendrán que solucionar al descubrirse en uno de ellos una rara enfermedad neuronal.
Ana Katz dirige un film que sigue la esencia de películas como Un cuento chino, en el que pequeñas dosis de comedia se reparten a lo largo de la película dramática para hacerla más amena. Pero claramente para que eso funcione debe haber una buena historia detrás y en este caso no está. Un guión sin ningún punto a destacar y con bastantes altibajos en cuanto al interés que despierta en el espectador.
Es una lástima que la gran labor actoral de todos y cada uno de los protagonistas se vea desperdiciada en una cinta tan intrascendente. Como en la mayoría de proyecciones que se han dado este año, ha habido diversidad de opiniones así que al aparecer los primeros títulos de crédito finales mientras parte del público aplaudía, el resto abandonaba sus asientos sin mostrar ningún tipo de reacción.

Y por ese mismo camino de intrascendencia seguimos en la segunda película del séptimo día, la griega Unfair world.
La cinta cuenta la historia de Sotiris un funcionario de policía con gran sentido de la ética que siempre perdona a aquellos delincuentes que son victima de un mundo injusto. Pero la ética de Sotiris se verá puesta en duda enfrentándose a un dilema moral cuando sea él el que se vea envuelto en un crimen.
Filippos Tsitos dirige este drama con pequeñas pinceladas de comedia que provocó una huida de espectadores de las sala durante su proyección. Un ritmo demasiado lento y un guión con pocas cosas interesantes que contar en casi las dos horas que dura el film.
Realmente no hay ningún aspecto que sea destacable de la película, la lucha moral del protagonista es solo una mera excusa y no se potencia la historia en ese aspecto que quizás es la carta más interesante de las que ponen encima de la mesa. El poco público que aguantó hasta el final de la cinta aplaudió tímidamente al finalizar la proyección.

Y la penúltima película en entrar a competición en la sección oficial, fue la francesa Americano, dirigida por el debutante Mathieu Demy, quien cuenta la búsqueda que lleva a cabo Martin, tras la muerte de su madre, por tierras mexicanas, para encontrar a Lola, una amiga de la infancia y que ocupaba un lugar importante en la vida de su madre.
Demy presenta una historia sobre los fantasmas de la infancia y las rencillas familiares, con un cierto riesgo, ya que tienes que entrar en el juego que presenta y sobretodo empatizar con el personaje de Martin, un personaje bastante idiota, pero que tiene cierto encanto. Si no se consigue conectar con el protagonista la película se desvanece sola y acaba por perder interés.
La cinta entretiene y va de menos a más, y salvando algunos momentos bastantes repetitivos en la trama la cinta se puede disfrutar sin muchos problemas. La proyección finalizó con un público dividido y con algunos aplausos sonando en la sala.
Y viendo lo poco atractiva que se presentó la sección oficial había que buscar propuestas diferentes en las secciones paralelas, así pudimos ver películas tan diferentes como Madrid, 1987, Verbo y Tiranosaurio.

David Trueba se ha lanzado a la piscina, con un presupuesto bajísimo, sin subvenciones, ni productoras, solo dos actores y un guión con infinidad de diálogos que enganchan al espectador, ha conseguido sacar adelante Madrid, 1987.
La película podría ser fácilmente una obra de teatro, en la que dos personajes, un famoso columnista y una aspirante a periodista se quedan encerrados en el baño. Durante el encierro los dos personajes hablarán sobre sexo, política, literatura y sobretodo del cambio generacional, el choque entre lo antiguo y lo nuevo. Todo regado con la ironía y mala leche del personaje interpretado por José Sacristán que provocaron muchas risas en el público durante su proyección.
Madrid, 1987 es, además de un maravilloso guión que deja completamente enganchado al espectador, atención especial a la escena del “cine” en la que David Trueba juega con el espectador dejándole totalmente en el aire, un recital de actuaciones tanto de José Sacristán, con un personaje de los que embaucan con su labia y María Valverde que consigue trasmitir con la mirada mil sensaciones y pensamientos al espectador, probablemente estemos ante la mejor actriz de su generación junto con Adriana Ugarte.
Al empezar a aparecer los títulos de créditos, una sonora ovación despidió la película.

Por la noche pudimos disfrutar de Tiranosaurio, una durísima cinta inglesa sobre la relación de amistad que entablará Joseph, un viudo alcohólico y dominado por la violencia y Hannah, una trabajadora de la caridad cristiana, con un terrible pasado a sus espaldas.
La película, aunque cargada con momentos de bastante tensión y que obligan al espectador a retirar la mirada de la pantalla en alguna ocasión, tiene una luz de esperanza en su tramo final que se agradece después de tanto sufrimiento. Por mucho que aparente ser una cinta británica más sobre barrios marginales es algo bastante diferente.
Peter Mullan y Olivia Colman construyen unos personajes increíbles llenos de defectos, en los que el espectador verá cómo cambia su percepción de dichos personajes a lo largo de la película.
Pero la película evento del día era la española Verbo, opera prima del multigalardonado director de cortos Eduardo Chapero-Jackson. La cinta cuenta la historia de Sara, una chica marginada en el colegio y obsesionada con la obra de un grafitero que responde al nombre de Liriko hasta el punto de emprender una búsqueda por encontrarlo que le llevará a una dimensión desconocida.

Chapero-Jackson hace un debut por todo lo alto con un film visualmente atractivo, pero sin ninguna personalidad, la película quiere parecerse demasiado a tantas otras, Tron, Matrix, La celda que al final el conglomerado de estilos no termina de cuadrar.
El mundo paralelo creado por Eduardo es una especie de purgatorio donde el personaje de Sara, interpretado por Alba García de manera más que correcta, deberá superar una serie de pruebas que le servirán para encontrarse a sí misma.
No se le puede quitar el mérito de ser una propuesta arriesgadísima, pero hay que reconocer que el invento no funciona aunque quizás todas esas personas que viven la cultura del grafiti, el skate o el rap más de cerca si se sientan identificados y la cinta acabe convirtiéndose en una obra de culto. Pero en su mayor parte es una obra fallida, que se alarga en exceso y que no termina de encontrar su sitio.
La película no ha terminado de conectar con el público y los pocos aplausos y los comentarios negativos que se han escuchado al finalizar la proyección así lo demuestran.
Esta tarde hablaremos de la penúltima jornada donde se proyectó la última película a competición, Las razones del corazón de Arturo Ripstein, además hablaremos de una joya que ha cautivado al público de Donosti, The Artist, y una propuesta sorprendente que para un servidor es la verdadera sorpresa del festival, Perfect sense. Además comentaremos las dos últimas películas que se proyectan hoy Intocable que clausura la sección oficial y Drive que hace lo propio en Zabaltegui perlas. Hasta entonces disfrutad del cine.
Carlos Fernández
Twitter: @charlyr2d2