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Too Much Johnson, la película perdida de Orson Welles

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Una de las grandes sorpresas cinéfilas del año pasado fue sin duda el descubrimiento de una película de Orson Welles dada por desaparecida desde hace décadas: Too Much Johnson, un film mudo que constituye la primera obra cinematográfica del director. Como ya les comentamos en un artículo anterior, la historia del cine tiene desafortunadamente en su haber una larga lista de films desaparecidos, incluso dirigidos por realizadores reconocidos. No obstante aún a estas alturas suele llegarnos alguna sorpresa como ésta, pese a que cada vez se hace más difícil esta clase de hallazgos.

El propio Welles daba por perdido el metraje a raíz de un incendio en su casa de Madrid en 1970, pero afortunadamente el 2005 se encontró este valioso material. Por una de esas curiosísimas casualidades de la vida los rollos se encontraron en la ciudad italiana de Pordenone, que desde hace años celebra anualmente un festival de cine mudo. De todas las ciudades de Europa en las que podía haber acabado encontrándose esta película muda, ¿cómo llegó justamente a Pordenone? Seguramente nunca lo sepamos.


Una vez se identificó el material como esa película perdida de Welles, empezó el proceso de restauración mano a mano entre la Cineteca del Friuli y la George Eastman House de Rochester. El estreno mundial de esta película que jamás se había proyectado en público fue en octubre de 2013, en el ya mencionado festival de cine mudo de Pordenone (¡dónde si no!). Seguidamente fue exhibida en Nueva York, Francia y, en el caso que nos ocupa, Barcelona.

La Filmoteca de Cataluña organizó una sesión especial el miércoles 12 de febrero por la tarde para la que sería la cuarta proyección internacional de Too Much Johnson. La película fue introducida y contextualizada ante una sala llena por el director de la Filmoteca, Esteve Riambau, en calidad de experto en la obra de Orson Welles. La proyección contó con el excelente acompañamiento musical del pianista Joan Pineda, quien se basó en la partitura original preparada por Paul Bowles para esta cinta. Además, fue precedida por el cortometraje Corazones del tiempo (1934), primera filmación de Welles grabada de forma amateur con unos amigos.


Después de conocer todo el alboroto que ha provocado este filme, podemos centrarnos en lo esencial: ¿qué nos ofrece Too Much Johnson y de dónde surgió? El filme se produjo antes de que Welles empezara su carrera cinematográfica, cuando estaba al frente del Mercury Theater, ya por entonces conocido por sus innovadoras representaciones teatrales. En 1938 decidió adaptar la farsa Too Much Johnson, de William Gillette, pero de una forma bastante original: combinando cine y teatro. Su idea era que cada uno de los tres actos fuera precedido por un prólogo filmado al estilo de una película muda, interpretado por los mismos actores de la obra. Por tanto, lo que estamos comentando no es una película autónoma, sino que estaba pensada como las piezas de un puzzle que nunca llegó a verse en su totalidad, ya que jamás llegó a representarse la obra tal y como Welles había pensado. De hecho, el filme de 66 minutos que se está exhibiendo ni siquiera es el montaje final, sino el material en bruto, por lo que hay muchas repeticiones de algunas escenas e incluso varias tomas de un mismo plano.


El argumento es el típico de una obra de este estilo: un hombre es sorprendido en el dormitorio de su amante por el marido de ésta y huye precipitadamente por la ventana. El esposo, furioso, le persigue teniendo como único elemento identificador un fragmento de una fotografía. La persecución se extiende por mercados y tejados de Nueva York hasta que ambos embarcan rumbo a Cuba. Allá, el marido confunde al dueño de una plantación con el amante de su mujer y se encara con él.

De todo el material filmado, la parte más extensa es la persecución por Nueva York. La idea de Welles es que este prólogo durara 20 minutos, y los otros, 10 cada uno, pero al ser una versión sin montar la que se nos ha mostrado dura unos 40. Por ello hay algunas partes que se pueden hacer algo pesadas por tanta repetición (especialmente la persecución entre cajas en un mercado y la huida por los tejados), pero cabe entender que lo que vemos es un borrador aún por pulir.


Lo más interesante de todo es el hecho de que se trate de una película de puro slapstick, basada en humor físico y frenéticas persecuciones que demuestran que Welles se había empapado de la obra de Buster Keaton y Harold Lloyd. Los actores lógicamente forman parte del elenco del Mercury Theater, destacando entre ellos los absolutos protagonistas Joseph Cotten y Edgar Barrier. Cotten concretamente hace un trabajo sorprendente, protagonizando sketches de humor físico que en ocasiones resultan incluso peligrosos. Algunos de los planos por los tejados realmente nos hacen temer por el joven actor, y más cuando parece un filme medio improvisado en el que probablemente no había medios de seguridad.


De toda esta parte en Nueva York cabe destacar las frenéticas persecuciones y el ingenioso gag en el que el marido le quita el sombrero a numerosos transeúntes para intentar reconocer al amante de su mujer. Los otros dos segmentos, mucho más breves, en cambio son menos memorables. El segundo es un prólogo de situación en el que vemos la llegada de los personajes a Cuba. El último vuelve a tener cierto interés al apostar por el humor, ya que vemos un duelo a espada entre el marido y el dueño de la plantación, que el personaje de Cotten intenta detener en vano.


A causa de problemas económicos, Welles no pudo completar a tiempo el montaje de la parte filmada y la obra se estrenó de forma incompleta en un pequeño teatro de Connecticut. Fue un fracaso, así que Welles decidió no estrenarla en Broadway y conservó las bobinas únicamente por motivos sentimentales. Poco después alcanzaría la fama con su transmisión radiofónica de La Guerra de los Mundos y tres años después se abriría un hueco en la historia del cine con Ciudadano Kane. La diferencia entre Too Much Johnson y dicho filme es sustancial, ya que el primero era un pequeño slapstick que acompañaría una obra de teatro mientras que el segundo sí que fue entendido como su debut cinematográfico de verdad.

Aun así Too Much Johnson demuestra que Welles ya tenía conocimientos fílmicos, por lo que a nivel historiográfico posee un valor enorme. Su descubrimiento nos ha servido para poder llenar uno de los huecos que hay en la carrera de uno de los más grandes directores de la historia, ayudándonos a completar aún más su perfil y conocer una nueva faceta suya.

 

Fuente: CINeol | Visitada: 1891 veces


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Comentarios (1)

20:26 - 26/02/2014

caren103

Siempre son gratos hallazgos así; pues bienvenido sea.


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