Un avión de pasajeros sobrevuela Amsterdam la víspera de Nochebuena. A los mandos, el comandante Fabio Trivellone (Christian De Sica); y mezclados con el pasaje, su adorable mujer, Serena (Emanuela Folliero), y su hijo adoptivo Matteo (Marco Iannone), al que quiere como si fuera propio. Unas filas más atrás viajan Enrico, un conocido industrial milanés, y su odioso futuro yerno, Cesare (Enzo Salvi), en misión de reconciliación después de una boda truncada por la varicela. Por lo mal que se llevan Enrico y Cesare, hay quien les confunde con una pareja. Muy cerca se sientan Bruno (Bruno Arena) y Max (Max Cavallari), dueños de una ruinosa funeraria, y felices custodios de las cenizas de un millonario alemán cuya viuda les recompensará sustanciosamente por acompañar al difunto en su último vuelo hasta la capital holandesa. Al aterrizar en Ámsterdam, todos ponen rumbo hacia uno de los hoteles más representativos de la ciudad de los canales, donde un glamuroso recepcionista (Biagio Izzo) les da la bienvenida. Un hospedaje espléndido que pronto se convertirá en el escenario compartido de las enredadas aventuras que esperan a nuestros protagonistas. Un laberinto de persecuciones, chantajes y regalos explosivos que arranca con la llegada al hotel de Selvaggia (Paula Vázquez) y Martina (Sara Calogero), que son (¿a qué no lo adivinan?) la apasionada esposa y la hija adolescente del comandante Fabio Trivellone. No, no, no es necesario releer la primera línea. Trivellone todavía no sabe lo que significa tener a sus dos ¿legítimas? bajo el mismo árbol navideño.
Esta película fue el gran fenómeno cinematográfico en Italia durante las Navidades de 2001. La película fue número uno en taquilla, quedando por encima de superproducciones Hollywoodienses tales como Harry Potter u Ocean´s Eleven.
