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Luis Buñuel

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Luis Buñuel Portolés nació en Calanda (Teruel) al poco de inaugurarse el siglo XX, para ser exactos el 22 de Febrero de 1900, y aunque es probablemente el director español más reputado y conocido alrededor del mundo, lo cierto es que su cine se ha desarrollado mayormente fuera de nuestras fronteras.
A los 17 años se trasladó a Madrid para cursar estudios universitarios. Para ello se alojó en la Residencia de Estudiantes, fundada por la Institución Libre de Enseñanza, en la que permaneció siete años, siendo ahí dónde Buñuel conoció y trabó amistad, entre otros, con Salvador Dalí, Federico García Lorca, Rafael Alberti y Juan Ramón Jiménez. En la capital tuvo acceso a eminencias de la cultura española de principios de siglo y la influencia ejercida por sus amigos de la Residencia (particularmente Lorca) hizo que se despertara en él su vena creativa y prestara más atención al arte y la cultura. Su primera vocación fue el teatro, todo y que acudía regularmente al cine, pero hasta que no vio “Las tres luces” de Fritz Lang no se sintió profundamente cautivado por el séptimo arte como para querer dedicarse.
Por aquella época, 1925, ya había abandonado Madrid y se había trasladado a París, que era el epicentro cultural mundial de aquel entonces. La excusa fue ser el secretario de Eugenio D’Ors, quien iba a estar al mando de la Societé internationale de coopération intellectuelle. Que dicho organismo finalmente no se formara no suspuso ningún revés para el aragonés pues una vez en la capital francesa se asentó rápidamente en ella y se integró en la vida cultural de la capital sin demasiada dificultad. Colaboró como crítico cinematográfico para la Cahiers d’Arts y en una de las proyecciones de prensa vio la película de Fritz Lang y encontró así su vocación definitiva. Días después se inscribió en la academia de actores de Jean Epstein (era el único nombre francés importante que le sonaba), para así poder tener acceso al director de origen polaco y a él le solicitó que le dejara trabajar en sus películas para poder aprender los mecanismos y entresijos de la creación cinematográfica. Epstein lo nombró su asistente.
Paralelamente, a través de las tertulias de los cafés, entró en contacto con el grupo de los surrealistas (André Bretón, Louis Aragón, Max Ernst, etc…) y pasó a formar parte del grupo intelectual (más tarde proporcionó la entrada a su amigo Salvador Dalí) y con ellos adoptó la que sería su postura estética dentro del arte y avivó su ya de por si ferviente interés por el mundo del subconsciente y los sueños.
En 1929, después de haber estado trabajando para los estudios Alabatros, por fin se atrevió a dar el gran salto y hacer realidad su primera película. Junto a Salvador Dalí escribieron una serie de fragmentos que eran la plasmación de una serie de imágenes que les surgieron durante el proceso de escritura y al juntarlas crearon el guión de “Un Perro Andaluz”. Mediante la financiación de su madre rodó la película, que desde el mismo estreno fue acogida como genial por la elite cultural parisina. La película llamó la atención a los Vizcondes de Noailles, quienes deseosos de producir la primera película sonora francesa, se interesaran en su trabajo y le financiaran su siguiente obra, La edad de Oro. Inicialmente Dalí y Buñuel se pusieron a trabajar otra vez codo con codo en el guión de “La edad de Oro, pero su relación se había enfriado por los desavenencias entre Gala y Buñuel, y el pintor catalán acabó por sentirse marginado y traicionado por el aragonés. A pesar de ese contratiempo el proyecto sigue adelante y el 28 de noviembre de 1930 se estrenó “La Edad de Oro” en medio de una gran polémica que acabó desembocando en un requisamiento masivo de todas las copias y la prohibición de dicha obra, promovida sobretodo por la extrema derecha francesa.
Contratado por la Metro Goldwyn Mayer, en 1930, se trasladó a Hollywood con el fin de ejercer como observador y familiarizarse con el sistema norteamericano. En 1933 realizó su primer y único documental, “Las Hurdes, Tierra sin pan”.
Durante la Guerra Civil, alineado en el bando republicano, prestó servicio como agente internacional de la II República, realizando operaciones de inteligencia en Francia, lo cual, en 1943, le pasó factura cuando Dalí delató en un libro suyo esa vinculación cuando el aragonés trabajaba para el Musuem of Modern Art (MOMA) en Nueva York, supervisando el proceso de creación de películas anti nazis. Las acusaciones de ateísmo y comunismo provocaron su fulminante despido, no obstante no abandonó Estados Unidos. En 1946 trabajó para la Warner Brothers como jefe de doblaje de versiones españolas para América Latina.
Por mera casualidad, en una cena en casa del director francés René Clair, se encontró con Denise Claire, quien fuera la esposa de Pierre Batcheff, protagonista de Un Perro Andaluz, quien en 1932 se suicidara. Denis se había casado se había casado en segundas nupcias con el productor francés Ronald Tual. Éste tenía en manos producir una nueva adaptación La casa de Bernarda Alba, que se haría entre Mexico y Francia, y le ofreció la dirección. El proyecto no consiguió llegar a buen puerto y él se encontró en México, sin apenas ahorros. Oscar Dancigers, otro de los productores de aquella obra frustrada, le ofreció la salvación cuando le solicitó que dirigiera una película comercial que iba a tener al cantante Jorge Negrete como protagonista. Así, el filme “Gran Casino” inició su etapa mexicana y le acabó afianzando en el país latinoamericano.
En 1950, después del éxito de El Gran Calavera, Buñuel rodó Los Olvidados, filme que le devolvió a la escena internacional muchos años después del éxito de Un Perro Andaluz, no en vano fue premiada en Cannes con el premio al mejor director y cosechó grandes resultados en la taquilla. A lo largo de los 50 y los 60 Buñuel dirigió once películas en México, entre las que destacan sobretodo Nazarín, Él, El Ángel Exterminador y Ensayo de un Crimen.
En 1960, gracias a un intento provisional del régimen por abrirse al mundo, volvió a España para dirigir Viridiana. Esta fue la primera y única película española galardonada con la Palma de Oro en el Festival de Cannes y también fue el origen de una fuerte polémica con el Vaticano debido a las perversiones que la película ejercía entorno a la figura de una monja interpretada por Silvia Pinal.
Ya en México algunas de sus películas fueron coproducidas desde Francia y tras los numerosos elogios recibidos por “Ensayo de un crimen” las puertas al cine francés le quedaron abiertas. En su etapa francesa, lejos de hacer un cine otoñal y más conformista, prosiguió con su habitual y peculiar estilo y firmó, amén de otros importantes títulos, grandes obras como Belle de Jour (León de Oro en el Festival de Venecia), El Discreto encanto de la Burguesía (Oscar a la mejor película extranjera) o Ese Oscuro Objeto de Deseo, que también supuso su despedida del cine. Sus problemas de vista y oído dificultaban el correcto desarrollo de sus labores y el aragonés ya se sentía muy mayor para tan intensa actividad.
Como padre del surrealismo cinematográfico Luis Buñuel ha pasado a la historia como un pionero y un genio excepcional. Sus representaciones de los sueños, su continua crítica a la burguesía, las imágenes religiosas, el fetichismo o las perversiones del sexo han sido algunos de los elementos más relevantes que a lo largo de su carrera han formado parte de un particular y original sello artístico, lo cual unido a una refinada técnica de filmación, lo encumbraron como uno de los cineastas más destacados del siglo XX a nivel mundial.

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