'¿El fin justifica los medios?'

Antes de comenzar la crítica sobre esta película me gustaría destacar, o quizás denunciar, la falta de justicia y coherencia que aplican las distribuidoras a la hora de realizar los trailers de sus películas

¿El fin justifica los medios? Interesante reflexión sobre un futuro quizás no tan lejano.
Antes de comenzar la crítica sobre esta película me gustaría destacar, o quizás denunciar, la falta de justicia y coherencia que aplican las distribuidoras a la hora de realizar los trailers de sus películas. Y es que viendo el trailer de V de Vendeta uno se espera ver una película puramente de acción donde lo único que se pretende es el mero disfrute del espectador. Y no es así. Ya le ocurrió lo mismo a M.Night Shyamalan con El Bosque; los espectadores (entre los cuales me incluyo) esperaban encontrarse una película de miedo y suspense, marcada por los sustos y los giros de guión al estilo de sus tres películas anteriores, y tampoco fue así.
Después de ver V de Vendetta uno se queda con esa extraña sensación de inseguridad y alivio. Inseguridad al haber observado un panorama político y social nada apetecible y alivio al observar que no hay nada estable y que la fuerza de la unión es la que finalmente provoca los cambios. Y esa unión es posible gracias a los símbolos. Los símbolos permiten aglutinar a un grupo de gente entorno a una idea, a un concepto, a una visión. En V de Vendetta su protagonista (“V”) es quien ejerce de símbolo, no solo en la ficción sino también en la película. “V” es el nexo de enlace entre la situación actual que vive el país, su origen y su futuro. Es este personaje el que va desencadenando las diferentes tramas que forman esta genial película, opera prima de James McTeigue, quien formó parte del equipo de la trilogía de Matrix, cuyos directores ejercen el rol de productores en esta película.
La película no deja de ser una reflexión sobre el poder que ejerce el miedo en las personas. Sobre como ese miedo es utilizado por algunas personas para controlar a la población. Sin duda alguna resulta una idea cuanto menos similar a la que podemos encontrarnos en la actualidad en algunos países. Y es que Michael Moore ya reflexionaba sobre el tema en el fantástico documental Fahrenheit 9/11. Según el director norteamericano, cuanto más asustada está la población más dispuesta está a ceder el poder a una persona que les proponga acabar con ese miedo: un líder. Este hecho es precisamente el que se da en la Inglaterra que se presenta en la película. La situación llega a tal extremo que la población está dispuesta a sacrificar algunas de sus libertades en favor de la seguridad y tranquilidad que se les ofrece a cambio.
Parece que nadie está dispuesto a poner fin a este hecho hasta que aparece “V”, quien decide que ya es momento de poner fin a la situación con todos los medios que sean necesarios. En la forma de actuar de “V” podemos observar una clara relación con los consejos que Nicolas Maquiavelo exponía en su obra “El príncipe”. La actitud del protagonista se basa en la importancia del fin, sin prestar demasiada atención a los medios que para ello debe utilizar. Esta forma de actuar puede generar infinidad de debates morales y éticos a nivel interior. No es este el caso de “V”. La profunda reflexión que ha llevado a cabo durante los años que preparaba su plan hacen que el protagonista tenga una gran convicción en lo que hace y en la forma en cómo lo hace. No se trata, como han dicho algunos, de una exaltación del terrorismo y de la violencia gratuita, ni mucho menos.
Pero no se crea el espectador que la película es aburrida, no se trata de una reflexión explícita ni mucho menos. Se trata en todo momento de una reflexión maquillada por un fantástico tratamiento de la imagen así como un cuidado guión que va llevando al espectador hacia una serie de acontecimientos que explican el cómo se ha llegado a la situación y que dejan entrever, al mismo tiempo, como se le va a poner fin.
Hay una frase del refranero popular español que dice así “Todo se pega menos la hermosura”. Este es uno de esos casos. Y es que después de hacer de asistente de dirección en las tres entregas de Matrix algo del estilo visual y narrativo de los peculiares hermanos Wachowski (que se encargaron de la adaptación del guión) se le ha pegado a James McTeigue. V de Vendetta recuerda en determinados momentos a alguna secuencia de Matrix (además de los ya aparente de la última escena de la lucha con los cuchillos). Con una estética y una iluminación oscura, e incluso tétrica en algunos momentos, McTeigue consigue que el espectador se introduzca en la historia y entienda el clima que rige la sociedad. Se trata en definitiva de una gran película que supera las expectativas e ideas iniciales que se preveían de esta película para ir más lejos, convirtiéndose en una interesante reflexión sobre el poder, el miedo y la represión; y como la acción directa es la solución propuesta.