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Especial: Universo Harry Potter (Parte II)
Irulan, 21/11/2005


Del mismo modo, en ese mismo año también se publicaba la cuarta entrega literaria de la saga: Harry Potter y el Cáliz de Fuego, de nuevo con el doble de páginas que la anterior y el doble (o el triple, o el cuádruple) de fans y de colas en las librerías. Además, Rowling volvía a encontrar el amor, esta vez en la figura del anestesista escocés Neil Murray, con quien posteriormente ha tenido otros dos hijos (David Gordon y Mackenzie Jean). Y es que la vida de esta escritora sólo ha ido de bien en mejor: actualmente es una de las mujeres más ricas del mundo (dicen las malas lenguas que es incluso más rica que la Reina de Inglaterra) y además ha recibido numerosos premios, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia de 2003, puesto que se dice que gracias a ella –o más bien a Harry Potter- son muchos los niños que leen (cosa que se supone un logro en estos días de generaciones que nacen con la Playstation bajo el brazo). Sin embargo aquí no puedo evitar matizar y decir que este quizá es un mérito exagerado. Y no niego con esto que no sea cierto que millones de niños en todo el mundo que no leían ahora lean los libros de Harry Potter, pero también creo que es verdad que la mayoría de ellos no leen otros libros. Y eso, en el fondo, no es leer.

Y mientras llegaba el estreno del tercer Harry Potter en la gran pantalla, aparecía el quinto a las librerías. Harry Potter y la Orden del Fénix se puso a la venta en 2003, bajo unas extensas medidas de seguridad, con miles de reservas anticipadas y fiestas por medio Reino Unido (aparte de las inevitables colas a media noche de padres sufridores y niños disfrazados de sus personajes favoritos). Y de nuevo, fue un éxito rotundo, tanto de público como de crítica. Y es que son pocos los profesionales que no han calificado con bondad a estas obras, que si bien no tienen una alta calidad literaria, sí son idóneas para el público para el que están propuestas (niños, adolescentes, jóvenes), y suponen para el adulto una lectura de puro entretenimiento y fluidez (cosa que no está mal de vez en cuando).
La lectura de esta última (y larguísima novela) hizo más breve la espera a la llegada de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban a los cines, que apareció en el verano de 2004 (en lugar de las típicas vacaciones navideñas). Había mucha expectación ante el debut de Cuarón como director de esta entrega, y para el final de la misma la opinión fue casi unánime: la suya es la mejor de las tres películas hasta ahora realizadas, aunque la más alejada del espíritu de las novelas (…suele pasar…). Cuarón había introducido muchos cambios en Hogwarts, que parecía otra escuela, más amplia, más misteriosa, más mágica en verdad. Los niños eran todos mucho más reales, con emociones más terrenales, y un nuevo aire oscuridad y madurez rodeaba a todo lo que sucedía.

Y de este modo llegamos a nuestros días, sabiendo que el director de la quinta película (Harry Potter y la Orden del Fénix) será David Yates, y que sólo queda un libro, el último, ese en el que todo terminará, en que sabremos qué pasa, y en el que tendremos que despedirnos de un personaje que ya ocupa un puesto privilegiado en el imaginario popular. Ahora es cuando la cuenta atrás para el estreno de Harry Potter y el Cáliz de Fuego es cada vez más breve, cuando hemos visto un último y espectacular trailer, cuando ya se ha celebrado una preview en Londres a la que ha acudido hasta Madonna, cuando todos nos preguntamos qué sucederá esta vez, si será buena la película y cómo será el rostro de Voldemort… en la cara de Ralph Fiennes.