Ángel del barrio

Patada de Mula, un viejo boxeador retirado, vive desde hace años con el cargo de conciencia de haber acabado con la vida de su contrincante a causa de un mal golpe. Sintiéndose responsable, echó mano de sus ahorros para socorrer a Doña Rosa, la viuda de su contrincante, con lo cual pudo abrir una taquería y mantener a su hijo. Con los años ese muchacho se ha convertido en la gran esperanza del gimnasio dónde Patada de Mula trabaja como masajista y asistente. Ese muchacho, apodado Kid, no sabe nada de todo eso y por eso lo trata con desidia.
Los domingos, Patada vende globos para así también ayudar a su compadre, Chinche, un vagabundo que en tiempos fue su ayudante. Patada, de temperamento discreto, también ayuda a Marga, su joven y hermosa vecina, quien vive desanimada por tener que mantener a su familia y ser tiranizada por su padre. Patada jamás ha osado decirle nada, sin embargo, el viejo boxeador ama a Marga.