La película más triste de la historia

El mundo está lleno de estudios científicos tontos, pero el de hoy tiene su miga cinematográfica. Universidad de Berkeley, California. El profesor de Psicología Robert Levenson y el graduado James Gross investigan la elicitación emocional humana provocada por estímulos externos ficticios. Es decir, que estudian qué escenas de películas son las que mejor (o más rápidamente) se asocian a una determinada emoción: alegría, tristeza, terror, asco, etc. El propósito es noble, ojo. Se trata de definir estímulos que puedan servir para futuras investigaciones sobre estas emociones, estudios que necesitan una respuesta de determinado tipo en un sujeto a fin de analizarla, y necesiten alguna herramienta para ello.
Así pues, ahora en lugar de decirle a un sujeto de estudio que toda su familia ha muerto en un accidente de tráfico para conseguir que esté triste, lo que podrán hacer los científicos es algo mucho más ético: ponerle esta escena de El Campeón, que ha batido a la muerte de la madre de Bambi como la escena que más llanteras despierta entre los seres humanos en tiempo récord:
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En menos de tres minutos, éxito asegurado. Lo mismo se puede decir de otras escenas de película para otras emociones: el falso orgasmo de Cuando Harry Encontró a Sally es la escena que más divierte, la escena del abusón en el colegio de Mi Guardaespaldas es la que más ira despierta, la gastronomía de la defecación de Pink Flamingos es obviamente la más asquerosa, la escena del niño recorriendo el pasillo en El Resplandor la que más fácilmente pone los pelos como escarpias, y la entrada de los agentes derribando la puerta en Capricornio Uno, la que más sorprende.
Todos estos resultados, para los más curiosos, se pueden encontrar detallados en inglés en este documento.