Las 10 secuelas más distantes

En el mundo de remakes, reseteos, franquicias y secuelas del Hollywood actual, continuar con una saga de hace una década es algo casi normal. Han pasado 10 años desde que se estrenó la segunda entrega de Hombres de Negro, lo que quiere decir que muchos de los que vayan a ver Hombres de Negro III este fin de semana no habrían nacido siquiera cuando la primera parte llegó a los cines. Así que el TOP10 DE CINEOL quiere reafirmarles en el hecho de que nunca es tarde si la franquicia es buena, o al menos, que en otras ocasiones el hueco temporal ha sido mucho más grave y no siempre se ha gritado lo de ‘obsoleto’, como ocurre ahora.

Para el propósito de esta lista, se han excluido todas las cintas que han sido concebidas, rodadas o estrenadas directamente en televisión o en el mercado doméstico, tan proclive a sacar nuevas entregas de sagas extintas o inexistentes. También se han considerado solo continuaciones en el sentido de que haya un argumento y unos personajes comunes y relacionados, y no sea solo la nueva aventura independiente de un personaje estilo Sherlock Holmes, o un filme asociado temáticamente pero sin solución de continuidad (ejemplo: Fantasía 2000 o la saga de los muertos de Romero). El orden, como de costumbre, viene del número de años que separan a la película de la anterior entrega en la serie.

Menciones especiales:
- Un Hombre y una Mujer, 2ª Parte: Un ejemplo de continuación nostálgico-artística. 19 años y 305 días después de estrenar su mejor película, a Claude Lelouch le entraron celos de Truffaut y decidió seguir también él a sus protagonistas a lo largo del tiempo. El resultado fue vilipendiado por crítica y público, y actualmente está considerado como uno de sus peores filmes.
- La Ira: Carrie 2: Un ejemplo de secuela imposible y tardía. 22 años y 129 días después de que una joven con poderes telequinéticos sembrase el caos y la muerte en su instituto, su hermanastra del mismo padre demostró tener sus mismos poderes y sembró el mismo caos en el mismo sitio, con Amy Irving sufriéndolo de nuevo. Todo muy pillado por los pelos para hacer la misma película, pero que no sea un remake.
- Wall Street. El Dinero Nunca Duerme: Un ejemplo de secuela no solicitada pero casi imprescindible por las circunstancias. 22 años y 287 días antes, los tiburones de Wall Street estaban haciendo su agosto a costa de la economía del pequeño inversor; y cuando la segunda entrega se estrenó, era la crisis económica la que campaba a sus anchas – la misma anunciada por la primera entrega, pero ante la cual nadie tomó medidas efectivas.

10. PSICOSIS 2

Tiempo transcurrido: 22 años y 352 días desde Psicosis.
La lógica detrás de la secuela: Aunque fue duramente criticada en su día, la cinta de Alfred Hitchcock se había convertido ya en un clásico del género. Con el resurgir del cine de asesinos en serie que bebían las fuentes de este filme, y dado que el orondo inglés ya había muerto y no podía oponerse a ello, el estudio decidió continuar con la historia para ver si conseguían de Norman Bates lo que otros habían logrado con Jason Voorhees o Michael Myers.
El resultado: Aunque considerada por todo el mundo como muy inferior a la original, cosa normal y esperable, no recibió malas críticas. Tanto público como prensa se sorprendieron gratamente con ella, aun sin considerarla ningún peliculón, por la competencia con la que sacaba adelante la historia y hacía evolucionar la trama sin repetir el mismo esquema. Además, su éxito de taquilla generó otras dos continuaciones, estas sí bastante más flojas.

9. EL COLOR DEL DINERO

Tiempo transcurrido: 25 años y 22 días desde El Buscavidas.
La lógica detrás de la secuela: En este caso el origen de la continuación hay que encontrarlo en la literatura, ya que fue Walter Tevis el que publicó una segunda parte de su novela más famosa, sobre un jugador profesional de billar fracasado que intenta buscarse la vida como puede. La adaptación al cine era cuestión de tiempo, y más con la buena madurez que estaba viviendo Paul Newman. El interés de Martin Scorsese y Tom Cruise por el proyecto selló una apuesta segura.
El resultado: Aunque el filme dejó en segundo plano a Newman para centrarse en el niño de moda Cruise, las críticas fueron bastante positivas. Sin embargo, hasta los más entusiastas del filme reconocen que es inferior a la anterior entrega y que no se puede incluir entre las mejores películas del director italoamericano. Además de ser un considerable éxito de taquilla que consiguió que el billar volviese a ponerse de moda, la cinta le dio a Paul Newman el único Oscar competitivo que ganó en toda su carrera.

8. RUFUFÚ, 20 AÑOS DESPUÉS

Tiempo transcurrido: Pese a lo que el título indica, habían pasado 25 años y 25 días desde Rufufú da el Golpe.
La lógica detrás de la secuela: Después de tanto tiempo transcurrido desde la segunda parte de la comedia picaresca de ladrones Rufufú, ¿qué sentido tenía una tercera entrega? Sencillamente, rescatar a estos personajes tan queridos por el público italiano en una época completamente distinta a la que vivieron y en un momento de sus vidas muy diferente, más viejos y experimentados. Además, era una forma de reunir de nuevo a toda una caterva de actores italianos que se habían convertido en auténticos iconos de su cinematografía.
El resultado: Si ya se había notado la diferencia de calidad entre la primera y la segunda parte, en la tercera la cosa quedó desangelada del todo. Tampoco es extraño si comparamos la carrera de los directores de las tres entregas: Mario Monicelli es un mito del cine italiano, Nanni Loy tuvo sus éxitos y logró una nominación al Oscar y Amanzio Todini solo dirigió otra película después de esta, su ópera prima. Hoy en día ni la presencia de Vittorio Gassman y Marcello Mastroianni han conseguido que sea recordada más que como un apunte a pie de página.

7. LA MADRE DEL MAL

Tiempo transcurrido: 27 años y 259 días desde Inferno.
La lógica detrás de la secuela: Aunque es cuestionable que Dario Argento hubiese planeado su trilogía sobre las Tres Madres desde Suspiria, el hecho es que el éxito de esta película le animó a rodar otras dos entregas sobre este triunvirato de brujas inspirado en la obra de Thomas De Quincey. Ya en Inferno delineó mejor esta mitología, y con esta película debía llevar a su conclusión la saga con la Mater Lachrymarum como protagonista. El problema de su retraso es que al parecer le costó Dios y ayuda encontrar el guion adecuado para esta conclusión, colaborando con varios guionistas y desechando ideas a ritmo de oruga sigilosa.
El resultado: Tantos años de espera y de expectación no merecieron mucho la pena, a juzgar por la recepción que tuvo el filme. Las críticas fueron mediocres, el público apenas se enteró de su existencia (y los que sí la vieron, se arrepienten), y las comparaciones fueron odiosas con las otras películas de la saga (y, por extensión con el Argento ‘clásico’ de colores puros, atmósferas opresivas y muertes creativas). Lo que consiguió es confirmar el rumbo hacia las cámaras digitales y el aspecto doméstico del otrora genio del giallo italiano, cuya última película bien considerada por los aficionados al género fue Terror en la Ópera, hace ya 25 años.

6. TRON LEGACY

Tiempo transcurrido: 28 años y 162 días desde Tron.
La lógica detrás de la secuela: La cinta original se había convertido casi en la definición de película de culto, sobre todo porque en su día fue absolutamente rompedora con sus efectos por ordenador y temática informática, algo que en el mundo de hoy se ha convertido en algo mucho más corriente. Se puede decir que fue la que abrió el camino, así que tenía sentido rescatarla para aprovechar los adelantos tecnológicos y ampliar su universo lleno de posibilidades… aunque el grueso del público no recordase la cinta de 1982.
El resultado: La arriesgada jugada (sobre todo por la desorbitada inversión económica en un producto tan desconocido en general) se saldó en un empate técnico. No reventó la taquilla, pero recaudó suficiente dinero para recuperar la inversión, mientras que tanto la crítica como el público la recibió de forma moderadamente positiva. Lo suficiente para no manchar la memoria de la original (que en realidad, vista hoy en día sin el asombro de los efectos especiales, adolece de los mismos problemas que la secuela), pero no tanto como para garantizar un grupo de seguidores, ya que sus efectos son la norma en la actualidad, no la excepción rompedora. Lo más sorprendente fue que la Academia no la nominó a mejores efectos especiales, con lo que repitieron su miopía añeja (en su día, a Tron tampoco la nominaron porque consideraban que hacer los efectos por ordenador era ‘hacer trampa’).

5. LA EXTRAÑA PAREJA, OTRA VEZ

Tiempo transcurrido: 29 años y 343 días desde La Extraña Pareja.
La lógica detrás de la secuela: Allá por los 90, la pareja formada por Jack Lemmon y Walter Matthau se había convertido en sinónimo de comedia de calidad tanto por sus colaboraciones juntos con Billy Wilder como por las películas que habían protagonizado ya de mayores, sobre todo Dos Viejos Gruñones. De hecho, a raíz del éxito de esta última, la pareja vivió una segunda juventud que duró hasta su retiro de la gran pantalla. Era lógico que en esta situación los estudios rescatasen su comedia más famosa, La Extraña Pareja (paradójicamente, no dirigida por Wilder), y reclutasen al realizador de la muy similar Dos Viejos Gruñones para hacer una secuela oficial.
El resultado: Por debajo del nivel de la original. Incluso por debajo del nivel de la anterior cinta que los emparejó con Howard Deutch... y de la secuela de aquella. De hecho, a nivel de crítica y de taquilla fue la película con peor recibimiento de la pareja en toda su carrera, y en cuanto a si gustó al poco público que fue a verla, más bien provocó indiferencia. En IMDb está solo un poco por encima en nota con la justamente olvidada Por Rumbas y a lo Loco, lo que da una medida de lo mal que salió la cosa. A día de hoy, el filme solo cuenta con el valor nostálgico y el de ser la respuesta de Trivial a la pregunta, ‘¿cuál fue la última película que rodaron juntos Lemmon y Matthau?’.

4. DOBLE TRIUNFO

Tiempo transcurrido: 33 años y 217 días desde Fuego de Juventud.
La lógica detrás de la secuela: ¿Fue por el éxito de El Corcel Negro? No, porque esta cinta se estrenó un año antes. ¿Fue porque en 1978 se pusieron de moda las películas de caballos o los caballos en sí? No queda ninguna prueba de que así fuera. ¿Fue porque creció la popularidad del filme original? Nada se sabe al respecto. Este es un ejemplo de secuela que no parece tener una lógica concreta detrás de su realización, más allá de un intento del estudio por explotar nuevos territorios en sus cintas familiares recurriendo a algún título conocido de su catálogo.
El resultado: A medias una continuación (porque la protagonista es la sobrina de Velvet Brown, personaje principal de la cinta de 1944, aquí interpretado por otra actriz porque Elizabeth Taylor se negó a participar) y un remake del filme original (porque el argumento es básicamente el mismo, aunque esta vez la joven jinete compite no en un torneo nacional, sino en las Olimpiadas), la jugada le salió mal a Disney. No solo la película fue mal recibida por la crítica, sino que fue un fracaso de taquilla en toda regla y hoy en día está considerada como una mediocridad destinada al cajón del olvido.

3. EL HALCÓN NEGRO

Tiempo transcurrido: 34 años y 83 días desde El Halcón Maltés.
La lógica detrás de la secuela: A principios de los 70 se volvieron a poner de moda las películas de detectives privados, que llevaban más de dos décadas en crisis creativa. A los nuevos chicos del barrio (J.J. Gittes, Lew Harper, John Klute, John Shaft y Frank Bullitt) se sumaba la resurrección de Philip Marlowe, Hercules Poirot o Sherlock Holmes, así que era cuestión de tiempo antes de que alguien aprovechase el tirón para hacer lo propio con Sam Spade, sobre todo teniendo en cuenta que El Halcón Maltés se había convertido en un referente del género. Tanto es así que el estudio decidió que, en lugar de rodar un remake o una nueva aventura del personaje, lo mejor era hacer una secuela directa del clásico para asociarla más a él.
El resultado: La cinta fue una debacle en taquilla y los críticos la pusieron a parir, siendo considerada como una deshonra para el personaje y para la película original. Los errores de criterio fueron innumerables: hacer que el protagonista, debido a los años que habían transcurrido, fuese el hijo de Sam Spade; continuar forzadamente la historia del Halcón en una especie de refrito de la trama de la cinta original, pero dejando sitio para que vuelvan algunos personajes (los interpretados por Elisha Cook Jr. y Lee Patrick); no basarse en ningún texto de Dashiell Hammett; convertirla en una comedia; y, sobre todo, hacer todo eso mal.

2. BELLE TOUJOURS

Tiempo transcurrido: 39 años y 107 días desde Belle de Jour.
La lógica detrás de la secuela: No se debe intentar entender o explicar las decisiones de un autor europeo, y menos cuando este tiene más años que la Biblia. La cinta de Luis Buñuel no pedía ni necesitaba una secuela; de hecho, se puede decir que una continuación ni siquiera tenía sentido. Pero Manoel de Oliveira sí que se lo encontró, o al menos así lo pensó él cuando situó una de sus clásicas historias de vejez con los personajes que cuatro décadas antes había creado el genio turolense. Es lo bueno de no tener que pagar derechos por ellos, que uno se puede apropiar de las historias de otro autor.
El resultado: Moderadamente exitoso. La crítica la recibió con cierta división de opiniones: unos la alabaron, otros tuvieron una acogida más fría, aunque el respeto que impone el portugués entre los expertos es demasiado para que la cosa llegue a mayores. Entre el público la sensación fue más bien de indiferencia, algo que viene siendo común en las películas de Oliveira en la última década. La pregunta inicial, sin embargo, siguió quedando en el aire: ¿para qué hacer una secuela de una película de otro autor con un mundo y un estilo muy personal, pero totalmente alejado del propio? ¿Merece la pena llevar una historia surrealista y simbólica al terreno de lo costumbrista y estático? Si el resultado final no está a la altura de la cinta original, ¿no deja eso en mal lugar a un autor frente a otro?

1. OZ, UN MUNDO FANTÁSTICO

Tiempo transcurrido: 45 años y 300 días desde El Mago de Oz.
La lógica detrás de la secuela: Los 80 fueron una época especialmente fértil para el cine infantil, y en este contexto tenía todo el sentido del mundo volver a la mágica tierra de Oz creada por L. Frank Baum. Dado que Disney tenía los derechos de todas las historias escritas por dicho autor, era tontería no sacarle partido. Pero la potencia icónica de El Mago de Oz todavía resonaba en 1980, cuando comenzó gestarse el proyecto, por lo que los responsables del filme decidieron rodar una continuación y tomar al filme de 1939 como punto de partida para adaptar los siguientes libros de la saga. Al fin y al cabo, los sucesivos restrenos de la película de Victor Fleming hacían innecesario un reseteo (ah, aquella época en la que no se empezaba de nuevo desde el principio cada 10 años…).
El resultado: Un enorme fracaso de taquilla que previno la realización de nuevas películas de Oz a gran o mediana escala durante dos décadas. Las críticas estuvieron divididas, principalmente por la oscuridad del relato, lleno de elementos terroríficos e impropios para niños combinados con una trama y diálogos básicamente infantiles: una mezcla extraña que no sentó bien ni a los críticos ni al público. Desde entonces, sin embargo, se ha convertido en una especie de película de culto con numerosos seguidores que la reivindican frente al vapuleo que sufrió en su día. Ninguno de ellos considera que esté a la altura de la original, pero dado que se parece en tono y estilo visual tanto como una bellota a una gallina, quizá sea hasta injusto compararlas.

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