Los acuciantes apuros económicos que Germán Valdés sufre le empuja a participar en una farsa en la casa del rico empresario Don Raful Caim, de origen libanés, quien años atrás perdió a su hijo Abel Caim y no sabe a ciencia cierta si murió o sigue vivo. Germán deberá presentarse frente a don Raful y hacerse pasar con Abel con la esperanza que esto ablande a don Raful y acceda a casar a su hija Elena con Roque Barrios Pérez. Dentro de dicha casa la farsa no transcurre según lo planeado, pues doña Fátima, la esposa de Caim, no acepta que su marido pueda tener otro hijo, aunque esa historia ocurriera antes de conocerla a ella. Por ese motivo Germán recurrirá a una nueva identidad para ser aceptado en ese entorno, dónde no podrá evitar enamorarse de Elena Caim... su hipotética hermanastra.
Germán: Está bueno. Nada más no me regañe. Está bien claro. Yo moría cuando mi madre era niña. Roque Barrios: Al revés, al revés Germán: Ah, yo era madre cuando mi niña murió. Roque Barrios: Pero usted es idiota o qué? Germán: Oiga, será mejor "o qué"-