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Seminciando 2011, Día 4: Deseos y ambiciones
José Hernández, 26/10/2011
Vuelve a funcionar el calentador del hostal y todo va bien en la villa de Valladolid. ¿Todo? Quién sabe. Esta es la tercera vez que la visito y aún no he visto una sola tienda de chinos en toda la ciudad, y eso que me la he pateado bastante. De hecho, este año me alojo en un hotel distinto en otra zona que no había visto, la zona 'inmigrante', si es que esa palabra existe para definir la ciudad castellana. Y lo máximo que he visto es UN restaurante chino, y nada más. Si algún pucelano lee esto, ¿ocurre algo particular en la ciudad para que haya tal ausencia de ciudadanos asiáticos? ¿O es que Murcia es un caso excepcional con su tienda de alimentación de la familia Li o similar cada tres calles?

Dado que esta cuestión no se va a resolver en un futuro inmediato, pasemos a las películas de la Sección Oficial. Y comencemos con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuyo ascenso al poder de la república es retratado de manera certera y llena de humor en La Conquête (
), una cinta en la que se analiza la ambición del francés y cómo su progresión política va minando poco a poco su matrimonio. Sería hacerle un flaco favor al filme verlo solamente como una crítica o sátira de la figura de Sarkozy, que lo es, pero sus miras están puestas en algo más general: todo el sistema político actual, los tejemanejes, juegos de poder, amiguismos y ambiciones que determinan la vida de toda una nación. Dentro de este contexto, el filme no se corta a la hora de lanzar dardos envenenados a todos los bandos, pero tampoco de mantener una distancia irónica suficiente como para que no sea un panfleto contra ningún partido o personaje concreto, sino contra el propio entramado de los políticos y su manejo de los medios de comunicación y la percepción pública a la hora de ascender en sus carreras. Alguno habrá que se queje de que se tocan muy por encima posibles escándalos de corrupción, o de que la ideología y proyectos gubernamentales del propio Sarkozy no son diseccionados, pero no ha lugar, porque su objetivo es la definición del vacío que hay en el conjunto de la clase política y cómo las ansias desmesuradas de poder pueden resquebrajar a las personas que no sienten ese anhelo pero son arrastradas por él. Y lo hace resolviendo la papeleta con nota, con un ritmo frenético, una sátira punzante con música circense de fondo y unos diálogos descomunales, que solo se pueden apreciar en todo su afilado acero si se tienen unos conocimientos básicos de la política gala. Quizá esa sea su principal tara, junto con la en ocasiones excesiva interpretación-imitación de Denis Podalydès como Sarko.

Una película que ha gustado mucho menos es Cumbres Borrascosas (
), de la que soy uno de los pocos defensores acérrimos ante la indiferencia y el aburrimiento general que ha causado. En mi caso ha sido todo lo contrario. De hecho, tentado estoy de decir que es la mejor película de Andrea Arnold, o cuando menos la más madura estilísticamente. Cámara en mano y sin apenas diálogos, la directora británica consigue crear una atmósfera de inquietud, poesía y opresión que renuevan por completo el concepto anquilosado de las películas de época y se acerca de manera orgánica y desnuda a la tragedia de Heathcliff, un mulato que se enfrenta al rechazo de la sociedad inglesa del siglo XIX y a los problemas de clase y raza cuando se enamora de la hija del campesino que le acoge. Su forma de acercarse a los personajes, llena de planos detalle que contrastan con sus continuos recursos generales de la campiña inglesa, consigue introducirnos en su mente, en las pasiones que les destrozan y la ira contenida que provoca la injusticia y el rechazo, acercarnos a la tragedia que mora en sus corazones sin necesidades de declaraciones de amor o de odio grandilocuentes, con un pulso visual que se transforma en un personaje más. Su ritmo pausado y lleno de silencios, de escenas en las que aparentemente no ocurre nada, porque la vida fluye por el interior de Heathcliff y Cathy, guardada en el arcón de los que no se atreven a desafiar a una sociedad que los conduce al odio y la autodestrucción. Un puñetazo emocional y cargado de lírica, aunque quizá con un final algo alargado, que está destinado a causar rechazo entre los que sean incapaces de sumergirse en su difícil juego de sugerencias, que será metido en el mismo saco que otra salida radical de la forma clásica (aunque muy distinta a esta en estilo e intenciones): la María Antonieta de Sofia Coppola. No es mala compañía, en mi opinión.

La sorpresa del día respecto a las expectativas creadas fue Verdades Verdaderas. La Vida de Estela (
), un biopic de la presidenta de las Madres de la Plaza de Mayo que tenía todas las papeletas para convertirse en una aburrida y poco inspirada hagiografía panfletaria del personaje, pero que consigue salvar esos prejuicios con sencillez y honestidad excepto en su horrendo título. Su mayor acierto es no querer hacer de su protagonista una diosa, mártir o ser de perfección incólume. Si bien no expone ningún defecto real en Estela, sí que la mantiene a nivel del suelo, como una madre que ha perdido a su hija e intenta recuperar a su nieto con la colaboración de otras personas en su misma situación. El drama se centra así en la familia, en el impacto emocional que el secuestro y la falta de explicaciones crean en ellos, en la lucha personal, como un simple ejemplo de todos esos dramas que se vivieron durante la dictadura, pero sin pretender aleccionar ni poner a Estela por encima de las demás, ni tampoco alejándose de estos personajes para subrayar la represión militar más que en lo que es inherente a la historia. Es más, el director consigue imprimir cierta expresividad en varios momentos del filme que lo ponen por encima de la tónica utilitaria de este tipo de productos. Bien es cierto que su alargado epílogo da buena cuenta de todos los defectos que se le presuponen a un filme auspiciado por la organización de la que trata, pero no es suficiente para invalidar su innegable poderío argumental y sus golpes directos al lacrimal.

Para terminar, la jornada fue lo suficientemente parca en las secciones principales como para, aparte de poder ver los cortos nacionales en los que entraré en detalle más adelante, poder echar el primer vistazo al ciclo que está despertando mayores alabanzas entre público y crítica en esta edición, incluso por encima de las secciones competitivas: Novísimos. El Cine Sueco del Siglo XXI. El bautizo de fuego fue inmejorable, ya que Prinsessa (
) es una entrañable, sensible y divertida mirada a una figura clásica del cine, la del patito feo que desea ser algo más en la vida. En este caso la protagonista es Maja (una soberbia Zandra Andersson), una adolescente obesa que quiere ser actriz, pero se encuentra con el rechazo de sus compañeros y la burla de los adultos, encontrando como aliada a una joven aspirante a directora de documentales, que decide emplearla como objeto de una película. Sin salirse netamente del esquema de una cinta de estas características, el filme consigue arrancar una autenticidad, carisma, profundidad y emotividad a la historia que la convierte en una pequeña joya que consigue transmitir su mensaje de forma fuerte, clara y sin manierismos, y con la que además se pasa un rato inmejorable. Es decir, que tiene méritos suficientes como para figurar en una sección oficial o paralela por encima de muchas de las que se han podido ver hasta el momento.
Habrá que ver si la buena racha continúa mañana, pero visto lo visto hasta ahora, ya comienza a pasárseme por la cabeza ver más cine sueco y menos Punto de Encuentro...

Dado que esta cuestión no se va a resolver en un futuro inmediato, pasemos a las películas de la Sección Oficial. Y comencemos con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuyo ascenso al poder de la república es retratado de manera certera y llena de humor en La Conquête (


Una película que ha gustado mucho menos es Cumbres Borrascosas (


La sorpresa del día respecto a las expectativas creadas fue Verdades Verdaderas. La Vida de Estela (


Para terminar, la jornada fue lo suficientemente parca en las secciones principales como para, aparte de poder ver los cortos nacionales en los que entraré en detalle más adelante, poder echar el primer vistazo al ciclo que está despertando mayores alabanzas entre público y crítica en esta edición, incluso por encima de las secciones competitivas: Novísimos. El Cine Sueco del Siglo XXI. El bautizo de fuego fue inmejorable, ya que Prinsessa (

Habrá que ver si la buena racha continúa mañana, pero visto lo visto hasta ahora, ya comienza a pasárseme por la cabeza ver más cine sueco y menos Punto de Encuentro...