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Premio Donostia a Max Von Sydow
Inés Barreda, 25/09/2006
La fuerza dramática de su rostro, su imponente figura y una capacidad para representar todos los aspectos del ser humano, desde los más viles a los más delicados, han hecho de Max Von Sydow uno de los más grandes actores del cine europeo, con una continua presencia en el cine estadounidense. Max Von Sydow logró una candidatura al Oscar al Mejor Actor y ganó el Premio Europeo, entre otros muchos galardones, con Pelle, el Conquistador.

A sus 77 años, Von Sydow recogió su Premio Donostia en reconocimiento a toda su carrera. El encargado de hacerle entrega del galardón fue el argentino Leonardo Sbaraglia, con quien trabajo en Intacto. El actor agradeció el premio reconociendo que ha tenido muchas oportunidades y suerte en la vida, y se lo dedicó a toda la gente que trabaja en el cine y que no ha tenido la suerte de demostrar su talento.

El actor dio una rueda de prensa previa en la que reconoció que a pesar de su larga carrera cinematográfica sigue prefiriendo el teatro. También indicó que la clave del éxito de sus interpretaciones está en la sencillez, no sobreactuar. El encasillamiento ha sido, a tenor de sus palabras, uno de sus mayores dolores de cabeza. “No sé cuántos curas he interpretado, ni a cuántos papeles de cura he dicho que no. He interpretado al Papa, a San Pedro y al Demonio, que es un gran papel religioso". Se le preguntó por sus creencias confesando que, siendo de procedencia luterana, se ha acercado ahora al cristianismo. Durante la rueda de prensa estuvo hablando de los grandes directores con los que ha trabajado Bergman, Allen, Huston…



A sus 77 años, Von Sydow recogió su Premio Donostia en reconocimiento a toda su carrera. El encargado de hacerle entrega del galardón fue el argentino Leonardo Sbaraglia, con quien trabajo en Intacto. El actor agradeció el premio reconociendo que ha tenido muchas oportunidades y suerte en la vida, y se lo dedicó a toda la gente que trabaja en el cine y que no ha tenido la suerte de demostrar su talento.



El actor dio una rueda de prensa previa en la que reconoció que a pesar de su larga carrera cinematográfica sigue prefiriendo el teatro. También indicó que la clave del éxito de sus interpretaciones está en la sencillez, no sobreactuar. El encasillamiento ha sido, a tenor de sus palabras, uno de sus mayores dolores de cabeza. “No sé cuántos curas he interpretado, ni a cuántos papeles de cura he dicho que no. He interpretado al Papa, a San Pedro y al Demonio, que es un gran papel religioso". Se le preguntó por sus creencias confesando que, siendo de procedencia luterana, se ha acercado ahora al cristianismo. Durante la rueda de prensa estuvo hablando de los grandes directores con los que ha trabajado Bergman, Allen, Huston…