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ESPECIAL Zombieland. El mundo zombie con humor
Sergio Roma, 21/11/2019
Historias y películas que se hayan realizado sobre zombies, hay muchas, muchísimas ya. Es un fenómeno que funciona y a todos se nos viene en seguida a la cabeza la serie "The walking dead" como referencia más característica, además de un buen montón de películas que han tratado el tema de manera más o menos similar.
George A. Romero y su La Noche de los Muertos Vivientes (1968) y Jacques Tourneur con Yo anduve con un Zombie tienen mucha culpa del inicio y auge de este subgénero. Y daría para un amplio reportaje (no descartable en el futuro).
Pero en cambio, películas que hayan mezclado el asunto zombie con humor, ya no hay tantas, y menos realmente destacables, siendo Zombies party de Edgar Wright una de las más características y que lo ha hecho con más o menos acierto. Bienvenidos a Zombieland es otra ellas (de hecho Zombies party sirvió de inspiración al director Ruben Fleischer para Bienvenidos a Zombieland) y ahora que tenemos la segunda entrega, Zombieland: Mata y remata en la Cartelera de cine, nos ofrece una sensacional ocasión para acercarse a su pequeño mundo formado hasta la fecha por dos películas.
Todo el pequeño universo zombie creado, proviene de la imaginación de Paul Wernick y Rhett Reese que son los autores del guion y de Ruben Fleischer, el director que lo ha llevado a la gran pantalla. Originariamente el guion estaba pensado para un episodio piloto para serie de televisión, pero finalmente acabó en película (aunque se llegó a rodar un capítulo piloto con posterioridad, que no tuvo continuación)
La primera película se estrenó en 2009, siendo un éxito de taquilla, lo que hizo que se pensase en numerosas ocasiones el continuar con la historia, no habiendo cuajado las ideas hasta diez años después, cuando nos llega una nueva aventura con los mismos cuatro personajes principales. Dicha secuela ya se anunció en el año 2016 en plena fase de preparación. La historia nos revela el mundo devastado por los zombies, en su fase más avanzada. Poco conocemos del pasado, aunque sabemos que la plaga comenzó cuando alguien comió una hamburguesa infectada con una cepa de la enfermedad de las vacas locas, que se transformó en la infección zombie. A a partir de ahí, los contagios.
Zombieland en su conjunto, es una manera de tomarse el mundo apocalíptico zombie con humor, aunque sin llegar al absurdo, por tentador que pudiera ser. Y en ese sentido contiene cierta originalidad. Un mundo en el que los personajes principales no se llaman por su nombre, sino por el nombre de una ciudad o de algo significativo. Tres de los cuatro personajes principales llevan el nombre de las capitales de los estados: Tallahassee (Florida), Columbus (Ohio) y Little Rock (Arkansas). Wichita es una ciudad Kansas.
Columbus es el eje principal y el que suele narrar los acontecimientos iniciales, en torno al que giran los otros tres personajes. Los actores que forman esos cuatro personajes son Jesse Eisenberg, Woody Harrelson, Emma Stone y Abigail Breslin. Y los mismos repiten en ambas películas. Además de ellos, tenemos la aportación de un estupendo Bill Murray añadiendo un elemento más de humor importante y que también lo tendremos en la segunda entrega, de una manera muy especial postcréditos.
Encontraremos varios momentos irónicos en las películas, en torno a Facebook, por ejemplo, con Jesse Eisenberg, protagonista de la excelente película de David Fincher, La Red Social, hablando sobre ello. Y varias referencias más a películas que forman parte de la cultura popular, como El Increíble Hulk, Terminator 2: El Juicio Final, Los Cazafantasmas, etc siempre en la sintonía de homenajear y convertirlas en compañeras de viaje.
No conviene perderse ningún detalle en ambas películas y permanecer sentado hasta el final de los créditos, puesto que suelen deparar alguna que otra sorpresa.
El diseño de los zombis estuvo a cargo del especialista en maquillaje de efectos especiales Tony Gardner, el cual contó con plena libertad para la realización de sus monstruos.
La música cobra mucha importancia en la película. Sobre todo la música rock. El director Ruben Fleischer, es un gran fan de la música metal y quiso dejar su impronta en este sentido, aunque poco a poco se fue suavizando el repertorio, quedándose Metallica como uno de los grupos más característico de la banda sonora de las películas.
Muchos elementos interesantes que nos permiten estar ante dos películas importantes para analizar y disfrutarlas.
PELICULAS
Bienvenidos a Zombieland
La presentación es explosiva, arrolladora. Difícil no quedar atrapado en sus redes. Unos Estados Unidos convertidos en el país de los Zombies, en Zombieland. Las imágenes impactantes a cámara lenta, música rock y planos sangrientos, ya nos anticipan de manera evidente cuál va a ser el carácter de la película, el estilo. Y resulta sumamente atractivo. Un estilo que nos va a acompañar ya siempre en las dos películas y que va a ser su seña de identidad, además del carácter de los personajes principales.
Y uno de esos personajes es Columbus. Un joven que increíblemente (luego sabremos por qué) ha logrado sobrevivir en este apocalipsis zombie. Columbus es el que narra la historia, y el que nos explica sus reglas para haber sobrevivido hasta el momento. Reglas como “Cardio” (correr) o “Mata y remata” (que será el título de la segunda entrega) se presentan de manera muy original y suponen el manual personal de Columbus para no cometer ningún error a la hora de enfrentarse a los zombies. Dichas reglas irán apareciendo además en la pantalla de manera muy pop, sumándose al estilo juvenil y moderno que la película va adquiriendo poco a poco. Otras reglas que conoceremos son: Cuidado con los baños, Cinturones de seguridad, Viaja ligero, Comprueba el asiento trasero, Ejercitarse, En caso de duda, encuentra la salida, Disfruta las pequeñas cosas y No te hagas el héroe. Y como para muestra un botón, un buen puñado de esas reglas las veremos en el inicio en una escena de ataque de zombis.
Columbus no parece tenerle excesivo miedo a los zombies, aunque sí a los payasos, lo cuál le llevará en el tramo final a una fuerte prueba de valor.
A partir de ahí la película se va a convertir en una road movie, donde primero conoceremos a sus compañeros de viaje que formarán el cuarteto, y más tarde el objetivo de llegar a algún sitio. Los otros personajes son Tallahassee (Woody Harrelson), Wichita (Emma Stone) y Little Rock (Abigail Breslin). Formados en parejas de dos, al final no van a tener más remedio que saber convivir para un objetivo común, a pesar de los engaños contínuos. El encuentro entre Columbus y Tallahassee nos recuerda a algunos momentos de los western de Sergio Leone, en concreto La Muerte Tenía un Precio, siempre con la ironía como punto principal y cómico.
Hay un pequeño flash back en torno a Columbus y su vecina (papel que originariamente iba a realizar Emma Stone), y en torno a las hermanas Wichita y Little Rock pero en general conocemos muy poco de sus vidas anteriores, sobre qué es lo que hacían antes de la epidemia y sobre lo que han perdido, aunque sabemos que Tallahassee ha perdido a su perro (el que aparece en la pantalla a modo de flash back es el de la actriz Abigail Breslin), y quizás algo más…
“Todos éramos huérfanos en Zombieland” como reconoce con tristeza Columbus. Los flash back también tienen su estructura divertida, y sirven evidentemente para conocer un poco más a los personajes, sus inquietudes y sus anhelos.
Finalmente, ir a Pacific Land, un gran parque de atracciones supone el objetivo -sencillo- pero fundamental que les mantendrá unidos. El personaje de Tallahassee (Woody Harrelson) nos regala una particular y curiosa anécdota en torno a los Twinkies, unos pasteles dulces y su obsesión por ellos, llegándolos a buscar allá por donde va pasando. Curiosamente en algunas escenas se puede observar que de haber estado un poco más atento habría podido disfrutar en alguna ocasión de su valioso manjar…Otra curiosidad que nos ofrece Tallahassee es su afición por pintar un “3” en los coches que conduce, lo cuál supone un homenaje Dale Earnhardt, piloto automovilístico (aunque también podría entenderse como un homenaje a la edad de su hijo…)
Antes de llegar a Pacific Land, pasan por Hollywood, y allí acceden a la vivienda del actor Bill Murray. En este paréntesis de la road movie se produce uno de los momentos más divertidos de la película, con un Bill Murray haciendo de sí mismo con todo lo que conlleva y haciendo de zombie, con las consecuencias que le pueden acarrear, regalándonos divertidas referencias a los Los Cazafantasmas como elemento más nostálgico y de diversión. Este papel, brillantemente realizado por Bill Murray, fue primeramente ofrecido a Patrick Swayze , pero sus problemas de salud le impidieron aceptarlo. En esta parte de la película también se produce la evolución en la relación entre Columbus y Wichita, que se alargará a lo largo del dúo de películas.
En Pacific Land, con todos los sugerentes elementos que conlleva, se producirá el éxtasis final de lucha contra zombies, e incluso contra payasos, en una parte final de acción y comedia a la altura de toda la película. Tendremos caseta del terror, noria de la muerte y disparos, muchos disparos. Curiosamente la diversión atrae a los zombies en una paradoja entre el divertimento y el horror y en una metáfora final de la película como una gran noria de diversión.
La película es dinámica. Aunque aparentemente no pasa nada, lo que se desarrolla se hace con acierto, siempre con elementos de humor y buscando en cada escena elementos que se vayan enlazando entre sí para lograr una historia coherente dentro del surrealismo que se sucede en algunos momentos.
La ambientación es correcta, justa en su medida de una película de zombies, donde siempre que se suceden escenas de acción con ellos se desarrollan de manera bien elaborada.
La música es otro elemento importante y fundamental, acompañando las escenas, el tono y el dinamismo con temas de rock conocidos y con banda sonora original de David Sardy. Entre los temas, encontramos bandas como Metallica, Band of Horses, Metric, Van Halen, The Raconteurs, etc. Todo un deleite melómano.
No cabe duda que toda el peso de la película lo llevan el cuarteto protagonista y es en último término lo que a la larga tiene más importancia, tanto en sus relaciones personales como en la relación con un entorno apocalíptico. Aunque los personajes son típicos, tienen su gracia, y entre ellos se relacionan con acierto. Columbus es el eje y su personaje nos recuerda en algún sentido a algún otro personaje desarrollado por el propio actor Jesse Eisenberg. La química con Woody Harrelson es buena y permite que todo funcione correctamente, así como la química entre Eisenberg y Stone, entre Columbus y Wichita (o Krista, porque en los momentos finales acaba siendo la única en revelar su auténtico nombre). Una verdadera familia, o al menos, como Columbus reconoce, lo más parecido a una familia.
Zombieland: Mata y remata
Diez años después del éxito de la primera, nos llegan nuevas aventuras de aquel cuarteto, sobreviviendo a la horda de zombies en lo que Columbus denomina “Zombieland”. Hay ganas de conocer más aventuras como hay ganas de saber qué fue de ellos. ¿Sobrevivieron a pesar de los desastroso que resultaba en ocasiones sus métodos? ¿Siguen todos juntos?
Nuevamente la voz en off de Columbus nos resolverá estas incógnitas, previo a un divertido y directo guiño-agradecimiento al espectador por su fidelidad y la confirmación definitiva de que esto no es para tomárselo muy en serio. Simplemente disfrutar.
Si en la primera entrega teníamos como dato curioso los nombres -en clave- de los personajes, en esta segunda entrega lo vamos a tener de los zombies, de tal manera que en función de su comportamiento vamos a tener a Zombies Homer, los más perezosos, Hawkins, los más inteligentes, Ninja, T800, etc lo cúal le añade un plus de diversión cuando aparece alguna horda con la que luchar. Estos últimos, los T800 parecen ser más indestructibles.
El resto del metraje no nos depara sorpresas en cuanto al grueso del guión y los elementos de mayor diversión los encontramos, como ocurría con la primera película, con lo que nos encontramos por el camino, en otra estructura de "road movie". Pero antes de emprender el camino, disfrutaremos de una estancia, a gastos pagados, en la Casa Blanca.
Posteriormente, y ya en torno a la "road movie", tendremos una divertida escena de “clones” con otro grupo de supervivientes, que nos recuerda la escena de la película Zombies party con otra curiosa secuencia de clones de grupo. En este caso la situación se extiende un poco más, haciéndola realmente divertida con el añadido de un nuevo personaje: Nevada (Rosario Dawson)
La química entre los personajes sigue siendo excelente, quizás mejor incluso que en el primer capítulo, con esa sensación de que cada uno de los actores está disfrutando y que conocen las particularidades del otro. Una química que permite que el cuarteto protagonista siga funcionando bien, y el resto de personajes que se añaden en el camino sigan la misma línea marcada, en beneficio de la historia. Como curiosidad, no vuelve a aparecer el tema de los winkies de Tallahassee. Ni rastro de ellos, ni de su preocupación por ellos. ¿Habrá resultado demasiado empalagoso? O quizás los twinkis son sustituidos en esta ocasión por otro personaje empalagoso: Madison, en una estupenda interpretación de Zoey Deutch que nos dejará momentos muy divertidos en su relación con el resto de personajes. Personajes a los que también se unirá Nevada, en un buen trabajo también de Rosario Dawson, que si hubiese una tercera entrega, seguramente sería uno de los personaje que repetiría.
Pero…¿y Bill Murray? ¿No aparece en los créditos? Pues efectivamente contamos con la presencia nuevamente de Bill Murray en un nuevo papel estelar. Si bien es cierto, en la primera película sufría un pequeño percance (tanto que en esta película se habla de “hacer un Murray”, los guionistas se las ingeniarán para poder tener su presencia de nuevo. Pero para comprobarlo, habrá que quedarse hasta el final de la película...
La música vuelve a ser un elemento importante y vuelve a ser del mismo estilo arrebatador. Temas de Metallica, Bob Dylan, Bob Marley o Lynyrd Skynyrd acompañan la aventura en una perfecta unión dinámica que consigue ser incluso una de las señas de identidad de la saga o binomio. Incluso el propio Woody Harrelson se permite la licencia de interpretar el clásico de Elvis "Burning Love" que se reproduce durante los créditos finales.
El final, como también así ocurría en la primera película nos depara un festín de lucha contra zombies en un escenario algo distinto a Pacific Rim, pero con las mismas posiblidades en diversos sentidos.
No hay nada nuevo, pero quizás tampoco se ha pretendido. La primera entrega funcionó y la segunda sigue los mismos esquemas y estilo, mejorando en personajes, empeorando en originalidad, mejorando en escenas de acción, empeorando en frescura.
Hay mayor humor, es más desenfadada, más gamberra, con actores que han evolucionado y con historia y mini saga que se quiere a sí misma.
El resultado final es una secuela digna de la impronta que dejó la primera.
-----------------------------
Aunque tan solo contamos hasta le fecha con esta dos películas, estamos ante una pequeña saga que marca tendencia, que tiene su propio estilo personal, y que se ha sabido hacer un hueco entre el aluvión de películas y series que tratan el tema zombie.
"Zombieland" es diferente, gusta y se disfruta, y se desea que haya una tercera entrega para seguir conciendo las andanzas de los personajes y la evolución del mundo zombie.
Ninguna de las dos es una extraordinaria película, pero forman un conjunto muy respetable, sincero consigo mismo y con los elementos necesarios para hacer pasar un gran rato.
Larga vida a Zombieland.
@sergio_roma
George A. Romero y su La Noche de los Muertos Vivientes (1968) y Jacques Tourneur con Yo anduve con un Zombie tienen mucha culpa del inicio y auge de este subgénero. Y daría para un amplio reportaje (no descartable en el futuro).
Pero en cambio, películas que hayan mezclado el asunto zombie con humor, ya no hay tantas, y menos realmente destacables, siendo Zombies party de Edgar Wright una de las más características y que lo ha hecho con más o menos acierto. Bienvenidos a Zombieland es otra ellas (de hecho Zombies party sirvió de inspiración al director Ruben Fleischer para Bienvenidos a Zombieland) y ahora que tenemos la segunda entrega, Zombieland: Mata y remata en la Cartelera de cine, nos ofrece una sensacional ocasión para acercarse a su pequeño mundo formado hasta la fecha por dos películas.
Todo el pequeño universo zombie creado, proviene de la imaginación de Paul Wernick y Rhett Reese que son los autores del guion y de Ruben Fleischer, el director que lo ha llevado a la gran pantalla. Originariamente el guion estaba pensado para un episodio piloto para serie de televisión, pero finalmente acabó en película (aunque se llegó a rodar un capítulo piloto con posterioridad, que no tuvo continuación)
La primera película se estrenó en 2009, siendo un éxito de taquilla, lo que hizo que se pensase en numerosas ocasiones el continuar con la historia, no habiendo cuajado las ideas hasta diez años después, cuando nos llega una nueva aventura con los mismos cuatro personajes principales. Dicha secuela ya se anunció en el año 2016 en plena fase de preparación. La historia nos revela el mundo devastado por los zombies, en su fase más avanzada. Poco conocemos del pasado, aunque sabemos que la plaga comenzó cuando alguien comió una hamburguesa infectada con una cepa de la enfermedad de las vacas locas, que se transformó en la infección zombie. A a partir de ahí, los contagios.
Zombieland en su conjunto, es una manera de tomarse el mundo apocalíptico zombie con humor, aunque sin llegar al absurdo, por tentador que pudiera ser. Y en ese sentido contiene cierta originalidad. Un mundo en el que los personajes principales no se llaman por su nombre, sino por el nombre de una ciudad o de algo significativo. Tres de los cuatro personajes principales llevan el nombre de las capitales de los estados: Tallahassee (Florida), Columbus (Ohio) y Little Rock (Arkansas). Wichita es una ciudad Kansas.
Columbus es el eje principal y el que suele narrar los acontecimientos iniciales, en torno al que giran los otros tres personajes. Los actores que forman esos cuatro personajes son Jesse Eisenberg, Woody Harrelson, Emma Stone y Abigail Breslin. Y los mismos repiten en ambas películas. Además de ellos, tenemos la aportación de un estupendo Bill Murray añadiendo un elemento más de humor importante y que también lo tendremos en la segunda entrega, de una manera muy especial postcréditos.
Encontraremos varios momentos irónicos en las películas, en torno a Facebook, por ejemplo, con Jesse Eisenberg, protagonista de la excelente película de David Fincher, La Red Social, hablando sobre ello. Y varias referencias más a películas que forman parte de la cultura popular, como El Increíble Hulk, Terminator 2: El Juicio Final, Los Cazafantasmas, etc siempre en la sintonía de homenajear y convertirlas en compañeras de viaje.
No conviene perderse ningún detalle en ambas películas y permanecer sentado hasta el final de los créditos, puesto que suelen deparar alguna que otra sorpresa.
El diseño de los zombis estuvo a cargo del especialista en maquillaje de efectos especiales Tony Gardner, el cual contó con plena libertad para la realización de sus monstruos.
La música cobra mucha importancia en la película. Sobre todo la música rock. El director Ruben Fleischer, es un gran fan de la música metal y quiso dejar su impronta en este sentido, aunque poco a poco se fue suavizando el repertorio, quedándose Metallica como uno de los grupos más característico de la banda sonora de las películas.
Muchos elementos interesantes que nos permiten estar ante dos películas importantes para analizar y disfrutarlas.
PELICULAS
Bienvenidos a Zombieland
La presentación es explosiva, arrolladora. Difícil no quedar atrapado en sus redes. Unos Estados Unidos convertidos en el país de los Zombies, en Zombieland. Las imágenes impactantes a cámara lenta, música rock y planos sangrientos, ya nos anticipan de manera evidente cuál va a ser el carácter de la película, el estilo. Y resulta sumamente atractivo. Un estilo que nos va a acompañar ya siempre en las dos películas y que va a ser su seña de identidad, además del carácter de los personajes principales.
Y uno de esos personajes es Columbus. Un joven que increíblemente (luego sabremos por qué) ha logrado sobrevivir en este apocalipsis zombie. Columbus es el que narra la historia, y el que nos explica sus reglas para haber sobrevivido hasta el momento. Reglas como “Cardio” (correr) o “Mata y remata” (que será el título de la segunda entrega) se presentan de manera muy original y suponen el manual personal de Columbus para no cometer ningún error a la hora de enfrentarse a los zombies. Dichas reglas irán apareciendo además en la pantalla de manera muy pop, sumándose al estilo juvenil y moderno que la película va adquiriendo poco a poco. Otras reglas que conoceremos son: Cuidado con los baños, Cinturones de seguridad, Viaja ligero, Comprueba el asiento trasero, Ejercitarse, En caso de duda, encuentra la salida, Disfruta las pequeñas cosas y No te hagas el héroe. Y como para muestra un botón, un buen puñado de esas reglas las veremos en el inicio en una escena de ataque de zombis.
Columbus no parece tenerle excesivo miedo a los zombies, aunque sí a los payasos, lo cuál le llevará en el tramo final a una fuerte prueba de valor.
A partir de ahí la película se va a convertir en una road movie, donde primero conoceremos a sus compañeros de viaje que formarán el cuarteto, y más tarde el objetivo de llegar a algún sitio. Los otros personajes son Tallahassee (Woody Harrelson), Wichita (Emma Stone) y Little Rock (Abigail Breslin). Formados en parejas de dos, al final no van a tener más remedio que saber convivir para un objetivo común, a pesar de los engaños contínuos. El encuentro entre Columbus y Tallahassee nos recuerda a algunos momentos de los western de Sergio Leone, en concreto La Muerte Tenía un Precio, siempre con la ironía como punto principal y cómico.
Hay un pequeño flash back en torno a Columbus y su vecina (papel que originariamente iba a realizar Emma Stone), y en torno a las hermanas Wichita y Little Rock pero en general conocemos muy poco de sus vidas anteriores, sobre qué es lo que hacían antes de la epidemia y sobre lo que han perdido, aunque sabemos que Tallahassee ha perdido a su perro (el que aparece en la pantalla a modo de flash back es el de la actriz Abigail Breslin), y quizás algo más…
“Todos éramos huérfanos en Zombieland” como reconoce con tristeza Columbus. Los flash back también tienen su estructura divertida, y sirven evidentemente para conocer un poco más a los personajes, sus inquietudes y sus anhelos.
Finalmente, ir a Pacific Land, un gran parque de atracciones supone el objetivo -sencillo- pero fundamental que les mantendrá unidos. El personaje de Tallahassee (Woody Harrelson) nos regala una particular y curiosa anécdota en torno a los Twinkies, unos pasteles dulces y su obsesión por ellos, llegándolos a buscar allá por donde va pasando. Curiosamente en algunas escenas se puede observar que de haber estado un poco más atento habría podido disfrutar en alguna ocasión de su valioso manjar…Otra curiosidad que nos ofrece Tallahassee es su afición por pintar un “3” en los coches que conduce, lo cuál supone un homenaje Dale Earnhardt, piloto automovilístico (aunque también podría entenderse como un homenaje a la edad de su hijo…)
Antes de llegar a Pacific Land, pasan por Hollywood, y allí acceden a la vivienda del actor Bill Murray. En este paréntesis de la road movie se produce uno de los momentos más divertidos de la película, con un Bill Murray haciendo de sí mismo con todo lo que conlleva y haciendo de zombie, con las consecuencias que le pueden acarrear, regalándonos divertidas referencias a los Los Cazafantasmas como elemento más nostálgico y de diversión. Este papel, brillantemente realizado por Bill Murray, fue primeramente ofrecido a Patrick Swayze , pero sus problemas de salud le impidieron aceptarlo. En esta parte de la película también se produce la evolución en la relación entre Columbus y Wichita, que se alargará a lo largo del dúo de películas.
En Pacific Land, con todos los sugerentes elementos que conlleva, se producirá el éxtasis final de lucha contra zombies, e incluso contra payasos, en una parte final de acción y comedia a la altura de toda la película. Tendremos caseta del terror, noria de la muerte y disparos, muchos disparos. Curiosamente la diversión atrae a los zombies en una paradoja entre el divertimento y el horror y en una metáfora final de la película como una gran noria de diversión.
La película es dinámica. Aunque aparentemente no pasa nada, lo que se desarrolla se hace con acierto, siempre con elementos de humor y buscando en cada escena elementos que se vayan enlazando entre sí para lograr una historia coherente dentro del surrealismo que se sucede en algunos momentos.
La ambientación es correcta, justa en su medida de una película de zombies, donde siempre que se suceden escenas de acción con ellos se desarrollan de manera bien elaborada.
La música es otro elemento importante y fundamental, acompañando las escenas, el tono y el dinamismo con temas de rock conocidos y con banda sonora original de David Sardy. Entre los temas, encontramos bandas como Metallica, Band of Horses, Metric, Van Halen, The Raconteurs, etc. Todo un deleite melómano.
No cabe duda que toda el peso de la película lo llevan el cuarteto protagonista y es en último término lo que a la larga tiene más importancia, tanto en sus relaciones personales como en la relación con un entorno apocalíptico. Aunque los personajes son típicos, tienen su gracia, y entre ellos se relacionan con acierto. Columbus es el eje y su personaje nos recuerda en algún sentido a algún otro personaje desarrollado por el propio actor Jesse Eisenberg. La química con Woody Harrelson es buena y permite que todo funcione correctamente, así como la química entre Eisenberg y Stone, entre Columbus y Wichita (o Krista, porque en los momentos finales acaba siendo la única en revelar su auténtico nombre). Una verdadera familia, o al menos, como Columbus reconoce, lo más parecido a una familia.
Zombieland: Mata y remata
Diez años después del éxito de la primera, nos llegan nuevas aventuras de aquel cuarteto, sobreviviendo a la horda de zombies en lo que Columbus denomina “Zombieland”. Hay ganas de conocer más aventuras como hay ganas de saber qué fue de ellos. ¿Sobrevivieron a pesar de los desastroso que resultaba en ocasiones sus métodos? ¿Siguen todos juntos?
Nuevamente la voz en off de Columbus nos resolverá estas incógnitas, previo a un divertido y directo guiño-agradecimiento al espectador por su fidelidad y la confirmación definitiva de que esto no es para tomárselo muy en serio. Simplemente disfrutar.
Si en la primera entrega teníamos como dato curioso los nombres -en clave- de los personajes, en esta segunda entrega lo vamos a tener de los zombies, de tal manera que en función de su comportamiento vamos a tener a Zombies Homer, los más perezosos, Hawkins, los más inteligentes, Ninja, T800, etc lo cúal le añade un plus de diversión cuando aparece alguna horda con la que luchar. Estos últimos, los T800 parecen ser más indestructibles.
El resto del metraje no nos depara sorpresas en cuanto al grueso del guión y los elementos de mayor diversión los encontramos, como ocurría con la primera película, con lo que nos encontramos por el camino, en otra estructura de "road movie". Pero antes de emprender el camino, disfrutaremos de una estancia, a gastos pagados, en la Casa Blanca.
Posteriormente, y ya en torno a la "road movie", tendremos una divertida escena de “clones” con otro grupo de supervivientes, que nos recuerda la escena de la película Zombies party con otra curiosa secuencia de clones de grupo. En este caso la situación se extiende un poco más, haciéndola realmente divertida con el añadido de un nuevo personaje: Nevada (Rosario Dawson)
La química entre los personajes sigue siendo excelente, quizás mejor incluso que en el primer capítulo, con esa sensación de que cada uno de los actores está disfrutando y que conocen las particularidades del otro. Una química que permite que el cuarteto protagonista siga funcionando bien, y el resto de personajes que se añaden en el camino sigan la misma línea marcada, en beneficio de la historia. Como curiosidad, no vuelve a aparecer el tema de los winkies de Tallahassee. Ni rastro de ellos, ni de su preocupación por ellos. ¿Habrá resultado demasiado empalagoso? O quizás los twinkis son sustituidos en esta ocasión por otro personaje empalagoso: Madison, en una estupenda interpretación de Zoey Deutch que nos dejará momentos muy divertidos en su relación con el resto de personajes. Personajes a los que también se unirá Nevada, en un buen trabajo también de Rosario Dawson, que si hubiese una tercera entrega, seguramente sería uno de los personaje que repetiría.
Pero…¿y Bill Murray? ¿No aparece en los créditos? Pues efectivamente contamos con la presencia nuevamente de Bill Murray en un nuevo papel estelar. Si bien es cierto, en la primera película sufría un pequeño percance (tanto que en esta película se habla de “hacer un Murray”, los guionistas se las ingeniarán para poder tener su presencia de nuevo. Pero para comprobarlo, habrá que quedarse hasta el final de la película...
La música vuelve a ser un elemento importante y vuelve a ser del mismo estilo arrebatador. Temas de Metallica, Bob Dylan, Bob Marley o Lynyrd Skynyrd acompañan la aventura en una perfecta unión dinámica que consigue ser incluso una de las señas de identidad de la saga o binomio. Incluso el propio Woody Harrelson se permite la licencia de interpretar el clásico de Elvis "Burning Love" que se reproduce durante los créditos finales.
El final, como también así ocurría en la primera película nos depara un festín de lucha contra zombies en un escenario algo distinto a Pacific Rim, pero con las mismas posiblidades en diversos sentidos.
No hay nada nuevo, pero quizás tampoco se ha pretendido. La primera entrega funcionó y la segunda sigue los mismos esquemas y estilo, mejorando en personajes, empeorando en originalidad, mejorando en escenas de acción, empeorando en frescura.
Hay mayor humor, es más desenfadada, más gamberra, con actores que han evolucionado y con historia y mini saga que se quiere a sí misma.
El resultado final es una secuela digna de la impronta que dejó la primera.
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Aunque tan solo contamos hasta le fecha con esta dos películas, estamos ante una pequeña saga que marca tendencia, que tiene su propio estilo personal, y que se ha sabido hacer un hueco entre el aluvión de películas y series que tratan el tema zombie.
"Zombieland" es diferente, gusta y se disfruta, y se desea que haya una tercera entrega para seguir conciendo las andanzas de los personajes y la evolución del mundo zombie.
Ninguna de las dos es una extraordinaria película, pero forman un conjunto muy respetable, sincero consigo mismo y con los elementos necesarios para hacer pasar un gran rato.
Larga vida a Zombieland.
@sergio_roma