Portada>Noticias>Seminciando 2011, Día 6: Vías de escape
Seminciando 2011, Día 6: Vías de escape
José Hernández, 28/10/2011
El año pasado ya mencioné a la buena de Conchita, la presentadora de la sección Punto de Encuentro, una señora entrañable capaz de escuchar una parrafada en coreano de un director de un corto y decir “qué bonito sería saber este idioma, ¿eh?” . Este año realmente se está superando en su alegría flower power (su palabra favorita es “precioso”, tanto para los dramones como para las comedias) y en la creatividad con la que es capaz de traducir el inglés, hasta tal punto que a veces mejora la respuesta del invitado con morcillas de su cosecha (aunque normalmente se inventa la mitad de las cosas). Su momento de mayor candidez y encanto fue cuando el director islandés Rúnar Rúnarsson se puso a presentar su película en inglés (con un acento cerradísimo, eso sí) y ella le dijo “perdone, es que no hablo islandés”. O esas incisivas preguntas que hace (“los trajes del corto son preciosos, ¿eres también diseñadora?”; respuesta: “pues no”). No es de extrañar que sea a ella a la que más aplauden cuando sale al escenario. Hay un movimiento clandestino proconchita que amenaza con hacerse con Valladolid un año de estos.

Pero bromas aparte, esta jornada se pudieron ver las tres últimas películas a competición en la Sección Oficial. La más polémica de ellas, y no porque trate sobre una relación homosexual (lésbica, en concreto), es la presuntamente iraní pero en realidad estadounidense Circumstance (
), de la que muchos miembros de la prensa salieron echando pestes por lo irreal que resulta su retrato de Irán. En realidad, hay dos formas de ver la película. La primera y más positiva es centrarse en el drama de los personajes, que es donde triunfa: están perfectamente definidas sus personalidades, sus conflictos y sus anhelos, interpretados con brillantez y desarrollados con perfecta coherencia dentro de la narrativa que propone el filme. Su relación es creíble y el proceso por el cual atraviesan atrapa e interesa porque se sienten vivos, tridimensionales. La segunda es mirarla como un reflejo de la realidad iraní, y ahí hace aguas, porque lo que muestra del país es completamente incoherente y alejado de la realidad para cualquiera que haya visto algún reportaje serio al respecto. El intento de la directora por hacer una película sin limitaciones ni trabas, que remueva a los sectores más conservadores, no la lleva solo a tratar esta relación gay en secreto con las necesarias dosis de romanticismo y erotismo bien filmado; va más allá, convirtiéndolas en dos muchachas de 16 años que beben, conducen de noche, salen de fiesta, fuman, se drogan y los padres como si nada, que por muy progresistas que sean, hasta en España les dirían algo. Y la cosa se hace más grave cuando la familia comienza a girar hacia el extremismo religioso, con lo cual ya ni se entiende que vayan sin velo por la casa. Esta absoluta falta de rigurosidad con la realidad ha hecho que muchos se salgan por completo de la película y la vean de forma maniquea y absurda, pero aunque es cierto que le impide ser más que una obra correcta, tampoco hay que negarle sus virtudes, que las tiene. Hay muchos momentos en los que esta dicotomía entre lo moderno y lo tradicional sí está reflejada de forma adecuada, como en el viaje de la familia a la playa. Lo que pasa es que es difícil sustraerse a las escenas más delirantes, o a esa subtrama estúpida del hermano con cámaras de vigilancia por todos lados.

Más efectiva, aunque no consiga llegar a las altas cotas que aspira a alcanzar, es la española De tu Ventana a la Mía (
), un filme dividido en tres historias independientes en argumento pero relacionadas temáticamente, todas ellas en torno a mujeres que se enfrentan a profundas dificultades personales en sus vidas y deben encontrar dentro de ellas la fuerza para superarlas sin que el mundo les ayude en nada. Como suele ser habitual en este tipo de cintas, unas historias resultan más interesantes o completas que otras; en concreto la protagonizada por Luisa Gavasa destaca sobre las otras dos (y su actuación, de paso, también es la mejor de la cinta). Sin embargo, juntas encajan perfectamente para tejer este retrato femenino, por momentos de una fuerza y honestidad arrebatadora, en otros excesivamente relamido o presuntuoso. Lo que sí que está cuidado hasta el extremo es el aspecto visual. Se trata de una película bellísima en el plano formal, algo inusitado en el cine español y que la acerca más al expresionismo casi pictórico de Malick o Wright que a un Aranoa o Cuerda. Esta plasticidad resulta de hecho demasiado recargada a veces, enfriando el posible impacto emocional que sus historias de desamor, dolor o anhelo puedan causar, pero en otras poseen mucha garra. Es una pena que un estilo tan cuidado esté al servicio de un guion tan irregular, que vira constantemente de lo brillante a lo mediocre, de lo sublime a lo gratuito, dejando una sensación agridulce donde podría, con unos pocos retoques, haber quedado una auténtica obra de arte.

La última película a competición resultó ser una grata sorpresa. Hasta la Vista! (
) es una comedia agridulce sobre tres amigos con distintas discapacidades que deciden irse por su cuenta de viaje a España para perder la virginidad en un burdel especializado en este tipo de personas, un viaje que no puede retrasarse porque uno de ellos está muriendo de cáncer. Pese a que así contado parezca una mezcla entre una comedieta burra de los Farrelly, una cinta de colegas con cierta sensiblería a lo Apatow o un dramón al estilo Mi Pie Izquierdo, se trata de un filme sincero, humilde, honesto con el espectador y con sus personajes y muy divertido, con un humor que nace de los propios personajes, en lugar de meterlos en gags improbables para reírse de ellos. El belga Geoffrey Enthoven navega con una soltura envidiable entre lo cómico y lo trágico, sin resultar ofensivo pero sin renunciar al humor de discapacitados, sin caer en lo sensiblero pero consiguiendo emocionar. Una mezcla perfecta que solo ocasionalmente se sale un poco de rumbo y rechina, algo por otro lado muy difícil de evitar en una cinta de estas características (si no lo hiciese, tendríamos que entrar en el terreno de las obras maestras), y con un trío de interpretaciones protagonistas que perfectamente se podrían llevar ex-aequo el premio al mejor actor, por la sencillez y naturalidad con la que encaran sus personajes y por su inmejorable química como equipo.

Entrando ya en la sección Punto de Encuentro, se pudieron ver dos cintas de cierta calidad, pero que no pasarán a la historia. La primera de ellas fue la comedia negra Top Floor Left Wing (
), que explota la típica situación de un conflicto de rehenes introduciéndola en un apartamento de los suburbios inmigrantes de París. A la cinta le ocurre lo mismo que a la gran mayoría de las que juegan con un planteamiento similar, limitando el thriller a un espacio cerrado y pequeño, así como a unos elementos limitados. Esto es, que resulta entretenida y vibrante durante dos tercios de película, pero luego da un bajón de ritmo y se le acaban las ideas en ese periodo que va entre el segundo acto y el clímax final. Las situaciones son algo repetitivas, el desarrollo de los personajes no da más de sí, y el filme cae en un estatismo en el que parece que se están rellenando minutos hasta decidir llegar al final. Lo bueno es que mientras la película está en su tramo principal, resulta divertida y llena de giros que te mantienen pegado a la butaca, además de explotar la situación sociopolítica con comentarios certeros. Lo malo, que no sabe rematar la jugada, e incluso el estallido final sabe a poco respecto de las posibilidades que había mostrado la historia durante su primera hora.

Por su parte, The Good Son (
) viene a ser una especie de versión seria de esas películas de niño psicópata que gustan tanto en Hollywood. En este caso se trata de un niño ya crecidito, casi podríamos decir que postadolescente, que es hijo de una estrella de cine finlandesa de vida irresponsable y llena de excesos, y que ha salido la criaturita un sociópata encubierto. La cinta podría haber caído en efectismos y tópicos varios, pero por suerte consigue evitar este desarrollo manido. En su lugar, se centra en analizar los efectos que la personalidad bipolar e inestable de la madre tiene en sus dos hijos: mientras uno está recluido en un mundo de fantasía que puede eclosionar en arte con el tiempo, el otro se ha convertido en un ser posesivo, violento, incapaz de seguir unas normas morales convencionales, incapaz de separar la ira de sus otros sentimientos. De esta forma, seguimos una triple evolución: la del chaval, cada vez más encerrado en sí mismo y a punto de explotar cuando su madre se echa un nuevo novio que no le gusta; la de la madre, que poco a poco va aceptando e intentando corregir sus defectos a través de la bondad de su pareja, que le ayudan a volver a aceptarse a sí misma; y la de este hombre, que parece un dechado de calma y paciencia, pero que se ve corrompido y desestabilizado progresivamente por la inestabilidad de la actriz y por el odio y las amenazas del hijo. Y eso por no hablar de la novieta del joven, que directamente es una loca cabrona con pinta de inocente, en lo que es el personaje más extraño y sugerente del filme, pero al mismo tiempo el más cuestionable narrativamente. El resultado no es un peliculón, porque tampoco consigue rematar la jugada de forma memorable ni entrar en el tema con una profundidad excesiva, pero sí es una cinta estimable que demuestra que detrás de una historia de género puede haber un drama psicológico que merezca la pena ser narrado.
Nada más por esta jornada. El artículo de mañana, el último día, llegará seguramente un poco tarde y será escrito en un aeropuerto. De hecho, es posible que ya se conozca el palmarés antes incluso de que esté disponible, y pueda quejarme de que Guédiguian no se merece otra Espiga y Yimou lo sabe hacer mucho mejor como para que le premien.

Pero bromas aparte, esta jornada se pudieron ver las tres últimas películas a competición en la Sección Oficial. La más polémica de ellas, y no porque trate sobre una relación homosexual (lésbica, en concreto), es la presuntamente iraní pero en realidad estadounidense Circumstance (


Más efectiva, aunque no consiga llegar a las altas cotas que aspira a alcanzar, es la española De tu Ventana a la Mía (


La última película a competición resultó ser una grata sorpresa. Hasta la Vista! (


Entrando ya en la sección Punto de Encuentro, se pudieron ver dos cintas de cierta calidad, pero que no pasarán a la historia. La primera de ellas fue la comedia negra Top Floor Left Wing (


Por su parte, The Good Son (

Nada más por esta jornada. El artículo de mañana, el último día, llegará seguramente un poco tarde y será escrito en un aeropuerto. De hecho, es posible que ya se conozca el palmarés antes incluso de que esté disponible, y pueda quejarme de que Guédiguian no se merece otra Espiga y Yimou lo sabe hacer mucho mejor como para que le premien.