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Especial Óscar 2014: Mejor Director

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Pablo Sánchez, 13/02/2014


He aquí otra de las categorías en las que podría resultar adivinable, a priori, el nombre del ganador del Óscar. Aunque los cinco finalistas presentan un nivel fuera de lo común, es el mexicano Alfonso Cuarón el que se postula en todas las quinielas como ganador por esa extraordinaria proeza llamada Gravity. Sin embargo, conviene no olvidar que estamos hablando de unos galardones donde las sorpresas y las decisiones inesperadas están a la orden del día. Donde nunca, en definitiva, conviene dar nada por sentado, máxime cuando el cineasta hispano compite con un director de 71 años que demuestra un dinamismo y un derroche de energía fuera de lo común; otro que repite por segundo año consecutivo en las nominaciones y al que pocos le niegan la etiqueta de ‘director de moda’; alguien capaz de reflejar la esclavitud de una forma capaz de dejar sin habla al más curtido en el subgénero; y, por último, un cineasta que, a camino entre lo comercial y lo indie, se ha ido labrando una carrera tan digna como oscarizable. La guerra está servida. Pasen… y lean.

DAVID O. RUSSELL - LA GRAN ESTAFA AMERICANA
(3ª nominación / 0 Óscar en esta categoría)

El director y guionista de 55 años ha ido ganando intensidad con cada uno de sus trabajos. Empezó casi sin hacer ruido con películas como Flirteando con el Desastre (1996), se volvió más ambicioso con Tres Reyes (1999) o Extrañas Coincidencias (2004), pero la Academia solo comenzó a tenerlo (muy) en cuenta a partir de la notable The Fighter (2010). Tras ella, ha vivido una de las experiencias más enriquecedoras a las que puede enfrentarse un director: estar nominado dos años consecutivos a los premios más importantes de la Academia, por El Lado Bueno de las Cosas y La Gran Estafa Americana. Además, ha acaparado nominaciones por un tubo: 8 con la primera y 10 con la segunda. Sin embargo, a pesar de esta avalancha de reconocimientos, probablemente sea el que más divide al público y a la crítica: frente a los que lo consideran un director con gran polivalencia tanto en drama como en comedia, se encuentran los que lo tachan de simplista y de estar injustamente sobrevalorado. En la película que nos ocupa, se lanza de lleno al estilo de rodar de los años 70, con el que ya coqueteó en sus anteriores cintas nominadas, empleando toda una variedad de recursos para narrar esta historia convencional de forma personal. El resultado ha conquistado a un nutrido grupo de fans, pero ha aburrido a otros muchos.
A FAVOR: Las 10 nominaciones del filme se tienen que ver recompensadas en algún lado. Su capacidad para haber rodado, solo un año después del fenómeno de El Lado Bueno de las Cosas, su mayor éxito y la película con la que termina de pulir el estilo que ha desarrollado en esta ‘trilogía de la familia moderna’. Además, en el filme habla de temas muy actuales (corrupción, estafa, picaresca) y de otros más metafóricos, como la diferencia entre imagen y realidad. Un poco para todos, vaya.
EN CONTRA: La visceralidad que despierta entre un gran número de críticos, que lo tildan de director menor, podría tener su eco en los académicos. El calificativo de “un Scorsese light” se ha lanzado mucho, y estando nominado junto a Marty, las comparaciones son tan inevitables como odiosas.

Finalista: DGA, Globo de Oro, BAFTA, Critics' Choice, Satellite, Chicago, Dallas, San Francisco, St. Louis, Ohio, Detroit, Iowa, Denver, North Carolina.

ALFONSO CUARÓN - GRAVITY
(1ª nominación en esta categoría)

No es frecuente encontrar un nombre hispano entre los nominados a mejor dirección, lo que por sí solo constituye un reconocimiento. Y, en este caso, merecidísimo: la proeza de Cuarón en Gravity va más allá del elogio. No solo por haber convertido el 3D en una técnica (narrativa, expresiva, visual) de primer orden, sino por habernos llevado a todos, literalmente, a otra dimensión. La forma de ingeniárselas para mantener al público pegado a la gran pantalla durante hora y media, con prácticamente un único personaje (Sandra Bullock, para más inri), no es algo al alcance de todos los directores. Tampoco lo es la complejidad de su planificación visual, sobre todo esos larguísimos planos secuencia con cambios continuos de perspectiva y punto de vista. Con un guion escrito al alimón con su propio hijo Jonás, Gravity ha roto todos los esquemas y sentado un importante punto de inflexión en la historia del séptimo arte. Y el director mexicano es el máximo responsable de esta proeza, aunque no debe pillarnos por sorpresa, si recordamos su anterior obra maestra, Hijos de los Hombres. Por todo ello, y después de conquistar el Globo de Oro en la misma categoría y el premio del sindicato de directores, Cuarón es el claro favorito. Sería una sorpresa que no se llevara el Óscar.
A FAVOR: Ha conseguido todos los premios habidos y por haber en la categoría, y pesos pesados como James Cameron o Quentin Tarantino han expresado su fascinación por una obra que, más que una película, es una experiencia. Vital, emocional y física. El enorme éxito de taquilla y entre el público, las 10 nominaciones y los múltiples premios de la película durante la temporada también ayudan. Quién sabe si incluso no acompañará este galardón con el de mejor película.
EN CONTRA: Los potenciales prejuicios de género de los académicos, que pueden pensar que con recompensarla en los apartados técnicos ya tiene bastante, que no se tomen en serio una película de alma comercial.

Ganador: DGA, Globo de Oro, Critics' Choice, Los Ángeles, Dallas, Crítica Online, Washington, San Francisco, Londres, Nueva York Online, Kansas, Toronto, Ohio, Utah, Oklahoma, San Diego, Detroit, Phoenix, Houston, Austin, Georgia, Denver.
Finalista: BAFTA, NSFC, Satellite, Chicago, Southeastern, St. Louis, Florida, Iowa, North Carolina.

STEVE MCQUEEN - 12 AÑOS DE ESCLAVITUD
(1ª nominación)

He aquí un director que, con solo tres trabajos en su haber, ya se ha ganado el abrazo unánime de la crítica. Quizá sea por el riesgo a la hora de abordar historias cargadas de turbiedad, o por su estilo clínico y desnudo, nada dado a falsear emociones, o porque nadie como él ha sabido reflejar la esclavitud humana –ideológica, en Hunger (2009); sexual, en el caso de Shame (2011); personal, si hablamos de 12 Años de Esclavitud (2013)-. Cada uno de sus fotogramas desborda elegancia y majestuosidad, desplegando su mirada limpia y serena sobre unos hechos profundamente sucios y duros en lo moral o lo psicológico. Se nota que lleva el oficio en la sangre y que, pese a su corta trayectoria, tiene ya las ideas muy claras respecto del estilo que quiere imprimir a sus películas, aunque en este caso haya dejado de lado sus rasgos autorales más radicales en pos del clasicismo. Su compromiso con su visión y con el material hacen que no le importe que puedan acusarle de demasiado explícito en alguno de sus pasajes (en su última obra, los comentados latigazos al personaje de Lupita Nyong'o o la escena del ahorcamiento), ya que, al fin y al cabo, se trata de una película sobre el horror. Una pesadilla luminosa, pero perturbadora.
A FAVOR: Ya era hora de que se abordara el drama de la esclavitud de una forma tan honesta, fidedigna y comprometida. El cóctel de historia y denuncia social suele funcionar entre los votantes, y siendo la película la teórica favorita al gran premio, lo más habitual es que su director sea galardonado en consecuencia. Además, la Academia tiene una oportunidad de oro para reparar la injusticia de haber ignorado las anteriores cintas de McQueen.
EN CONTRA: Lleva grabada a fuego su ambición (quizá desmesurada) de querer ser la gran película sobre la trata de esclavos de todos los tiempos, lo cual por un lado ha sentado mal a algunos, y por otro hace que se creen unas expectativas que para un sector del público no se cumplen. Y luego está Cuarón, claro.

Ganador: Nueva York, Chicago, Boston, Southeastern, Las Vegas, St. Louis, Kansas, Florida, Iowa, Indiana, Boston Online, Nevada, North Carolina.
Finalista: DGA, Globo de Oro, BAFTA, Critics' Choice, Independent Spirit, NSFC, Satellite, Crítica Online, Dallas, Washington, San Francisco, Londres, Toronto, Ohio, Utah, San Diego, Phoenix, Houston, Georgia, Denver.

ALEXANDER PAYNE - NEBRASKA
(3ª nominación / 0 Óscar en esta categoría)

Aunque pueda parecer un viejo conocido habitual en nuestras pantallas, Payne solo ha dirigido hasta el momento seis películas. Sin embargo todas, absolutamente todas, son recomendables y, de un tiempo a esta parte, están bien vistas por la Academia. Y el director, claro, también: con sus tres últimos trabajos -Entre Copas (2004), Los Descendientes (2011) y ahora Nebraska (2013)- ha sido nominado en esta categoría. Es el prototipo de ‘chico perfecto’ para los votantes: sabe pincelar muy bien los dramas, cuenta con actores de primera fila para sus películas (a quienes por lo general saca todo el jugo que tienen dentro, incluso más del que inicialmente se les suponía) y se mueve con soltura entre lo que algunos podrían llamar cine comercial y el cine indie, teniendo más de lo segundo que de lo primero. Aunque haya a quien le pueda parecer un director menor en comparación con el resto de candidatos, o que es un mero artesano cuyo trabajo tras la cámara es invisible, no se confundan: Payne posee estilo propio y una inconfundible personalidad. Es uno de los grandes porque sabe cómo contar con sencillez historias pequeñas en foco pero enormes en corazón.
A FAVOR: Lo digeribles que son sus películas, en parte por ese equilibrio entre comedia y drama que tan bien funciona entre público y crítica. Además, se maneja especialmente bien en la escritura de guiones, no es un tío pretencioso y suele caer bien hasta a sus detractores.
EN CONTRA: Precisamente, el dotar de ‘comedia’ sus películas puede restar puntos a una organización que todavía sigue penalizando a este género de forma brutal. Pero el gran problema de Payne es que sus obras no son las historias contundentes y ‘necesarias’ que la Academia lanza al estrellato. Son cintas sencillas de dirección, no grandes acontecimientos. Nebraska, queramos o no, no es Gravity.

Finalista: Globo de Oro, Independent Spirit, Dallas, St. Louis, Ohio, Phoenix, Houston, North Carolina.

MARTIN SCORSESE - EL LOBO DE WALL STREET
(8ª nominación / 1 Óscar)

Pocos cineastas hay que, a los 71 años, den una lección de frescura, ímpetu y dinamismo como la que da Scorsese en El Lobo de Wall Street. Uno podría pensar que el autor de cintas como Taxi Driver, Casino, Uno de los nuestros, La Última Tentación de Cristo o Toro Salvaje, por nombrar solo unas pocas de su extenso catálogo de obras magistrales, estaría a estas alturas agotado creativamente, anquilosado en temas que le son familiares y sin voluntad de seguir experimentando. Nada más lejos de la realidad. El neoyorquino demuestra seguir en plena forma con un espectáculo de 3 horas que, además de consumirse en un suspiro, supone una radiografía brutal, cínica y sin concesiones del mundo en el que vivimos. Scorsese demuestra no temer a nada ni a nadie y da la sensación de que ha rodado la película con una libertad envidiable. Con la frescura de un chaval de 25 años. En otras palabras: ha llegado a un punto en su carrera en el que hace lo que le da la gana. Los 180 minutos de su último trabajo son un derroche de autenticidad pero, sobre todo, de gran cine. Su extraordinario dominio de la puesta en escena, su capacidad para abandonarse al caos sin perder la claridad de visión, y escenas tan antológicas como el subidón de quaalude o la conversación en el yate deberían ser elementos suficientes para tenerlo en cuenta.
A FAVOR: Que un director con la carrera de Scorsese, donde se aglutinan más de una docena de títulos imprescindibles, solo tenga un Óscar a la mejor dirección (y encima por una obra menor como Infiltrados) es algo que pocos se explican. ¿No hay que ponerle remedio?
EN CONTRA: La feroz competencia se lo pone difícil, pero lo que realmente le resta posibilidades es que los académicos no suelen tragar la sátira (con excepciones, como American Beauty). Mucha gente no sabe separar el argumento del discurso y acaba confundiendo a los personajes con altavoces de la postura moral del director. Y eso en este caso provoca polémica, acusaciones de misoginia y celebración del exceso, y mil problemas más incompatibles con el Óscar.

Finalista: DGA, BAFTA, Critics' Choice, Satellite, Boston, Dallas, Washington, San Francisco, Londres, Ohio, Detroit, Georgia, Denver, North Carolina.