Lizzie lleva años huyendo del padre de su hijo Frankie un niño sordo, a través de Escocia. En su huída, Lizzie ha creado una historia ficticia en la que el padre está permanente embarcado en un barco llamado HMS Accra. Lizzie ha llegado tan lejos en sus fantasías que incluso escribe a su hijo supuestas cartas de su padre cada mes contándole fantásticas historias de lugares lejanos. Pero la ficción amenaza con venirse abajo cuando Frankie descubre que el HMS Accra va a arribar al puerto de la ciudad donde viven en la actualidad, por lo que Lizzie empieza a buscar a alguien que suplante al padre de Frankie.
Para la luz y el color que la directora da a la película se inspiró unos artistas de finales de siglo: los Glasgow Boys y Glasgow girls. Lo que más le atrajo de sus cuadros fue su capacidad de captar la suavidad y los tonos especialmente armoniosos de la luz de Escocia.